A los 35 años, el General Nicolás Otamendi continúa mostrando su vigencia. El marcador central que fue titular en la selección argentina campeona del mundo en Qatar es pieza vital en el Benfica, líder de la Primeira Liga con 74 unidades, cuatro más que el Porto, su escolta. El defensor convirtió el único gol de su equipo, que venció 1-0 al Estoril. Y, al mismo tiempo, estuvo al borde de la expulsión (o más precisamente debió ser expulsado) por un planchazo.
Corrían 44 minutos de la etapa inicial cuando el ex Vélez marcó distancias. A la salida de un córner ejecutado corto, David Neres dibujó una finta gracias a la que pasó entre dos rivales y envió el centro al segundo palo. Allí apareció a la carrera el zaguero, que al elevarse le sacó un cuerpo en el salto a su marcador y clavó su cabezazo en un ángulo. El salto y la diferencia de altura respecto a su adversario hizo recordar a los brincos de Cristiano Ronaldo, incluso en las redes algunos usuarios bromearon con esa particularidad.
La vehemencia que imprime en cada disputa de balón casi dejan a Ota fuera del partido: es que cuando fue a pelear la pelota con Pedro Álvaro le aplicó un planchazo entre el tobillo y el pie, que merecía tarjeta roja. Sin embargo apenas fue amonestado y pudo completar el encuentro, para celebrar con sus compañeros el paso hacia el título local.
Otro campeón del mundo que regaló su grito
Lautaro Martínez también tuvo un domingo feliz. Horas después de acceder con el Inter a la semifinal de la Champions League tras eliminar (con un gol suyo) precisamente al Benfica -se medirá en dicha instancia al Milan-, el delantero ex Racing volvió a celebrar un tanto propio en la goleada de su elenco 3-0 ante el Empoli. Fue el último, a los 88 minutos, tras las dos conquistas de Romelu Lukaku.
* Las principales acciones en la amplia victoria del Inter
Tras un contragolpe rápido encabezado por el citado Lukaku, el belga habilitó al Toro, quien dominó, aguantó el embate del defensor y definió cruzado de zurda. Luego, encabezó un festejo en espejo con su compañero de ataque y se fundieron en un fuerte abrazo.
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