En abril de 2012 Independiente goleó 4-1 a Racing en un clásico de Avellaneda que quedó en la historia, no sólo por el abultado resultado, sino por lo ocurrido poco después del pitazo final, cuando los futbolistas de la Academia regresaron al vestuario visitante del estadio Libertadores de América. Ese día, el colombiano Teófilo Gutiérrez y se enfrentó a sus compañeros y amenazó con un arma en un hecho sin precedentes que conmocionó al fútbol nacional. Desde aquel entonces, han sido varios los protagonistas que han recordado ese suceso, pero nunca con tanta claridad como lo hizo por estas horas Brian Sarmiento.
El ex futbolista que por entonces defendía los colores de Racing habló en el programa Son Aviones y relató en detalle qué fue lo que pasó. Aquel cuadro que conducía el Coco Basile llegaba golpeado al partido con su histórico rival y por eso el entrenador les había anticipado a sus dirigidos en la previa que si perdían, daría un paso al costado. Ante esto, el plantel se propuso dar lo mejor para regalarle una alegría a sus hinchas, que venían de tres partidos sin victorias, y para respaldar el DT.
La historia empezó de la mejor manera para la Academia, porque a los 26 minutos Gabriel Hauche aprovechó un error de Gabriel Milito en salida y asistió a Teo Gutiérrez para el 1 a 0. Pero el Rojo lo dio vuelta con un doblete de Facundo Parra. En el segundo tiempo, el visitante se quedó con 10 por la expulsión de Bruno Zuculini y cuando más tranquilidad necesitaba su equipo, el delantero colombiano cambió el partido. “Teo va y lo putea al árbitro (Sergio Pezzotta) de frente a frente de la nada”, recordó Sarmiento. Tarjeta roja para Gutiérrez y Racing, con 9, no pudo resistir lo que terminó siendo goleada por los tantos de Patricio Vidal y Patito Rodríguez.
“Termina el partido y estaba el Chino (Saja) diciendo ‘Entren entren y que no entre ningún dirigente y que no entre nadie’, y yo dije ‘chau’. Cuando entramos estaba él (Teo) ya vestidito con la mochilita, todo preparado para irse, como si fuese que ‘ya está, a donde está el tercer tiempo acá'”.
El hecho de haberse ido expulsado de manera infantil y su actitud de querer marcharse como si nada hubiese ocurrido enfureció a Sebastián Saja, capitán de aquel equipo. “El Chino viene, se empieza a sacar los guantes, ‘Se te acabó la joda hijo de mil puta, te voy a matar’. Tres veces lo invitó a pelear, y (Teo) no se quiso parar entonces le metió un cachetazo. ‘¿No te vas a parar?, ah no te vas a parar, plum’. Y ahí medio que los separamos y salta Teo, de atrás, patada voladora. A lo Jackie Chan. Le pega medio de refilón y cae al piso. En el piso, le dimos un par de patadas por cagón y se para y ahí es cuando saca el chumbo. De la mochila saca así y dice ‘Vengan ahora maricas’, y yo lo tenía a medio metro”.
En un principio, varios jugadores afirmaron que el arma era falsa o incluso que era de paintball. Pero, al parecer se trataba de un arma de aire comprimido. “Y (Lucas) Aveldaño, que es un enfermo, Aveldaño te mataba, veo que se sienta, se saca los botines y se pone enfrente de él, ‘Tirá guacho, tirá porque sino te rompo todo’, le dijo,. Y ahí es cuando entra la policía. Escudos, todo, pum”.
Ante semejante escándalo, el último en entrar al vestuario fue Alfio Basile: “Y sale el Coco así y dice ‘¿que es una película de guerra esto?’ y se vuelve a ir”. Poco después presentó su renuncia y terminó su ciclo.
En 2018, el propio Teo había recordado auqel episodio en charla con el medio partidario radial Esto es Racing: “Fue algo imprevisto, nadie esperaba eso. Ni yo mismo lo esperaba. Ni lo había pensado. Fue algo que sucedió en el momento. Entiendo también a mis compañeros: ellos estaban calientes porque me habían expulsado”, detalló. “En ese momento entendí y reaccioné de esa manera que me voy a reprochar toda la vida. Mis compañeros me transmitían su cariño, su amor, por todo lo que yo venía haciendo. Me reprochaban la expulsión porque decían que era un jugador muy importante en la cancha, que le transmitía mucho miedo al rival en temas futbolístico”, destacó.
Durante varios años, Teo y Saja no se volvieron a contactar hasta comienzos de 2018: el Junior de Gutiérrez chocó con el Guaraní paraguayo que era dirigido por el Chino. “Me acerqué a él, me miró y nos cruzamos. Le pedí disculpas por todo lo sucedido y me dijo “tranquilo, sabés que te aprecio mucho”. Es un tema que queda ahí más allá de lo que quieran inventar. Somos dos seres humanos. No quise hablar del tema por respeto a Racing y a mis compañeros”, reconoció.
Aveldaño, otro de los protagonistas de la historia, contó en 2018 que él fue en parte responsable de que ese arma estuviera ahí: “El pionero fui yo. En la pretemporada llevaba un arma de aire comprimido y a la tarde nos poníamos a tirar en los pasillos de la cabeza para abajo. Eran balas de teflón y dejaban su marca. Era una época en la que yo practicaba tiro y el paintball estaba de moda. Íbamos a jugar con otros del plantel a un frigorífico abandonado gigante cerca de la cancha de Arsenal, estaba buenísimo. Después Teo se compró una y la llevaba a la concentración para practicar. Eran de mentira”.
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