Los hinchas no lo gritarán como un gol de Cauteruccio, pero deberían. Es más, tendrían que asemejar el logro a uno de aquellos títulos internacionales que tanto se añoran. Porque Independiente acaba de sacarse de encima la posibilidad de tener que vender terrenos o lo que fuera para pagar la deuda más honerosa que tiene: la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires aceptó el recurso extraordinario presentado por el club y trabó la sentencia favorable que había obtenido en primera y segunda instancia Gonzalo Verón, a quien le habían fijado como compensación por incumplimiento de contrato la exorbitante suma de 2.500 millones de pesos. Así, la institución de Avellaneda no debe poner un peso por hasta que la Corte ratifique la sentencia de los estratos inferiores o directamente la revoque. Y todos saben que la Corte tiene tiempos largos, larguísimos, y si se trata de temas que involucran intereses colectivos y hasta políticos, más todavía. Por lo que esa deuda queda ahora en un limbo que vaya uno a saber cuándo tendrá su definitiva resolución.
Hagamos un poco de historia: Verón firmó contrato con Independiente el 24 de enero de 2018. El equipo dirigido en aquel momento por Ariel Holan venía de ganar la Copa Sudamericana con un histórico triunfo ante Flamengo en el Maracaná y a partir de ese momento se generaron un montón de contrataciones que estaban muy por encima de la valuación del mercado y que provocaron la renuncia del tesorero que se negó a firmar, entre otras cosas, este pase. El delantero, que tenía el pase en su poder, ya que venía libre de la MLS, no rindió en la cancha, y el club directamente no cumplió con nada de lo pactado. Pagó apenas los tres primeros sueldos y después discontinuó la remuneración salarial y, tras un año y medio en el club, Verón se fue a préstamo pero manteniendo la relación laboral con la institución que se comprometió, por ejemplo, con Aldosivi a pagar la mitad del sueldo, algo que jamás ocurrió.
Y ya cuando el fútbol se había parado por la pandemia, Verón se dio por despedido y empezó un juicio por 6,2 millones de dólares reclamando la doble indemnización que regía por entonces. El club dirigido en aquel momento por Hugo y Pablo Moyano ni siquiera contestó la carta documento enviada ni los requerimientos de la justicia laboral, por lo que el proceso siguió adelante sin que la institución hiciera uso de su derecho de defensa. Insólito. Hasta que en marzo de este año el juez Javier Traverso falló en favor del delantero y obligó al club a pagar la exorbitante cifra de 2.332.081.796 pesos que al cambio oficial actual es de 10.150.000 dólares. Y, encima, como garantía de pago estaba el predio de Wilde, lo que motivó el lógico temor de los socios e hinchas a que se perdiera ese sitio vital para la práctica deportiva. Ante esta situación la dirigencia actual decidió recurrir el fallo a la Corte Suprema, lo que lo puso en suspenso, pero estaba la duda de qué iba a hacer la Corte. Si lo rechazaba, el fallo debía ejecutarse inmediatamente e Independiente pagaba o iba a la quiebra, que en ese caso implicaba como le pasó a Racing y Ferro entre otras instituciones, que fueran intervenidos por la Justicia desplazando a las autoridades electas y que todo el accionar del club iba a estar dirigido a pagar a los acreedores. Pero si lo aceptaba, la causa cambiaba radicalmente porque paralizaba todo el juicio hasta una sentencia definitiva que, se insiste, en estos casos suele durar años. Y hoy la Corte decidió tomar el tema para analizarlo y dar su veredicto.
Pero además la dirigencia tuvo otro guiño judicial: para que la Corte tome un tema hay que depositar la tasa de justicia que es un porcentaje del dinero que está en juego. En este caso estamos el club debía poner más de 300.000 dólares sólo para iniciar el trámite. Dinero que obviamente el club no tiene. Pues bien, los magistrados supremos también permitieron que Independiente litigue por una suma simbólica teniendo en cuenta lo que está en juego. Una jugada más a lo Bochini que a cualquier momento de fútbol de la actualidad.
¿Qué puede pasar ahora? Por los pasillos de Avellaneda circula el rumor de que Verón ya vendió a gente con recursos el juicio. Para que se entienda, es como cuando un fondo de inversión compra juicios de particulares a un monto mucho menor que el reclamado porque se sabe que se ganan pero hay que tener paciencia para el cobro. Lo que se estima en el club es que con el fallo de la Corte, quienes tengan la acreencia querrán cobrar. Y podría haber un acuerdo privado. ¿Hasta cuánto está dispuesto a poner el Rojo? Algunos dicen que se estiraría a tres millones en cómodas cuotas para cerrar un tema que sabe que, a la larga, se pierde. Habrá que ver qué pasa, por ahora son sólo hipótesis.
Lo cierto es que Independiente dejó fuera de juego su peor escenario. A la levantada deportiva le suma la buena noticia de la Corte y se estima que en no más de 40 días también terminará de pagar la convocatoria de acreedores que está vigente, lo que le permitiría pedir otra y poner allí adentro y patear para adelante todas las deudas que no tengan sentencia judicial o de la FIFA en contra. Así también reduciría montos y alargaría plazos de pago. Mientras, el influencer Santiago Maratea sigue juntando dinero en su fideicomiso que araña los 750 millones y el club promete hacer uno propio con inversores para comprar jugadores. Porque si bien el Diablo de Avellaneda vive en el Infierno, ahora las llamas que amenazaban consumirlo se van apagando de a poco.
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