Por primera vez en su más de quince siglos de historia documentada y después de 137 años, desde el primer campeonato mundial oficial disputado en 1886, la corona del nuevo rey se ceñirá sobre un ajedrecista chino. La consagración del joven Ding Liren, de 30 años, referente de la Escuela China de Ajedrez se trata de un cambio de paradigma y del comienzo de una nueva Era en el milenario juego.
El chino Liren, N°3 del mundo, se impuso al ruso Ian Nepomniachtchi, N°2 y de 32 años, por 2,5 a 1,5 tras los cuatro juegos en el desempate de partidas rápidas llevado a cabo este domingo en el hotel St. Regis Astana, en Nur- Sultan -desde 2019 capital de Kazajistán-. Los tres primeros juegos de la sesión finalizaron empatados y el desequilibrio llegó en el cuarto; el chino se impuso tras 68 jugadas y se convirtió en el 21° campeón mundial oficial de esta actividad.
El duelo, entre el ruso Nepo (así lo llaman sus colegas) y el chino Liren, previsto a 14 partidas, con 2.000.000 de euros en premios (el 60% le correspondió al ganador), que había comenzado el pasado 9 de abril y finalizó ayer igualado en 7 puntos por bando, se reanudó hoy para disputar una sesión de desempate para determinar a un ganador. El sistema elegido a través de partidas rápidas consistía en una batería de cuatro partidas (con intercambio del color de las piezas) con ritmo de juego de 25 minutos, más un adicional de 10 segundos a favor de cada jugador por cada movimiento. Después de cuatro horas de sesión el chino Liren resultó vencedor y se adjudicó el título mundial que dejó vacante el anterior monarca, el noruego Magnus Carlsen. Ding Liren recibió la recompensa de 1.200.000 euros en premios.
“Este es un momento muy especial, y aunque aún no consigo relajarme me siento mucho más aliviado. Me gustaría dedicarles este triunfo a mis amigos, a mi mamá y a mi abuelo” soltó el flamante campeón mundial durante la rueda prensa realizada tras el final de la sesión de desempate. Y agregó; “lo que me ha sucedido hoy es el fruto de muchos años de trabajo y le da sentido a tantos días de esfuerzos. Difícilmente encuentre en otro hobby la felicidad que me ha regalado el ajedrez. ¿Qué siento por ser el primer ajedrecista chino que consiguió este título?, en lo personal es importante pero desearía que esto influya en muchos otros jóvenes y que más chicos y chicas chinas se acerquen aún más al ajedrez”.
También le consultaron sobre algún deseo inmediato. “Bueno, tal vez lo ideal sería un buen descanso; me gustaría tener tiempo para viajar y en especial poder ir a ver un partido de Juventus”, dijo Liren con una de las pocas sonrisas que su rostro le permitió dispararse tras el agotador desempate.
Ya sobre el cierre de la rueda, el campeón mundial soltó una frase, acaso como un desafío para el Magnus Carlsen, N°1 del mundo. “Lo conseguido hoy es muy importante pero no es mi sueño final, creo que es mucho más importante convertirme en el mejor jugador del mundo que sólo en el campeón mundial”, señaló el monarca que mañana en la ceremonia de clausura será consagrado oficialmente como un nuevo campeón mundial de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según sus siglas francesas).
Sin dudas que el match Nepo v. Liren se trató de uno de los más emocionantes en el historial de este juego y, acaso, será recordado por sus especialistas y en la vasta bibliografía como “La gran batalla de Kazajistán”. Es que más allá de la paridad de sus fuerzas (se enfrentaron el N°2 y N°3 del ranking de la FIDE), ambos jugadores, ya sea como conductores de las piezas blancas o negras, con aciertos y errores pugnaron afanosamente por la victoria a lo largo de todo el encuentro. El duelo, que finalizó igualado después de 14 partidas, producto de 3 victorias y 3 derrotas para cada uno y de 8 empates, tuvo recién hoy su desenlace tras la sesión de desempate.
El desconsuelo para el ruso Ian Nepomniachtchi y su país será duro de digerir; ésta se trató de su segunda oportunidad en conquistar la corona de ajedrez: en 2021 fue derrotado por Carlsen en Dubai, y ahora por Liren en Kazajistán. Además, se cumplen diecisiete años desde el último reinado de un jugador ruso -Vladimir Kramnik, en 2006- en el mundo del ajedrez.
En cambio, para China y para Ding Liren, en particular, todo es un reverdecer; su nombre tras la hazaña en Kazajistán integrará la selecta nómina de los 21 campeones mundiales, y en la que por primera vez uno será de nacionalidad china.
1°, Steinitz (República checa), 2°, Lasker (Alemania), 3°, Capablanca (Cuba), 4°, Alekhine (Rusia/Francia), 5°, Euwe (Países Bajos), 6°, Botvinnik, 7°, Smislov, 8°, Tal, 9°, Petrosian, 10°, Spassky, 11°, Karpov (todos soviéticos), 12°, Fischer (EE.UU.), 13°, Kasparov (URSS), 14°, Khalifman (Rusia), 15°, Anand (India), 16°, Ponomariov (Ucrania), 17°, Kasimdzhanov (Uzbekistán), 18°, Topalov (Bulgaria), 19°, Kramnik (Rusia), 20°, Carlsen (Noruega) y 21°, Liren (China).
Es justo señalar que la histórica victoria de Ding Liren no ha sido producto de la suerte -en el ajedrez suele decirse que sólo existen buenos o malos movimientos y las cuestiones de azar quedan reducidas por la impronta del juego-, por el contrario, su consagración ha sido fruto de su talento natural y el resultado de un trabajo de planificación con la caracterizada paciencia oriental; un emprendimiento personal que encontró en el Estado el respaldo de su puesta a punto.
El ajedrez en China
Es que, aunque existen indicios que el ajedrez llegó a China 50 años antes del nacimiento de la Era Cristiana, la práctica popular se inclinó por el XiangQi (ajedrez chino, con diferentes piezas y otra reglamentación). La comprensión y el estudio del ajedrez convencional comenzó recién hace poco más de 60 años, y con un agregado: durante la revolución cultural (1966-1976) el ajedrez estuvo prohibido.
Liu Wenzhe es sin dudas el gran hacedor de la presencia China en el mundo del ajedrez. Comenzó a jugarlo a fines de los años cincuenta y, a los 25, en 1965, dio el gran golpe: fue el primer ajedrecista chino que logró vencer a un gran maestro ruso (Nikolai Krogius) y meses después se convirtió en el primer maestro internacional con esa nacionalidad.
Pero llegó la revolución cultural y la música de Beethoven, el ajedrez y todo lo que se interpretara como signo del “decadente capitalismo” fue prohibido durante casi una década por un movimiento sociopolítico que causó millones de muertos y detenidos durante los últimos años del líder supremo Mao Zedong (1893-1976). Durante esos trágicos años, Liu Wenzhe fue represaliado y privado de su empleo, buscó refugio en la Biblioteca Nacional donde pasó largas horas y semanas estudiando ajedrez y traduciendo del ruso al chino todo lo que le parecía de interés. Se volvió erudito y en un fuerte jugador en el mismo momento.
En 1975, Dato Tan Chin Nam, un empresario malayo, antepuso el pensamiento a la acción y se interesó por el crecimiento del ajedrez en el continente asiático; junto a funcionarios chinos planificó a largo plazo la conversión de China en una superpotencia de ajedrez, con un objetivo el año 2000. Con dinero personal respaldó a la actividad y afilió a la Asociación China a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE).
En tanto el Comité Nacional de Deportes de China levantó centros de entrenamientos en Beijing y en algunas otras ciudades, que actuarían como academias para los ajedrecistas; los mejores jugadores serían los mentores de los jugadores más jóvenes, creando un ciclo de crecimiento y desarrollo. La iniciativa se denominó “Proyecto Gran Dragón”.
Tarde pero seguro, Liu Wenzhe tuvo su recompensa: la federación lo nombró Entrenador- jefe de los seleccionados mayores y de jóvenes talentos; le otorgaron un despacho provisto con la mejor tecnología del momento, con computadoras y bases de datos.
Wenzhe creyó que era el momento oportuno de la presentación de la Escuela China de Ajedrez, y entre sus frases de cabecera sobresalía: “No sólo hay que aprender de los demás, sino también criticar sus teorías”. También aportó una nueva visión del juego, definió al ajedrez como “el arte del pensamiento”, y resumió como la llave de su secreto al dominio de tres principios esenciales: Estrategia, Estructura y Espacio.
El trabajo de Liu Wenche tuvo sus frutos; durante su gestión China conquistó el título mundial femenino de ajedrez -Xie Jun lo consiguió en 1990, a los 19 años-, y otras cinco ajedrecistas chinas (Zhu Chen, Xu Yuhua, Hou Yifan, Tan Zhongyi y Ju Wenjun) repitieron la hazaña. En la actualidad Xie Jun es la presidenta de la Asociación China de Ajedrez. Además, Hou Yifan (retirada de la alta competencia) fue la más dominante de todas; no sólo brilló entre las mujeres, sino que además derrotó a varios varones y ocupó un espacio en el ranking masculino entre los mejores 60 del mundo. En los últimos 20 matches por el Campeonato Mundial Femenino hubo al menos una jugadora china en 17 de ellos.
En la competencia por equipos China también conquistó el título en las Olimpiada de Ajedrez Femenina; en 1990 cosechó la primera medalla de bronce lo que fue seguido con otras 3 (1992, 1994 y 2006), 4 de plata (1996, 2010, 2012 y 2014) y 6 doradas (1998, 2000, 2002, 2004, 2016 y 2018). Hoy son claras dominadoras de esa categoría.
En 2000, Liu Wenzhen (1940-2011) le pasó la posta al maestro Ye Jiangchuan, con él al frente del entrenamiento, China conquistó el primer título en la Olimpiada de Ajedrez Masculina; la primera medalla olímpica de plata llegó en 2006. Casi 3 décadas después del inicio del proyecto. Finalmente, las medallas doradas de varones se produjeron en 2014 y 2018. Y, como frutilla del postre, desde hoy, y por primera vez en el historial de este juego, un ajedrecista chino ganó el Mundial de la FIDE.
En la actualidad, más de mil niños -de los mejores ajedrecistas sub-8 y sub-10 de China- disputan los campeonatos nacionales en un hotel de cinco estrellas en Nankín. Sus padres, cuya presencia en la sala de juego está prohibida, sueñan con que su hijo o hija esté entre los poquísimos elegidos para una plaza en el Centro de Alto Rendimiento de Pekín. Y están dispuestos a grandes sacrificios si eso ocurre: incluido el de vivir separados durante años.
Por todo ello es evidente que Ding Liren no es fruto de la casualidad o sólo de su capacidad y talento; se trata de un exponente de la Escuela China de Ajedrez y que perteneció al “Proyecto Gran Dragón”, acaso así llamado en homenaje a uno de los más importantes pensadores y educadores de la historia de la humanidad, el filósofo chino Confucio (551 a.C- 479 a.C). Él señalaba que: “A las bestias las detiene una trampa, a los peces una red, a las aves una flecha, pero el Dragón surca el aire, el agua y la tierra. Por que al Dragón nadie puede detenerlo”.
El chino Ding Liren, el Dragón, el Emperador o simplemente el nuevo Rey del ajedrez.
Perfil de un campeón
Ding nació el 24 de octubre de 1992 en Wenzhou; una ciudad en la provincia de Zhejiang, al sureste de China. A los 4 años su madre lo inscribió en el club de ajedrez local donde pulió los rudimentos del juego. Sus primeros progresos fueron las conquistas de los subcampeonatos mundiales Sub10 y Sub12, respectivamente, entre 2003 y 2004. Sin embargo, la mejor exhibición en el dominio del juego sucedió cinco años después, a los 16 años conquistó el Campeonato Superior Chino 2009 y se convirtió en el más joven jugador en lograr esa hazaña (repitió el éxito en 2011 y 2012). Tamaña actuación le permitió la conquista del titulo de gran maestro antes de su cumpleaños 17.
En la Olimpíada de Ajedrez en Tromso 2014, el equipo masculino chino logró su primera medalla dorada, mientras que con su actuación individual Ding Liren cosechó la de bronce. Por entonces su fuerza de juego lo ubicaba entre los 10 mejores del mundo. Cuatro años después en la Olimpíada de ajedrez en Batumi, el equipo chino de varones repitió el éxito del oro y Ding Liren también sumó una medalla dorada por su labor en el 1er tablero.
En 2019, el chino Liren alcanzó una brillante actuación en la Copa Sinquefield, en EE.UU., de la que tomaron cuenta los doce mejores jugadores del ranking. Allí finalizó invicto y compartió el 1er puesto junto al campeón mundial Magnus Carlsen, al que derrotó en el desempate. También estableció un record de 100 partidas sin conocer derrota, el que luego fue superado por el campeón Carlsen que subió la marca a 125.
Aconsejado por sus padres Ding Liren completó los estudios universitarios; se inclinó por la carrera en Derecho. Se sabe que es una persona de gustos sencillos y disfruta de la buena comida y en especial de las pastas. Le gusta el fútbol y el básquetbol y junto a su novia (la pareja reside en Pekin) tienen predilección por dos artistas musicales: Damien Rice y Anders Fridén (Passenger).
Tal vez el camino hacia la conquista del campeonato mundial y de su consagración como el primer ajedrecista chino en lograrlo sea una de las escasas acciones fortuitas en su carrera. Entró como suplente y salió como campeón.
Es que el chino logró la plaza para jugar el torneo Candidatos en Madrid en 2022 como consecuencia del reemplazo del ruso Sergey Karjakin, que fue sancionado con la exclusión del certamen por sus manifestaciones a favor de la invasión rusa a Ucrania. El torneo de España tuvo por ganador al ruso Nepo, mientras el norteamericano Hikaru Nakamura, que llegó a la última rueda como escolta debía jugar con Liren, un empate le aseguraba a Nakamura el 2do puesto. Sin embargo, el chino Liren se quedó con la partida y el puesto de escolta. La renuncia de Carlsen tres meses después le abrió la posibilidad de llegar a la final, y a partir de hoy de dar inicio a la Era del Dragón.
Seguir leyendo: