En el peor momento de Boca Juniors y cuando La Bombonera se “venía abajo” con insultos y recriminaciones hacia los futbolistas más experimentados del plantel en el 0-1 de local ante Deportivo Pereira en la segunda fecha de la Copa Libertadores, hubo un jugador que nunca dejó de intentar y empujar a sus compañeros para buscar la igualdad. Ese hombrecito de 18 años, recientemente convocado por Javier Mascherano a la lista preliminar del Mundial Sub 20, se llama Valentín Barco y fue quien revitalizó al Xeneize en una noche que pintaba negra.
Ante la ausencia de Frank Fabra por lesión, Jorge Almirón apostó por el joven lateral izquierdo nacido en la localidad bonaerense de 25 de Mayo, que ya había debutado en la Primera de Boca con 16 años de la mano de Miguel Ángel Russo en un partido ante Unión de Santa Fe y era marcado como una de las joyas de la Reserva de Sebastián Battaglia. Barco, en su debut por Copa Libertadores, mostró personalidad, aplomo y unas estadísticas envidiables. Fue primero en toques (103), faltas recibidas (8), recuperaciones de balón (12), duelos ganados (21), gambetas completadas (4) y entradas completadas (7/9). Además, el autor de la asistencia para el gol de Álan Varela en tiempo de descuento. “El Colo es un fenómeno, está jugando muy bien. Ya lo demostró en la Reserva y ahora en la Primera”, remarcó el goleador tras la victoria.
La historia del juvenil con el fútbol comenzó en su pueblo, en el club Sportivo de 25 de Mayo, donde ya brillaba desde chico como delantero. Con 9 años, su talento fue detectado por el reconocido ojeador Ramón Maddoni, quien le consiguió la prueba en Boca Juniors. Luego de fichar en el club de La Ribera, Barco desplegó su talento hasta ser convocado en la selección argentina Sub 13 y Sub 15. Pero no todo fue sencillo para el Colo, ya que debió hacer sacrificios extremos junto a su familia para cumplir su sueño.
Sin lugar en la pensión de Boca, debió recorrer 450 kilómetros de ida y de vuelta desde 25 de Mayo a la Ciudad de Buenos Aires durante tres años al menos cuatro veces por semana a bordo del Renault 12 de su padre. Su mamá, Patricia, contó cómo fueron aquellos viajes. “Había veces que no teníamos nada de plata. ‘Tenemos para el gas y el peaje. Vamos y llevamos el mate’, le decía yo. ‘Sí, má, vamos’. Ha ido hasta con fiebre a entrenar, vomitando”, dijo en el medio Convergencias.
Pero los sueños están para cumplirse y Valentín atravesó los obstáculos necesarios hasta poder firmar su contrato y renovarlo hasta el 31 de diciembre de 2024 con una cláusula de salida de 10 millones de dólares. “Volver acá a La Bombonera con un triunfo es hermoso, lo necesitamos para la confianza del equipo. Ganar de esta manera creo que nos va a motivar mucho más para poder seguir todo los días. Siento el cariño que me da la gente y estoy muy agradecido al hincha de Boca. Trato de devolverles todo el cariño que me dan dentro de la cancha”, expresó con serenidad luego del 2-1 que significó el primer triunfo en la Libertadores 2023.
“Es un orgullo enorme todo esto. La gente me banca mucho, me tiene mucho cariño y se nota todos los días. Si me toca patear los a los tiros libres los voy a patear. Los grandes me felicitaban, me decían que siga así, saben lo que trabajé para tener esta oportunidad y trato de devolverlo dentro de la cancha”, continuó con templanza en los micrófonos de ESPN.
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