Nizar Issaoui quien tenía 35 años y se encontraba sin equipo después de haber jugado en varios clubes de la élite de su país, se inmoló el pasado lunes en la localidad de Haffouz, en la región de Kairouan de Túnez.
En un mensaje publicado en su página Facebook antes de pasar al acto, el futbolista aseguró que había decidido condenarse a sí mismo a morir por el fuego: “Ya no me queda energía, que el Estado policial sepa que la pena se ejecutará hoy mismo”, escribió.
Su gesto recuerda al de Mohamed Bouazizi, el vendedor ambulante que se quemó a lo bonzo el 17 de diciembre de 2010 y desencadenó la revolución tunecina que puso fin a la presidencia de Zine el Abidine Ben Ali en la primera revuelta de la Primavera árabe.
En el funeral celebrado este viernes, manifestantes y la policía se enfrentaron hasta que los agentes del orden dispersaron con gases lacrimógenos, según varios medios locales. Cientos de habitantes de la región se concentraron antes delante de la casa de Nizar Issaoui a la espera de la llegada del féretro con gritos de “con nuestra sangre y nuestra alma nos sacrificamos por ti Nizar”.
Según medios tunecinos, Issaoui explicó su gesto para protestar contra la Policía después de haber sido acusado de “terrorismo” cuando se presentó en una comisaría para demandar a un vendedor de frutas que vendía los plátanos a 10 dinares (USD 3,2) el kilo, es decir, el doble del precio fijado por las autoridades para luchar contra la especulación en un contexto de penuria.
Un video que circula en las redes sociales muestra a Nizar Issaoui filmándose con su móvil: “Por una disputa con una persona que vende sus plátanos a 10 dinares, se me acusa de terrorismo (...) ¡Terrorismo por un asunto de plátanos!”. Hospitalizado en un primer momento en Kairouan, Nizar Issaoui, que sufrió quemaduras de tercer grado, fue después trasladado al hospital de quemados de la capital. “Murió ayer por la noche y será enterrado hoy” viernes, confirmó a la agencia de noticias AFP su hermano Ryad Issaoui.
Con información de AFP
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