El día que River Plate quiso “robarle” a Boca Juniors a Valentín Barco, el chico que nunca sonreía

Durante sus inicios en las inferiores del Xeneize, desde Núñez buscaron tentarlo para soplárselo al clásico rival

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Valentín Barco durante un superclásico
Valentín Barco durante un superclásico de inferiores

El juvenil que fue tapa de todas las portadas luego de la victoria agónica de Boca Juniors ante Deportivo Pereira por la Copa Libertadores grabó su destino con los colores azul y oro. Valentín Barco, oriundo de la localidad de Veinticinco de Mayo y que dio sus primeros pasos en el Club Atlético Sportivo, es desde hace años el diamante en bruto que guarda la cantera xeneize. Poer hay un capítulo de su carrera amateur que estaba escondido: su fichaje frustrado a River Plate.

Con apenas 9 años, Edgardo el Negro Sánchez fue el ojeador que lo presentó en las infantiles de Boca, donde quedaron maravillados con sus condiciones. En su pueblo jugaba con la número 10 y desparramaba rivales por doquier. En el Xeneize apostaban a ponerlo como extremo, mediocampista por izquierda o enganche, aunque enseguida le tomó el gusto al lateral izquierdo para tener la cancha de frente y arrancar en velocidad dejando rivales por el camino. El que lo asentó en ese puesto fue Diego Martínez, actual DT de Tigre.

Lo cierto es que en el impasse desde que el emblemático Ramón Maddoni habló con su familia para poder ficharlo y se concretó la firma formal, el Millonario metió las narices y pudo habérselo soplado al rival de toda la vida. El Colo viajaba 450 kilómetros por día para entrenarse en La Candela, primero cada quince días y luego asiduamente. Lo ficharon para la Liga Metropolitana para que fuera conociendo a sus compañeros y se adaptara al Mundo Boca. Recién en 2015 pasó a integrar el grupo de AFA.

En Boca se desesperaron cuando un día llegó una foto del habilidoso zurdo de cabello rojizo en el estadio Monumental. Enseguida se contactaron con su familia para asegurarse de que todavía seguía en pie el deseo de jugar con la camiseta xeneize. Como los papeles todavía no estaban firmados, desde Boca apresuraron los trámites y evitaron que el operativo seducción de los de Núñez llegara a tomar forma. Suponen hasta hoy que fue una forma de tentarlo a ponerse la camiseta de la Banda.

El Colo durante un partido
El Colo durante un partido contra Newell's ya jugando en el que es su puesto natural: lateral izquierdo

Paradójicamente, a Barco le terminó yendo más que bien en los superclásicos que disputó a lo largo de su ascenso por las juveniles boquenses. De hecho se dio el gran gusto de marcarle un golazo en la Reserva en 2021, con un no look pass incluido y festejo con el Topo Gigio de Riquelme. Luego del match, hasta algunos niños con camiseta riverplatense le pidieron fotos por haber sido la figura del partido.

Oscar Regenhardt, ex coordinador del fútbol juvenil de Boca Juniors, recordó sobre la primera impresión que le dio la gran promesa del club de la Ribera: “Cuando pasaba al ataque tenía mucha claridad y personalidad, además de pegarle muy bien a la pelota. Lo pusieron de extremo, pero él quería jugar de 3. Como le costaba volver, le explicamos que debía tener más dedicación con la marca para jugar en esa posición. Estábamos seguros de que tenía una proyección enorme”.

Casi inmediatamente después de ser fichado por Boca, en las selecciones juveniles Sub 13 y Sub 15 pasó a ser habitué: “Los técnicos que estaban en ese momento nos hablaron maravillas de él. Recuerdo que nos hemos reunido para mostrarle videos suyos con lo bueno y lo malo, para potenciar esas cosas buenas y tratar de corregir alguna falencia, lo poquito que le faltaba, para que sea un jugador completo. Siempre para sacar lo mejor de él”.

La otra perlita de los inicios de Barco en Boca fue el alto nivel de circunspección que manejaba. “Siempre fue muy serio, de reírse poco y mostrarles poco a los técnicos y los profes si estaba contento o no”, reveló Regenhardt. Incluso en esa faceta también buscaron “trabajarlo” para que se soltara más y así evitaran inconvenientes futuros: “Buscamos corregir eso porque pensábamos que esa seriedad quizás le podía generar alguna contradicción con algún técnico o que hubiera alguien a quien no le cayera bien. Pero igualmente siempre tuvo muy claro lo que tenía que hacer en la cancha y no solo lo demostraba, sino que le sobraba”.

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