Con 32 años recién cumplidos (el 5 de abril), y con un castellano de acento claramente argentino (“lo aprendí cuando pasé por el Atlético Madrid B, y había varios con los que compartía horas de música y TV de su país”), el arquero de la selección marroquí Yassine Bounou -más conocido como “Bono”- dialogó con Infobae acerca del gran momento que vive el fútbol de su país luego del cuarto puesto en el Mundial pasado, de su amor por River Plate y en especial, por su ídolo Ariel Ortega.
-Qué gran momento que vive el fútbol marroquí ¿no?
-Por suerte, sí. El cuarto puesto en el Mundial de Qatar fue muy importante porque se trató de un hecho histórico, porque nunca antes una selección africana había llegado a semifinales en una Copa del Mundo, y porque creo que de ahora en adelante quedó demostrado que esto se puede volver a repetir y que somos capaces de haberlo conseguido.
-¿Cuál fue la fórmula del éxito?
-No creo que haya una sola. Es el éxito del gran trabajo que hicimos con nuestro entrenador, (Walid) Regragui. Había muy buenos jugadores que por suerte están en los mejores equipos del mundo, aunque a veces las cosas se dan de una determinada manera, como nos pasó en los penales contra España en los octavos de final.
-Sacaron muy buenos resultados ante selecciones de muy buen nivel.
-Sí, no es casualidad que le hayamos empatado a Croacia, le ganamos a Bélgica, eliminamos a España y a Portugal... pero ahora el Mundial terminó y le ganamos a Brasil y empatamos con Perú, dos resultados que nos indican que seguimos por el camino correcto.
-Lleva una década en la selección marroquí pero hasta se dijo que pudo jugar en Canadá porque usted nació allí. ¿Fue así?
-Sí, así es, aunque de muy pequeño regresé a vivir con mis padres a Marruecos porque ellos nacieron allí. Y de hecho, debuté en el Wydad Casablanca a los 19 años, pero yo soy marroquí de corazón y por eso nunca me planteé otra cosa que jugar en esta selección.
-Estuvo en la terna de los arqueros para los premios “The Best” de la FIFA en la reciente gala de febrero en París. ¿Qué representa esto para usted?
-Un orgullo y un reconocimiento a lo que vengo trabajando desde hace años en el fútbol, con una carrera larga y que, como tanta gente, tuve que pasar por muchas circunstancias y varios equipos hasta poder consolidarme. Tuve muchas satisfacciones como ganar un premio Zamora (en 2022) como el menos vencido de la temporada en el Sevilla, o ser campeón de la Europa League ante el Manchester United (en 2020), o ser uno de los dos arqueros con más asistencias en el Siglo XXI junto a Dudú Aouate (israelí).
-Usted menciona muchos momentos de su carrera, pero ¿cuánta incidencia tiene el Mundial en el premio?
-No lo sé, pero sí es claro que un Mundial es muy importante y condiciona, pero es lógico que eso ocurra.
-¿Le pareció justo que el premio lo ganara Emiliano Martínez?
-Sí, claro, es un grandísimo arquero y fue decisivo, sin lugar a dudas.
-Algunos cuestionaron que no haya estado en el Once Ideal de la FIFA de 2022 y que en ese lugar lo ocupara (Thibaut) Courtois.
-Al final, son premios, son eventos, es así y ya está. Tampoco hay que buscar por otro lado. Lo que es seguro es que los jugadores que aparecen en el Once Ideal son grandísimos y lo merecen.
-Usted se convirtió en héroe para su gente durante el Mundial, pero en especial cuando atajó dos penales ante España en octavos de final, a Carlos Soler y a Sergio Busquets, y ayudó a la clasificación de Marruecos a los cuartos de final.
-Sí, aquello fue una alegría enorme y además, nos sentimos locales por tanto apoyo que hemos recibido de nuestra gente y de los qataríes. El festejo fue impresionante e inolvidable.
-En ese partido contra España, ustedes se metieron atrás pero cada contragolpe parecía gol.
-Sí, lo ganamos al mejor estilo del Cholo Simeone (risas).
-Durante el Mundial, usted recibió como regalo la camiseta de Ariel Ortega, dedicada por él. ¿Qué nos podés aportar?
-Sí, es mi ídolo desde niño y él lo sabe. Lo pudimos hablar por las redes sociales. Mi perro se llama “Ariel” en su homenaje. Me emocioné mucho al recibir la camiseta de “Orteguita” y me envió un mensaje de video.
-¿Y cómo es que Ortega se transformó en su ídolo?
-Es que yo soy hincha de River desde muy pequeño, desde que mi padre me regaló una camiseta de la selección argentina, que fue mi primera camiseta de fútbol y desde ese momento siempre me gustó la Argentina y me encantan los argentinos y en especial, los hinchas de River. Nunca pude ir a conocer el Monumental pero sí estuve en la final de la Copa Libertadores de 2018 en el Santiago Bernabéu y fui a Japón a verlo contra el Barcelona en el Mundial de Clubes en 2015.
-¿Es verdad que casi se pierde de ir al Bernabeu en 2018?
-Sí, es verdad. Yo jugaba en ese entonces en el Girona y me lesioné ante el Atlético Madrid y al terminar el partido, me acerqué a (Germán) Burgos para preguntarle si tenía entradas para esa final y me dijo “sos un hijo de p... te lesionaste a propósito”, pero no, era en serio la lesión. La entrada me la terminó consiguiendo (Leandro) Chichizola, que estaba en el Getafe y es amigo mío.
-¿Jugaría en River?
-Me encantaría jugar allí alguna vez, pero nunca se sabe. Ojalá suceda. Me encanta ese ambiente, lo que cantan, cómo se vive.
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