A los 35 años, Germán Cano vive el clímax de su carrera. El delantero argentino del Fluminense es una máquina de inflar redes y de generar, a pura potencia y ubicuidad, situaciones de riesgo. En el 4-1 ante River Plate, por el Grupo D de la Copa Libertadores, anotó tres tantos (uno entrando al área tras una jugada colectiva y definiendo arriba; los otros bien de artillero, tocando el balón cerca de la línea), pero además le anularon otro por fuera de juego y reventó el palo de la valla defendida por Franco Armani. Intratable.
Las estadísticas son lapidarias: lleva 23 goles en 20 partidos en poco más de cuatro meses de 2023. Su 2022 ya había sido bestial con 44 gritos, misma cantidad que un tal Kylian Mbappé. El atacante estuvo en el Mundial de Qatar que consagró a Argentina, pero a diferencia de lo que pedían los fanáticos del Flu en cada presentación, lo disfrutó como espectador y no como parte del plantel de Lionel Scaloni.
Cano, nacido el 2 de febrero de 1988 en Lomas de Zamora, debutó en la Primera de Lanús en 2008 y luego pasó por Chacarita y Colón de Santa Fe en busca de continuidad. Apenas se apuntó tres goles, valorado por su entrega, pero sin amistarse con el arco y resistido por las hinchadas. Con vaivenes en el fútbol local, explotó en Colombia, donde jugó en el Deportivo Pereira e Independiente Medellín.
Entre su experiencia en los clubes cafeteros estuvo un año en Nacional de Paraguay y también se desempeñó en México, en el Pachuca y el León. Pero fue en Brasil el lugar en el que volvió a saltar a los primeros planos y Río de Janeiro lo recibió con los brazos abiertos. En 2020 se incorporó al Vasco da Gama y este año llegó al Flu, donde se convirtió en una máquina de hacer goles.
* El resumen de la gran victoria del Flu ante la Banda
Admirador de Ronaldo Nazario, (“siempre fue mi ídolo y referente”, supo declarar) hace un tiempo reconoció: “No tengo en mente regresar a Argentina. Estoy viviendo un presente muy lindo en Brasil. Es una de las mejores ligas del mundo. Es lindo enfrentar a grandes estrellas”.
En Río de Janeiro también supo destacar por su costado solidario. En mayo de 2021, realizó una subasta de artículos personales autografiados y utilizó el dinero recaudado para comprar canastas de alimentos que fueron distribuidas a los residentes de la comunidad de Tuiuti, en São Cristóvão.
Al mes siguiente, en la victoria 2-1 del Vasco sobre el Brusque, en la Serie B, Cano abrió el marcador y celebró el gol alzando la bandera del córner que tuvo los colores de la bandera LGBT y fue amonestado. Sin embargo, fue bien recibido por el público y rápidamente se viralizó en las redes sociales. Luego de que el futbolista australiano del Adelaide United, Josh Cavallo, revelara su homosexualidad, Cano le envió un mensaje de apoyo y le obsequió una camiseta especial de Vasco en honor a la comunidad LGBT.
River padeció su mejor versión y Cano celebró con su gesto característico: la L con sus dedos. ¿La razón? Le dedica sus hazañas a Lorenzo, su hijo. Y con su esposa Rocío Otero están esperando una niña, a la que quiere llamar... Lionela. “Yo quería ponerle así por lo que pasó en Qatar. Mi mujer estaba embarazada allá y no sabíamos. Argentina sale campeona del mundo, entonces el nombre sería Lio por Lionel y Nela por la esposa de Messi que es Antonela (Roccuzzo). Entonces quedaría Lionela. Sería muy bueno”, explicó en una entrevista para la televisión brasileña.
“Hicimos un gran partido, contra un gran rival. El equipo dio cátedra de cómo se juega al fútbol, con humildad y respeto hicimos un gran partido. Estamos orgullosos de lo que somos y lo demostramos dentro de la cancha. Queremos seguir de esa manera, ir paso a paso, esto es largo y podemos llegar más lejos aún dejando todo”, declaró con sazón tras la victoria.
* Las picantes declaraciones del punta
“Fue una noche soñada contra River en el Marcaná, hacerle tres goles es un honor, me duele mucho el tobillo pero la entrega y el sacrificio valieron la pena”, agregó. “El año pasado y este creo que fueron lo mejor de mi carrera. Estoy disfrutando muchísimo este presente hermoso”, concluyó.
Al terminar el encuentro, se quedó con la pelota y se marchó del césped del Maracaná revoleando una camiseta. Una imagen que seguramente jamás habrá imaginado cuando luchaba por una oportunidad en el Granate o saliendo a préstamo a Chacarita o Colón, mendigando un espacio en el área para poder explotar.
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