Tomás Etcheverry seguramente quedará con un sabor amargo por la derrota que sufrió en la segunda ronda del Masters 1000 de Roma, pero nada le quitará la alegría de haber podido cumplir aquel sueño que arrastra desde niño: enfrentar a Novak Djokovic. El tenista argentino nunca ocultó su fanatismo por el serbio y en Italia hasta saboreó lo que es tener contra las cuerdas a un número 1 del mundo, a pesar de sufrir finalmente una derrota por 7-6 y 6-2.
En junio del 2016, tras conseguir su primer punto ATP en un challenger, el tenista nacido en La Plata alzó un cartel que decía: “Djokovic 12900 / Etcheverry 1: faltan 12899″. El método se repitió varias veces el resto de los años, pero el tenista sudamericano no había podido enfrentar al serbio hasta este Masters 1000. El cuadro le hizo un guiño: tras vencer al francés Luca Van Assche (85° del ranking) en el debut con un 7-6 y 7-3, arribó a la segunda ronda donde inició su camino Nole.
El argentino, actual 61° del ranking, arrancó con un cachetazo al serbio y al público en general del campo central. Rápidamente, estaba 2-0 arriba tras quebrar el saque de su rival en el primer game y asegurar el suyo inmediatamente. La esperanza se diluyó después de caminar en el 3-1, entregando su saque en el sexto game después de dar batalla para culminar con un 3-3.
Corrió riesgo con el partido 4-5 en el primer set, pero levantó las dos bolas que lo ponían contra las cuerdas y terminó nivelando el tanteador con una magnífica definición en la red. Otra vez la paridad se hizo presente, al punto que Djokovic ganó 40-15 su saque y Tomi empujó al tie break de su lado con un resultado similar tras una definición destacada. En el medio, unos síntomas de malestar en el de los balcanes, que incluso tomó una pastilla que le acercó su equipo de trabajo desde la tribuna en el cambio de lado del 6-5.
Un mini quiebre y dos defensas de su servicio lo empujaron a iniciar 3-0 el sendero definitorio del primer parcial, pero Nole no dio respiros y emparejó inmediatamente las cosas para volver a estar como en el comienzo. Etcheverry defendió su saque para ponerse 4-3 con una jugada que hizo levantar de las butacas a los presentes y quedó a un paso de arrebatar el set de estreno por un error no forzado de su contrincante.
Bajo la atenta mirada del entrenador José Mourinho, Djokovic alzó otra vez la distancia para ponerse 5-5 y para colmo tuvo una definición brutal para quedar 6-5 con su saque en el tie break. El tiro a la red dejó al representante argentino de 23 años a un paso de tener un respiro de gloria. A Nole le costó una hora y cuarto adueñarse de ese primer juego.
El segundo set ya no tuvo las mismas expectativas que el inicial. En poco más de media hora Djokovic lo cerró con un 6-2 luego de romper en dos ocasiones el servicio de su contrincante y ahora se topará con el búlgaro Grigor Dimitrov.
En la previa del juego, Djokovic había sido consultado por el marcado fanatismo que mostró su contrincante de turno a lo largo de estos años. “Sí sí, lo vi... Tenía algunos puntos en aquel entonces, ¡menos que ahora! Mañana va a tener una chance de bajar la diferencia. Es una linda, linda historia. No he tenido la chance de hablar con él, es nuevo en el tour, pero parece ser una persona agradable. Tampoco lo vi mucho en la cancha, es un jugador joven, nuevo en el circuito. Obviamente, Argentina tiene una gran tradición tenística a lo largo de los años”, expresó entre risas.
En una entrevista con el sitio oficial de la ATP, Etcheverry rememoró cómo surgió ese cartel tras vencer al peruano Andre Ku Meza (6-1 y 6-0) en el Future de Ecuador que significó su primer punto profesional. “A mi entrenador en ese momento, Luciano Cabeiro, se le ocurrió hacerlo… para motivarme. Fue algo original, que nos reímos mucho. Y cuando entré al Top100 lo volví a hacer, valía la pena. Jugar con Djokovic es un sueño hecho realidad. Era algo que siempre quise… tenía muchas ganas de poder jugar contra él alguna vez. Desde muy chico que lo sigo, nací y crecí viéndolo a jugar, y ganar. Desde que yo agarré una raqueta por primera vez, él ya estaba arriba. Trataré de no respetarlo y animarme a ir por todo. Me agarra en un muy buen momento tenístico, el mejor de mi carrera, así que eso lo hace aún más especial y es algo positivo y lo voy a disfrutar un montón y tratar de enfocarme en mi”, reflexionó el muchacho que ostenta ocho títulos a nivel ITF, tres de ellos challengers.
Actualmente, Djokovic es el número 1 del mundo y arribó a este torneo con 6775 puntos. Tomás ostentó en Roma el 61° lugar con 826 puntos, a 5949 de su ídolo. Hoy en día es el tercer argentino mejor posicionado detrás de Francisco Cerúndolo (31) y Sebastián Báez (40).
La jornada de este viernes tuvo, precisamente, la aparición en cancha de Cerúndolo (venció al chino Wu Yibing por 4-6, 6-2 y 6-3 para llegar a tercera fase) y Báez (perdió contra el ruso Alexander Shevchenko por 6-3 y 6-4). Este torneo ya contó con las despedidas en primera ronda de Juan Manuel Cerúndolo, Pedro Cachín y Diego Schwartzman. El otro representante que está en carrera es Guido Pella: enfrentará en segunda fase al español Alejandro David Fokina.
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