En febrero de 2021, Boca Juniors dio el golpe en el mercado de pases al incorporar a Marcos Rojo, proveniente del Manchester United, más allá de que había tenido un regreso breve a Estudiantes. El defensor aceptó el ofrecimiento de Juan Román Riquelme, a pesar de que, ya con la lapicera enarbolada, otra oferta de fuste le hizo vibrar el teléfono: la de Eiver Plate, con Marcelo Gallardo como puente.
El zaguero, de 33 años, dio detalles de aquel tironeo, que le valió la enemistad momentánea de su compinche Enzo Pérez: en el Líbero versus, el clásico ping pong de preguntas y respuestas de TyC Sports. El adelanto de dicha emisión, que saldrá al aire este jueves, reveló la intimidad de la puja. “Mi vieja es de River. Ella me decía ‘en Boca no, en Boca no, nunca’. Ahora va a la cancha, canta las canciones, es fanática, grita y quiere que gane Boca siempre. Ganamos el Superclásico y le regalé la camiseta, no se la saca más”, contó sobre la primera resistencia que recibió sobre su desembarco en La Ribera.
“No se enteró de cuando me llamó Gallardo. No le dije a nadie”, comentó. Y se sumergió en aquel movimiento de seducción que quedó trunco, pero le generó consecuencias. “Estaba a punto de firmar con Boca. Enzo Pérez me dijo que me quería hablar me llamó, hablamos de fútbol. No sé cómo se enteró que yo iba a firmar, pero ya tenía todo arreglado con Boca, iba a firmar el lunes, estaba convencido”, describió. Y aceptó que escuchó en la voz del Muñeco la frase “vení que vamos a ganar todo”.
El defensor conoció a Pérez en Estudiantes, donde ganaron todo. Luego coincidieron en la Selección. Y el mediocampista quería darle continuidad al vínculo en Núñez. Sin embargo, su gestión no alcanzó y quedaron enfrentados... Literalmente. “Enzo se enojó, estuvo enojado, peleado, porque fui a Boca, él quería que fuera a River. Yo le decía: ‘Enzo, ¿sos boludo?’ En la cancha nos matamos. Yo le pegué a propósito, me cagaba de risa, pero él estaba enojado en serio”, narró.
“Hasta que con mi familia teníamos cinco días y nos fuimos a Bariloche. Estábamos en el hotel, me registro y me dicen, ‘está Enzo Pérez’. Fuimos a cenar al hotel y estaban él con su familia. Charlamos toda la noche, dijimos las cosas que teníamos que decirnos y la amistad volvió”, relató cómo se reconciliaron, aunque quedaron algunas esquirlas, que se disiparon en el campo de juego.
“A mí me dolía, yo le había escrito un mensaje así de largo, no me respondía. Si vos mirás los clásicos, hay un pelota dividida que pica, yo le puse el cuerpo y él me empezó a putear. Vino el referí y le dijimos ‘vos no te metás’. Creo que era Pato Loustau. Nos bardeamos. Vamos a penales ese día, yo voy a buscar la pelota y él estaba ahí. Y me decía, ‘la concha de tu madre, la concha de tu madre’. Y yo decía ‘vos estás re loco, re confundido’. Es medio loquito”, se sonrió con el recuerdo.
OTRAS SENTENCIAS DE MARCOS ROJO
“Riquelme viene, está siempre en el predio. Y, cuando se acerca, charla con nosotros. Se nota la diferencia cuando él está o no. Son esas personas que tienen presencia. Él viene, me habla, me abraza, me dice esto, lo otro... Lo miraba siempre y ahora lo tengo al lado”.
“Cada vez que viene y charla, nosotros empezamos a ganar. Le digo que tiene que venir seguido. Cuando estábamos lejos en el torneo con Ibarra, Riquelme se presentó y ahí cambiamos. Nos dijo que estaba en nosotros si queríamos ser campeones. Estábamos a 20 puntos y lo terminamos ganando”.
“Es el vicepresidente, es un referente histórico del club. Y que venga y te diga algo en ese momento creo que suma. Son jugadores que vivieron toda una vida ahí adentro y conocen el club como es”.
“Estoy convencido de que tenemos un equipazo. Tenemos jugadores grandísimos. Obvio que tenemos que mejorar, que no estamos en nuestro nivel, que no estamos jugando como quisiéramos. Estamos en el club más grande de la Argentina y hay que estar a la altura. Si competimos al mismo nivel que los demás, como lo hicimos el año pasado, tenemos chances de ganar el torneo todos los años”.
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