Agustín Giay, el defensor fanático de la pesca al que apuesta Mascherano en el Mundial Sub 20

El lateral-volante de San Lorenzo es el elegido para ser uno de los capitanes del equipo y buscará revancha después de la lesión que sufrió durante el Sudamericano

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Agustín Giay tiene 19 años
Agustín Giay tiene 19 años y será pieza clave en el Sub 20

Los grandes equipos se arman de atrás para adelante y por eso Javier Mascherano ha vuelto a confiar en Agustín Giay para encarar el Mundial sub 20 que se disputará en la Argentina. El joven de 19 años surgido de San Lorenzo, que ha participado también de otras selecciones juveniles, tendrá la misión de ser la voz de mando en la defensa albiceleste durante el torneo y su elección no es una casualidad.

El lateral derecho oriundo de San Carlos Centro, Santa Fe, una ciudad que apenas supera los 16 mil habitantes, fue observado a los 10 años en un torneo infantil organizado allí por los clubes de la máxima división del fútbol argentino. Pese a su juventud, ojeadores de Colón, Argentinos Juniors y San Lorenzo buscaron incorporarlo a sus categorías inferiores porque vieron en él cualidades distinguidas para quien apenas era un niño. Su padres, Maximiliano y Lorena, fueron entonces los que frenaron el reclutamiento hasta tanto su hijo no terminara la escuela. “Agustín quería ir porque le había encantado y lo retuvimos hasta que terminara el primario”, contó su papá en diálogo con Infobae. Claro, en ese momento ni siquiera imaginaban que casi diez años después el chico iba a representar a la Argentina en un Mundial.

Por aquel entonces, Giay disfrutaba la vida de una ciudad tranquila, pasando sus tardes andando en bicicleta con amigos, cazando cuises en el campo o palomas en la plaza. “Tanto con gomera, como con aire comprimido o armaban cimbras. Les ponían comida y cuando venía la paloma, tiraban de un hilo y les caía una jaula arriba”. Pero nada -más allá del fútbol- le apasionaba más al joven Agustín que la pesca a tal punto que, cuando aceptó viajar a Buenos Aires a los 13 años, después de haber terminado la primaria como escolta de la bandera, adquirió un curioso hábito con sus padres.

“Nos costó muchísimo el desarraigo, tal vez íbamos cada 20 días, un fin de semana íbamos a verlo y pasábamos dos días con él, pero fueron años muy duros. Era un sacrificio a costa de su sueño y su felicidad. Pero a él siempre se lo vio firme, duro, pero había quienes nos contaban que extrañaba. Lo que más extrañaba era eso, la pesca. Por eso cuando lo íbamos a visitar lo llevábamos a la Costanera, cerca de Aeroparque, para que viera cómo pescaban los otros”.

Pero, obviamente su futuro era el fútbol. Mientras se destacaba en las Inferiores de San Lorenzo, fue convocado por la selección argentina sub 15 para disputar el torneo Vlatko Marcovic y pudo dar la vuelta olímpica en Croacia. Allí entabló también una gran amistad con Valentín Barco, otro de los seleccionados por Mascherano, con quien incluso comparte habitación en el predio Lionel Messi. Juntos, también jugaron el Sudamericano de la categoría en 2019, en el que fueron subcampeones en Paraguay. Giay es un ejemplo de continuidad dentro de los seleccionados juveniles: también estuvo presente, y como capitán, en el torneo L’Alcudia de 2022 cuando fue campeón y nuevamente lució la cinta en el Sudamericano sub 20 de febrero, en el que lamentablemente sufrió una lesión en el segundo partido, ante Brasil.

“Lo tomo como una revancha pero hay que disfrutarlo”, comentó el defensor desde Ezeiza antes del comienzo del torneo, en referencia a lo que será su regreso al combinado nacional tras su inconveniente físico. “Es una alegría siempre estar en la Selección y jugar un Mundial”, sostuvo. Cabe recordar que el lateral fue retirado del campo de juego en el segundo partido del torneo, ante la Verdeamarela, sin poder pisar con su pie izquierdo y con el tobillo muy hinchado, pero los estudios dieron que no hubo rotura ligamentaria por lo que después de dos meses pudo volver a entrenar.

Mascherano volvió a confiar en él y lo incluyó en la lista. Además le volvió a poner la cinta de capitán en el amistoso del jueves contra República Dominicana. “No sé si es de los caudillos, sino tal vez en el día a día y en el grupo es de asimilar conceptos rápido. Es un chico que se hace querer”, comentó orgulloso su padre. Mientras, él no tiene dudas: “Vamos a representar al país como se debe”.

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