Todos los miércoles por la noche la barra brava de Excursionistas come asado en los quinchos del club. Se sabe, el grupo del Bajo Belgrano apodado La Banda del Nevado está considerado como uno de los más violentos de toda la Capital Federal. Y se sabe también que su clásico rival es Defensores de Belgrano, que en la tarde de ayer jugaba contra Platense en la cancha de Quilmes por la Copa Argentina. Por eso cualquier mente con un poco de conocimiento del mundo del fútbol podía intuir que si traían desde Provincia a La barra del Dragón, que ocupaba tres de los ocho micros que fueron en caravana a ver el partido, lo más lógico era evitar la zona de Excursionistas, cuya sede está a sólo 150 metros del cruce de avenida Libertador y Pampa. Pero por negligencia o alguna hipótesis conspirativa que va tomando fuerza, la Policía hizo todo lo contrario: llevó a los hinchas por el lugar menos indicado, hubo un cruce entre ambas barras primero y después ya llegando al estadio de Defensores un durísimo enfrentamiento entre los barras locales y la Policía que dejó dos uniformados heridos y 29 detenidos que siguen presos ya que recién mañana serán indagados por la fiscal de Eventos Masivos, Celsa Ramírez, quien lleva una causa por atentado, resistencia a la autoridad, daños y lesiones leves.
Lo primero que llamó la atención es que la barra involucrada fuera la de Defe, como se le dice habitualmente al club, ya que hace más de un lustro que no provocaba conflictos. De hecho la popular cambió de manos antes de la pandemia. Por problemas de barrio más que de cancha dejó el paravalanchas Fernando Martín, alias Fernando de Palermo, a quien la fiscalía de Saavedra le pisaba los talones en una causa que involucraba barras, dólar blue y crímenes, y en la que pudo demostrar que no tenía nada que ver. Sigue yendo a la cancha, pero ya no maneja la popular. También quedó fuera de juego otro ladero suyo, el Yankee, que para la Policía seguía siendo el referente de la barra pero hace dos años vive fuera del país. En realidad los que pisan fuerte hoy son un grupo de jóvenes del barrio cuyo referente se llama Marcos y hasta ahora jamás se habían metido en problemas.
¿Qué pasó esta vez para que tuvieran su bautismo de fuego? Algo raro. Muy raro. A la ida, en vez de mandar a los micros por Lugones, paseo del Bajo y entrar por autopista a Provincia, el operativo decidió que la caravana fuera por General Paz, pasando por delante de la cancha de Platense, rival de ocasión. Por suerte los micros de la barra del Calamar habían salido 45 minutos antes porque si no todo podría haber salido muy mal. Confiados en ese antecedente fortuito, por inoperancia o algo más, se decidió que al regreso la barra de Defensores vuelva por Cantilo pero en vez de seguir hasta Udaondo, doblara en el Planetario para agarrar Libertador. Ni siquiera Figueroa Alcorta, que hubiera sido una alternativa más potable. Con lo cual era obvio que iban a pasar a metros de donde estaba la barra de Excursionistas. Y si éstos tenían el dato previo o sólo apostaron a la casualidad, es una incógnita. Lo cierto es que se pusieron cerca del puente de Libertador y, cuando pasaron los micros arrojaron piedras. Los barras de Defensores quisieron bajarse a pelear y la Policía con su Grupo de Acción Motorizada repartió lo suficiente como para que abortaran el plan. Por eso, cuando arribaron al estadio y con la sangre en el ojo, atacaron un patrullero. Allí había un grupo de Infantería y más policías que empezaron a reprimir con balas de goma a todo el mundo y se produjeron así las tremendas imágenes que se viralizaron rápido por Internet, con barras atacando, policías resistiendo y muchas familias que no tenían nada que ver intentando refugiarse de la guerra callejera. Cuando todo terminó el saldo fue de 29 detenidos, 27 varones y dos mujeres.
Ante la consulta de Infobae, desde el Ministerio de Seguridad de CABA explicaron que el operativo lo organizó la división Operaciones de la Policía de la Ciudad. Desde allí dijeron que sacaron el micro de Lugones porque más adelante por esa misma vía estaba el de Platense. Con solo aminorar la marcha hubiera sido suficiente. Desde Defensores creen que este hecho fue un vuelto para el club por prestarle el estadio a la CGT para su acto del 1° de mayo y porque en algunos partidos aparecieron banderas de Cristina Fernández. El presidente de la institución es Marcelo Achile, un hombre muy cercano al PJ porteño, que militó en el barrio con el actual secretario general de la presidencia, Julio Vitobello y con otro peronista histórico como Alberto Iribarne, y fue jefe de Gabinete de la Secretaría de Deportes durante los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner. Más allá de las suspicacias políticas, parece demasiado.
Otra hipótesis que se baraja es la interna que hay en el propio ministerio de Seguridad de la Ciudad desde la asunción en el cargo de Eugenio Burzaco. Algunos le endilgan haber flexibilizado la lucha contra la violencia en el fútbol a punto tal que, ante la pregunta de Infobae al Comité de Seguridad en el Fútbol sobre lo ocurrido, aseguraron que no tuvieron injerencia en el operativo de anoche ni fueron consultados para asesorar sobre el mismo. Y por último, algunos creen ver en el hecho una posibilidad de ampliar el operativo para el Superclásico del domingo con el consiguiente costo económico para unos, beneficio económico para otros. Así las cosas lo único cierto es que por negligencia o connivencia, Buenos Aires vivió anoche una jornada de terror. Ojalá sea la última.
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