La eliminación de Colombia ante Brasil por el Mundial 2014 puso fin a su mejor actuación individual dentro de esa selección en la Copa del Mundo. James Rodríguez destiló talento de sus botines en el elenco dirigido por José Pekerman y así lo reflejaron las estadísticas, que lo dejaron como el máximo goleador de la competición. Casi una década después, su realidad dista de las mieles del éxito. En el último tiempo, los escándalos extrafutbolísticos fueron consumiendo su carrera hasta que desde su anterior club, Olympiakos, lanzaron una grave acusación en su contra.
A pesar de que se marchó en abril pasado, las esquirlas de su arribo quedaron latentes en la institución, dentro de una temporada donde ya quedó relegado en la pelea por el campeonato. La barra del equipo, denominada Gate 7, realizó una publicación en su cuenta oficial de Facebook, luego de la caída por 3-1 ante AEK como local. En un extenso descargo, uno de los apuntados fue el sudamericano: “James Rodríguez, un jugador con el que otros clubes griegos solo pueden soñar, frecuentaba los clubes de striptease todos los sábados”.
“¡Muchos jugadores indignos de usar la camiseta de Olympiacos!”, escribieron y, con visible enfado, añadieron: “Este año vimos uno de los peores Olympiacos de la década, un Olympiacos que sin duda no era el que hemos soñado desde junio pasado”. Las responsabilidades también fueron volcadas hacia los directivos por las determinaciones futbolísticas, pero la denuncia pública contra el colombiano se destacó sobre sus excompañeros porque fue el único apuntado por sus salidas nocturnas.
Cabe recordar que su partida se había dado de “mutuo acuerdo” y él utilizó sus redes sociales para despedirse: “Me gustaría agradecer a todos por todo el tiempo que hemos pasado juntos. Aunque vamos por caminos separados, siento que siempre seré un miembro y bienvenido en la familia del gran puerto Pireo. Le deseo lo mejor al Olympiacos y mucho éxito en el futuro”. En su paso jugó 23 partidos con 5 goles y 6 asistencias.
Esta no es la primera vez que Rodríguez se ve envuelto en cuestiones vinculadas a su vida personal. El ex jugador de Envigado, Banfield y Porto, entre otros clubes, saltó al Real Madrid en 2014, pero nunca se asentó en sus tres temporadas en la Casa Blanca. Entre sus antecedentes negativos, destacan que, tras una cena con los reyes de España, se fue de fiesta con Carlos Bacca, jugador del Sevilla en ese entonces, hasta la madrugada, según divulgaron los medios españoles.
Otra de las polémicas que protagonizó está vinculada por celebrar el cumpleaños de Cristiano Ronaldo después de perder 4-0 el clásico frente al Atlético de Madrid. En una ocasión distinta, lo encontraron saliendo de un restaurante a las 5 de la mañana en compañía de sus excompañeros Sergio Ramos y Jesé Rodríguez.
Un hecho similar sucedió en su cesión dentro del Bayern Múnich. Habría contado con la complicidad de Ribèry, Rafinha y David Alaba, quienes abandonaron la concentración en Miami en medio de la pretemporada dentro de los Estados Unidos. Después de desautorizar a su entrenador, Niko Kovac, regresaron a altas horas de la madrugada y su técnico optó por evitar los castigos, según explicó el diario alemán Bild.
Su paso más conflictivo sucedió en su única experiencia dentro de la Premier League. Carlo Ancelotti había sido su DT en el Merengue y confiaba en recuperar su mejor versión en el Everton, pero su estadía en Liverpool comenzó de mala forma. En medio de una Fecha FIFA, el volante no había sido convocado a su selección y aún no había entrenado con el primer equipo a la espera de recuperarse de una lesión. Esto no le imposibilitó subirse a un yate en Ibiza. El medio británico The Sun publicó fotografías en las que el jugador se mostró entre amigos y fumando un cigarrillo electrónico.
La partida de Ancelotti para la posterior llegada de Rafa Benítez comenzó a finiquitar su ciclo. Así lo declaró James en diálogo con el canal de Twich del jugador de fútsal, Ricardinho: “El entrenador me dijo el primer día de la pretemporada ‘mira, ya tú estás mayor, tienes 30 años, yo prefiero tener gente joven, gente con mucha fuerza, con mucha energía, que corra, así que búscate club’”.
Sin pelos en la lengua, remató: “Yo le dije al gerente: en tres meses, este va a estar fuera. Yo algo de fútbol sé. Yo ya estuve con él y es jodido. Y a los tres meses, fuera”. El futbolista de 31 años se marchó en septiembre de ese año y Benítez dejó el cargo en enero siguiente tras 22 partidos. Allí, su próximo destino fue Al-Rayyan de Qatar con la única meta en llegar pleno al Mundial 2022: “No fui por mucho dinero, sino porque quería jugar. Decía ‘juego el Mundial, me va bien y puedo irme’, pero nos quedamos fuera (de la Copa del Mundo) por un punto”.
Actualmente, la incertidumbre domina su futuro, ya que continúa sin equipo después de su ida del fútbol griego. El hombre con pasado en el Monaco dedica su tiempo libre a los negocios particulares, mientras continúa en la búsqueda de sumar minutos para ser tenido en cuenta por Néstor Lorenzo en la selección de Colombia con la meta puesta en el Mundial 2026.
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