La fecha 30 de la Eredivisie continuó este sábado con tres partidos a la espera del clásico de mañana entre PSV y Ajax. Fue justamente en uno de estos duelos, el que protagonizaron Groningen y NEC Nijmegen, el que fue escenario de un hecho curioso en el fútbol neerlandés.
Una disputa por el balón entre el futbolista del cuadro local Oliver Antman y su rival Souffian El Karouani sobre el costado de la cancha concluyó con el cobro de una infracción para el cuadro visitante. Ante esto, un aficionado enfurecido arrojó un vaso de cerveza que dio en la parte baja de su espalda del juez de línea.
Inmediatamente, el propio El Karouani miró en dirección a las gradas para observar quién había sido el culpable de la agresión y tuvo un pequeño cruce verbal. Ante esta situación, el árbitro llamó a todos los jugadores y les ordenó marcharse del campo de juego. Poco después informó que el partido estaba suspendido. Mientras se daba su aprehensión, los espectadores coreaban “qué vergüenza” para repudiar el acto que concluyó el espectáculo deportivo.
Minutos después, la Real Federación Holandesa de Fútbol se expidió: “El partido FC Groningen - NEC ha sido suspendido de forma definitiva. Esto sucedió después de que el árbitro asistente fuera golpeado por un vaso con líquido arrojado desde la grada”. “Las medidas recientemente endurecidas de la KNVB, destinadas a la seguridad en el campo, establecen que si un jugador o (asistente) del árbitro es golpeado por un objeto desde la grada, el árbitro decide inmediatamente detener el partido de forma permanente. Desafortunadamente, el árbitro tuvo que aplicar esta regla esta noche. El resto del partido se decidirá en una fecha posterior”, sentenció.
Sin dudas una sanción ejemplar que no suele verse en el fútbol. Es que la lógica que suele aplicarse es que si el agredido puede continuar, los partidos no se suspenden. Pero, en los Países Bajos parece haber bajado el nivel de tolerancia y ahora no hay margen para este tipo de acciones.
Las semifinales de la Copa de los Países Bajos motivaron este cambio reciente en las reglas que sentaron su primer precedente. La victoria parcial del Ajax por 2-1 sobre Feyenoord en De Klassieker disputado el 5 de abril pasado se interrumpió a los 60 minutos cuando un hincha, se supone del elenco perdedor, arrojó un encendedor, que impactó contra la cabeza de Davy Klaassen. El futbolista fue atendido por los médicos debido a un sangrado en la parte posterior de esa zona y, tras media hora de interrupción, el juego se reanudó con triunfo para los Hijos de los Dioses, que jugarán la final ante PSV el próximo domingo 30 de abril.
Esto generó una decisión disruptiva en el fútbol mundial y la KNVB anunció que los árbitros ahora tienen la potestad de mandar a los jugadores a los vestuarios si se arrojan objetos a la cancha. Lo mismo se aplica ante el ingreso de cualquier persona no autorizada al campo de juego. El objetivo es acabar de una vez por todas con estos actos de violencia.
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