La historia detrás del posible regreso de Facundo Campazzo al Real Madrid: las cifras del contrato y un cambio clave

Tras resurgir en el Estrella Roja, el base argentino negocia su regreso al Merengue, donde mostró su mejor versión y fue feliz

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Real Madrid conquistó Europa de la mano de Facundo Campazzo
Real Madrid conquistó Europa de la mano de Facundo Campazzo

Facu Campazzo es especial. En la cancha y afuera. Los riesgos que toma adentro son los que repite en las decisiones que resuelve para su carrera. Porque tiene convicciones y es fiel a su esencia. Hombre simple, de barrio, con calle, que quiere ganar pero también ser feliz como lo siente. Por eso, habitualmente, impacta en el campo con jugadas imprevistas, muchas veces lujosas, que llaman la atención y levantan al público. Y cuando sale del parquet pasa otro tanto. Hace años que el cordobés no sigue lo que marca la lógica. Le dijeron que no fuera a la NBA, teniendo semejante cláusula de rescisión (6 millones de euros, la más alta de la historia en Europa) y con un rol acotado como base suplente. Pero él fue por su sueño. Después, tras dos años con altibajos, le aconsejaron volver a Europa, pero él insistió. Y no le fue bien en Dallas. O, en realidad, nunca le dieron las chances, como pasó en su segunda temporada en Denver. Y, cuando ya no tuvo buenas opciones para seguir en la NBA, le dijeron que debía regresar al Real Madrid, que no había mejor opción. Pero a Facu no le gustó la oferta -ni el trato recibido- y terminó firmando en el Estrella Roja de Serbia, buscando volver a ser, recuperar la alegría y el juego que nos cautivó tantas veces.

Ahora, con 32 años, Campazzo vuelve a escuchar a su corazón. Y no a su billetera, ni a otras voces… Tiene su prioridad: volver a jugar en el Real y a vivir en Madrid, donde estuvo muy cómodo y fue feliz durante su estadía de casi cinco años (2014-2015 y 2017-2020), con el equipo y su familia. Allí tiene su casa y cree que puede pasar el final de su carrera, al menos en Europa. Por eso se reunió con el polémico Juan Carlos Sánchez, máximo responsable del básquet en La Casa Blanca, para ver de destrabar una relación que se había deteriorado en estos años, luego de varias negociaciones sin llegar a buen puerto entre las partes.

A Campazzo no le habían gustado las formas -y los números- que, sobre todo, Sánchez quiso destinar para repatriar al cordobés, tras su frustrado paso por los Mavs. No le ofreció más que lo mismo que antes de ir a Dallas, con Luka Doncic, en una situación de mayor debilidad para Facu. Inflexible se mostró el directivo, sin querer aumentar la cifra ni ceder en la cláusula de rescisión que todavía le restaba pagar al argentino, pese a que el Real necesitaba un base de élite. Ambos, entonces, siguieron su camino. Facu se fue al Estrella Roja serbio, cuando nadie lo pensaba posible, básicamente por ser una oferta mejor y como lugar con desafíos pero sobre todo ideal para recuperar su esencia, el volver a ser en una cancha, luego de que en la NBA le dieran muy pocas chances de mostrar lo que realmente es como jugador.

En parte, Facu lo logró. Tuvo muchos partidos de alto nivel, sobre todo en la Euroliga (promedió 15 puntos, 6 asistencias en 9 partidos), pero un castigo al club, por parte de la máxima competencia continental y como consecuencia de “violaciones graves del Reglamento de Estabilidad Financiera y Juego Limpio”, evitó que el jugador pudiera ser inscripto en el torneo más importante de Europa durante casi un mes. Un golpazo a la ilusión. Cuando regresó a las canchas, en marzo, ya era tarde. O casi. Más allá de algunos triunfos que mantuvieron la ilusión, Estrella Roja se quedó afuera del lote de ocho equipos que se clasificaron a los cuartos de final de la Euroliga y a FC7 sólo le quedó la ABA League, certamen que nuclea a los principales equipos balcánicos -de distintos países- y que ahora tendrá sus semifinales, con Campazzo siendo el líder del Estrella Roja.

A punto de terminar la temporada, Facu ya empezó a deshojar la margarita. O, mejor dicho, a escuchar ofertas. Primero tuvo en la mesa la renovación con el Estrella Roja, luego una del Mónaco, más tarde la del Efes turco y por última una descomunal del Panathinaikos griego (12 millones de dólares por 3 años, aseguran). El Real, cuentan, no llega ni cerca a las dos mejores, pero sabe que tiene a favor las ganas de Campazzo, quien siempre prioriza otras cosas a lo económico. “Le dije que el corazón manda, que lo siga y va a ser feliz. Quiero verlo sonreír en la vida y en cada juego, que así todo va a estar bien”, contó Mary Avedano, su madre. Facu está tranquilo, pensando tanto o más en su familia (Consuelo, la esposa, y Sara, la hija de 4 añitos), su comodidad y felicidad, como en su carrera. Y Madrid es un destino que les cierra a todos.

Eso sí, aún el acuerdo “no está cerrado”, aseguran desde su entorno. “Faltan charlas”, agregan. Sí está muy encaminado y hay un principio de acuerdo en algunas cosas, como el contrato anual, 1.500.000 de dólares netos. Todavía resta definir qué porcentaje de la cláusula de rescisión le condonarán… Esencial ha sido el paso que dio Campazzo en su carrera, el dejar de pertenecer a la empresa Octagon y apartar de las negociaciones a Claudio Villanueva, el polémico representante argentino que tiene algunas formas que crispan a más de uno.

Eso pasó, aseguran, con Juan Carlos Sánchez y el Real, que directamente ya no querían hablar con Villanueva. “Fue factor para la falta de acuerdo entre las partes y eso generó que a Facu no le quedara otra que irse a Serbia”, aseguran desde Europa. La tarea de Villanueva y David Carro, la pata europea-NBA de Octagon, no fue la mejor, informan fuentes de la negociación. También se les critica la tarea en los deficientes contratos en la NBA y la enorme cláusula de salida que le aceptaron al Madrid, la más cara en la historia del básquet europeo.

Facu acordó ser representado ahora por la empresa BDA de Quique Villalobos, el agente español de Luka Doncic, en parte por recomendación del Real, que tiene una gran relación con el ex jugador, y desde ese lugar, de menos confrontación, esperan seguir las negociaciones y limando las diferencias, que hoy parecen surgir más en el tema fiscal, el tema de los impuestos, incluso de aquellos 2.6 millones que restan abonar de la cláusula.

Ahí puede estar el único contratiempo. Por lo pronto, Campazzo ya tomó una decisión: volver donde fue feliz. La experiencia en la NBA y hasta en Serbia valieron la pena, porque de todo se aprende. Nadie puede decir que el argentino no lo intentó, sabiendo que allá por el 2020 era el mejor base de Europa y un año antes había sido subcampeón del mundo, siendo el armador top de China. Ahora es volver a ser, algo que ya logró en Serbia pero quiere definitivamente recuperar en Madrid, tal vez su lugar en el mundo, aunque todos sabemos que Alta Córdoba lo es…

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