Un cierre dramático y escandaloso se dio en el marco de la final de fútbol masculino de los Juegos del Sudeste Asiático entre las selecciones sub-23 de Tailandia e Indonesia. En el Estadio Olímpico de Phnom Penh, en Camboya, el combinado indonesio se llevó la victoria por 5-2 en tiempo extra en un partido que tuvo todo tipo de emociones: un festejo frustrado, dos batallas campales, varios expulsados y la celebración final.
Indonesia ganaba 2-0 con dos goles de Ramadhan Sananta pero los tailandeses no se dieron por vencidos y descontaron en el minuto 65 con un gol de cabeza de Anan Yodsangwal desde un córner. En el descuento del tiempo reglamentario, llegó la primera controversia: un silbatazo del árbitro pareció decretar el final y desató los festejos, pero en realidad era un tiro libre para Tailandia en el minuto 98.
Una vez que los jueces pudieron reestablecer el orden en el campo de juego, se ejecutó la falta y Yotsakorn Burapha firmó el empate 2-2 en la última jugada. Ese tanto agónico, decretaba que la definición tenía que ir al tiempo extra y dio paso algunas burlas y posterior caos en los bancos de suplentes.
El delantero indonesio Titan Agung golpeó a uno de los entrenadores tailandeses, lo que significó el puntapié inicial para un salvaje enfrentamiento, con el portero tailandés Soponwit Rakyart y el indonesio Komang Teguh Trisnanda como primeros expulsados. Luego, vieron la tarjeta roja varios miembros del staff de ambas selecciones que se involucraron en el combate.
Ya en la prórroga, Irfan Jauhari firmó el 3-2 a favor de Indonesia en el minuto 91 y entonces comenzó otra pelea. Tras esa segunda trifulca, donde volvieron a participar integrantes de ambos combinados nacionales, los árbitros repartieron cinco tarjetas rojas. La pelea solo pudo detenerse una vez que irrumpieron en la escena los agentes de seguridad.
Poco tiempo después, el tailandés Jonathan Khemdee recibió su segunda tarjeta amarilla y su equipo quedó completamente vulnerable al terminar el partido con ocho jugadores. Los tantos convertidos por Fajar Fathur Rachman y Beckham Nugraha decretaron el 5-2 definitivo para Indonesia, que concluyó el juego con un jugador menos.
Los medios locales resaltan que era la oportunidad para que Indonesia recuperara el orgullo tras la muerte de 135 hinchas en un estadio de Java Oriental en octubre pasado y la pérdida de la sede de la Mundial Sub-20 a manos de Argentina por la negativa de esta nación de mayoría musulmana a la participación de Israel, nadie podrá olvidar el gran escándalo.
“Que este sea el impulso de la resurrección del fútbol indonesio”, dijo el técnico Indra Sjafri tras porner fin a la sequía de medallas de 32 años en el fútbol masculino de los SEA Games.
La Confederación Asiática de Fútbol (AFC), en un comunicado a Reuters, dijo que estaba investigando el incidente. “La AFC está decepcionada con los incidentes en la final de fútbol de los Juegos del Sudeste Asiático. La AFC subraya la importancia del juego limpio, el respeto mutuo y el espíritu deportivo, y adopta un enfoque de tolerancia cero hacia todos estos actos de violencia”, comunicó un vocero de esta entidad.
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