Se los veía en la Copa Argentina porque la organiza AFA y ahí parece que había desde el regreso del fútbol tras la pandemia vía libre para ellos. De hecho, en las provincias en que les tocaba jugar hasta se producían imágenes surrealistas de los capos de la barra sacándose fotos con miembros de los operativos de esos distritos. Se los veía también en los partidos de visitante de Copa Libertadores, en los que la Conmebol no les aplica el derecho de admisión. Pero en la Liga Profesional no entraban. Y esto parecía una ley hasta que el domingo, un rato antes del comienzo del partido, el estadio mundialista de Córdoba empezó a poblarse de barrabravas del equipo visitante. Sí, después de más de cuatro años Los Borrachos del Tablón en masa, con todas sus primeras figuras actuales, dijo presente en el fútbol de Primera División. Con las banderas, con los cantitos de siempre y sin que hubiera restricción alguna sobre los más de 300 que tienen derecho de admisión, se hicieron presentes en la derrota de River Plate ante Talleres.
El regreso se fue cocinando a fuego lento. En cuanto el gobierno provincial le permitió a la T poner visitantes, las comunicaciones empezaron a ser fluidas entre La Fiel, la barra del equipo cordobés, y la actual conducción de Los Borrachos. Se garantizaron 350 tickets y un pacto de no agresión bajo ninguna circunstancia. Para coordinar todo, un día antes, el sábado por la tarde, viajó a Córdoba uno de los referentes más antiguos de la barra de River, Hernán Taboada, que es el que posee los contactos y está en la popular desde la década del 90. Al otro día, siete micros con el grueso del grupo partieron en caravana desde la Panamericana para llegarse a la ciudad mediterránea varias horas antes del comienzo del encuentro. Ahí estaban entre otros Ariel el Pato Calvici, los hermanos Mauro y Leandro Ferraras y Alejandro Flores, el Zapatero. Gente antagónica y que estuvo peleada a muerte hasta hace un tiempo nomás, cuando entendieron que si no deponían las armas no volvían a entrar nunca más. Se verá cuánto dura esta situación que ya lleva más de un año porque, como el escorpión, la naturaleza de algunos barras no cambia más.
Si bien todos se juntaron en un predio cercano al estadio, la duda de si ingresaban o no las caras más conocidas se mantuvo hasta el final. Pero avanzaron y nadie los paró: no hubo procedimiento de lectura de huella dactilar por parte del programa Tribuna Segura. Preguntados los operadores del mismo del Ministerio de Seguridad de la Nación, deslindaron responsabilidades en el Consejo de Seguridad Deportiva Provincial cordobés (Cosedepro) que maneja el ex legislador Marcelo Frossasco. “Nosotros no viajamos, por lo que quedó establecido que ellos manejarían los dispositivos”, le contestaron a Infobae. Pero, ya sea por negligencia u otra cuestión, esto no ocurrió y todos finalmente se ubicaron en los paravalanchas como se muestra en el video que publica Infobae, en esos mismos paravalanchas donde por ejemplo no habían podido estar en febrero de este año cuando River jugó contra Banfield la semifinal del Trofeo de Campeones pendiente de 2020, y ahí sí se aplicó la prohibición de concurrencia para quienes estaban en el listado.
Afortunadamente en la noche del domingo no hubo problemas: sólo se produjo un momento de tensión cuando se colocaron las banderas sobre el acrílico de la tribuna visitante, algo que está prohibido, y tras un breve intercambio entre los agentes de seguridad privada y la barra las mismas fueron reubicadas en la parte alta de la popular.
¿Este regreso a la Liga significa la vuelta próxima al Monumental? De ninguna manera. River no tiene intención de levantarle a nadie el derecho de admisión por lo que la institución de Núñez seguirá siendo la única del fútbol argentino que no permite entrar ni siquiera la simbología de su barra brava. Cierto es que se ve en la cabecera Sívori a varios que no tienen prohibido el ingreso, pero el núcleo duro de Los Borrachos seguirá viendo el partido desde una confitería en la zona de Pampa y Figueroa Alcorta, que se ha convertido en el búnker cuando el equipo de Demichelis juega en el Monumental, ya que todos se juntan en el Monumento a Güemes y quienes no tienen prohibición de concurrencia van a la cancha y los jefes manejan desde allí a su gente vía celular.
Por otro lado la interna de la barra parece por ahora en stand by. El grupo del Pato Ariel que tiene su núcleo en San Nicolás y el del Zapatero con gente de Constitución por un lado, y el de los hermanos Ferraras que manejan a todos los barras de la zona Norte con base en Beccar por el otro, estuvieron en guerra durante toda la década pasada. Los Ferraras fueron brazo importante de la barra que en su momento conducían Martín Araujo y Caverna Godoy mientras que el Pato y el Zapatero habían quedado de la vereda de enfrente, lo que quedó en evidencia cuando como parte de la barra disidente fueron a agredir a la confitería del club en forma salvaje a Caverna y los suyos en 2014, hechos por los cuales Calvici fue condenado a dos años y medio de prisión y pasó casi uno tras las rejas. Daría la impresión que es Taboada el que oficia como equilibrio de una paz que se verá si es frágil o duradera.
Por su parte Caverna Godoy, que salió de prisión a fin del año pasado, tiene intenciones de volver por lo suyo, pero aún está lejos de lograrlo. Retomó contacto con Alejandro Medina, alias Ale de Budge, que desde que fue preso en 2019 con su hijo por la interna de la barra había quedado enemistado con Godoy porque supuestamente lo mandó “al muere” y no atendieron a su familia mientras estuvo detenido. Pero ahora parece haber dejado ese resentimiento de lado. En el último partido de River de local hicieron una exhibición de fuerza mostrándose en un predio en Mataderos con asado, vino, pantalla gigante y un grupo compacto de personas. Pero por ahora los contactos políticos, policiales y dirigenciales que tuvo en su momento le dan la espalda y sin ese apoyo, su sueño es una quimera.
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