El Campeonato Mundial de Snooker inició este mes para premiar al mejor jugador de la disciplina perteneciente a la rama del billar. Luca Brecel llegó como el gran interrogante de la competición, ya que nunca había pasado la primera ronda y no era uno de los grandes favoritos por la ausencia de un porvenir exitoso en los últimos meses. Sin embargo, este sábado dio un golpe de novela para sentenciar la mayor remontada de la historia en una cita de esta índole y jugará la final con el objetivo de alzarse con el suculento premio superior a los USD 600.000.
El jugador belga se encontró entre la espada y la pared este viernes frente a Si Jiahui. La partida al mejor de 35 mesas indicaba que perdía por 14-5 y parecía que el chino se llevaba el compromiso sin mayores sobresaltos, pero el que venía de eliminar al campeón defensor, Ronnie O’Sullivan, comenzó un trabajo artesanal para descontar una diferencia abultada. Al igual que en los cuartos de final, donde encadenó un parcial de 7-0 para levantar un 6-10 frente a O’Sullivan, logró estirar la definición a la sesión de este sábado contra el asiático después de lograr un parcial de 5-0, que dejó el trámite en 10-14.
La acción en el Teatro Crucible de Sheffield continuó en el inicio del fin de semana y Brecel sacó a relucir su costado más sereno para disminuir la brecha en el marcador. Esto no es menor, ya que ha reconocido anteriormente que le costaba mantener la concentración en duelos de larga duración. De esta forma aprovechó los errores del número 80 del mundo, que participaba por primera vez de la Copa del Mundo, para llevarse 11 frames (mesas), ponerse al frente en el resultado y convertir su fantástica labor en la mayor remontada de todas las ediciones del Mundial.
Nunca más le daría la posibilidad de equilibrar el trámite al joven de 20 años, que se vio privado de convertirse en el ganador más joven de la corona, un récord que ostenta Stephen Hendry, quien lo logró con 21 años en 1990. El ganador de la eliminatoria por 17-15 (era al mejor de 33) disputará la final durante este domingo y lunes al mejor de 35 frames frente al vencedor del cruce entre Mark Selby y Mark Allen.
“No practiqué para este torneo, quería estar mentalmente fresco, no tenía expectativa, incluso pensé que iba a perder rápido, pero desde la primera sesión que vengo jugando bien. No exagero cuando digo que no esperaba estar en la final”, declaró para las redes oficiales del World Snooker Tour. Días atrás, había dado precisiones de su escasa preparación: “Antes del torneo salía de fiesta y me iba a dormir a las 6 o 7 de la mañana, jugaba al FIFA con mis amigos, bebía...”. “Incluso después de ganar en octavos llegué a casa a las 7 de la mañana. Estaba borracho como el infierno”, se sinceró.
“La final la voy a disfrutar porque no debería ni siquiera estar allí. No creo que sienta presión, voy a disfrutarlo”, relató. Y se refirió a un triunfo que quedará en la historia del torneo: “He hecho muchas cosas increíbles pero ninguna se compara con esta. Siempre seguí creyendo. Todo el mundo me está escribiendo, la noticia está en todos los noticieros, nunca viví algo igual”.
El finalista de 28 años jugará su primera final mundialista y es el primer nacido en Europa Continental (fuera de Gran Bretaña e Irlanda) en lograr llegar al último juego con posibilidad de levantar el título. Su palmarés cuenta con tres títulos de relevancia como el China Championship 2017/18, el Open de Escocia de la temporada pasada y la Championship League en los inicios del curso actual.
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