A la hora de analizar el partido de Boca Juniors ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro uno se puede quedar en el empuje, en las ganas y el ímpetu que le imprimieron los jugadores a un clásico caliente. Una imagen que dista mucho de los últimos encuentros del Xeneize. Sin embargo, tampoco se puede dejar de lado los errores que ya son una constante y de algunos futbolistas que parecen haber cumplido su ciclo.
Sin caerle directo a los juveniles que le ponen la cara a la crisis futbolística, como los casos de Nicolás Valentini y Agustín Sández, quienes fallaron ante Colón de Santa Fe y ahora ante el Ciclón, en líneas generales queda la sensación de que hay jugadores como Luis Advíncula o Juan Ramírez que alcanzaron su techo. En el caso del peruano, salió en la foto de la derrota en los últimos cotejos, con clara incidencia en los goles. El ex San Lorenzo, en cambio, le imprime ganas pero parece que eso ya no alcanza.
Antes de adentrarnos en el boletín, un párrafo aparte para Jorge Almirón. En resumen, el entrenador que tuvo su bautismo en el bicampeón del fútbol argentino logró un aprobado. Porque tomó un fierro caliente y en medio de una crisis futbolística alarmante, supo leer el partido que se le iba a presentar. Aplicó un dibujo con cinco defensores enfocado en las cualidades y virtudes del rival, pero también en las flaquezas defensivas propias que mostró el equipo en los últimos partidos.
No es sencillo para cualquier técnico llegar, tener dos prácticas en medio de una seguidilla y debutar con uno de los rivales sensación. Así y todo, metió mano y ya empieza a demostrar su idea. Que tiene carácter, nadie lo duda y esto se pudo ver cuando no le tembló el pulso para hacer ingresar a Facundo Roncaglia tras la lesión de Bruno Valdez, cuando con el marcador en desventaja quizás la situación ameritaba apostar a atacar con un volante más.
Esta decisión no varió en el juego y el Xeneize por momentos fue superior a un rival que tras el gol, “un accidente” como lo calificó en la conferencia de prensa, mereció el empate. San Lorenzo cuidó su ventaja y cedió el protagonismo, y Boca lo tomó. A diferencia de los últimos entrenadores, a Almirón se lo ve más activo, como lo demuestra en las prácticas. Pese a tener muy poco tiempo para trabajar, ya puede verse su impronta y será cuestión de ver si el plantel capta o no su idea.
Sergio Romero (6): No tuvo culpa en el gol y en las pocas situaciones que lo exigieron, respondió. En el final, intentó ordenar una defensa que se mostró muy desbalanceada producto de la expulsión. Los nervios de los que se apoderó el equipo parecieron no afectarlo a Chiquito, quien transmitió tranquilidad bajo los tres palos.
Luis Advíncula (3): Como en el último clásico ante San Lorenzo, el peruano sufrió horrores las subidas de Nahuel Barrios, la figura del partido. Si bien el Perrito terminó moviéndose por todo el frente de ataque, fue por la derecha de la defensa de Boca Juniors donde más daño causó. Como el resto del equipo, Advíncula se muestra bajo desde lo futbolístico y también desde lo físico, ya que le ganaron las espaldas en más de una oportunidad. Sí, como ocurrió en la fecha pasada ante Colón de Santa Fe. Jugó condicionado por la rápida amonestación a los 29 minutos del primer tiempo. Su presente lo acerca más a un fin de ciclo.
Bruno Valdez (-): Duró en cancha apenas 11 minutos producto de una lesión que lo obligó a ser reemplazado por Facundo Roncaglia. Tuvo la mala fortuna de que sintió la molestia muscular y quedó clavado justo en la acción que terminó con la corrida de Ivan Leguizamón y el posterior gol en contra de Guillermo Fernández. Venía de ser expulsado ante Colón y aunque en este juego no es el principal responsable, al igual que Advíncula, su continuidad parece estar cada vez más en duda.
Jorge Figal (4): Fue uno de los baluartes de la defensa, aun en los últimos partidos en los que Boca cayó dejando una pálida imagen defensiva. En este caso, arrancó muy bien y se fue deshilachando prodcto del cansancio. Al final, los nervios le jugaron una mala pasada y terminó expulsado por un despeje a destiempo frente al acecho de Andrés Vombergar.
Nicolás Valentini (3): Al joven de 22 años que lleva apenas un puñado de minutos, y que venía de sufrir un grave error en la jornada pasada ante Colón de Santa Fe en el primer tanto de Wanchope Ábila a los 50 segundos, no le pesó el clásico. Sin embargo, se dejó llevar por el entorno y los nervios por los fallos discutidos de Facundo Tello. Llegó a destiempo un par de veces. Más allá de esto, siempre se mostró como salida cuando el equipo se paraba con línea de tres a la hora de atacar.
Agustín Sández (3): No fue su mejor partido. Estuvo desbordado en todo momento por la situación y metió una patada que aunque no llegó a destino, merecía ser considerada con tarjeta roja. Al igual que varios de sus compañeros, se lo vio nervioso. Fue reemplazado en el complemento por Juan Ramírez.
Guillermo Fernández (4): Tampoco fue el mejor de los encuentros de Pol como viene ocurriendo en las últimas jornadas. Mostró sacrificio para retroceso, como pasó en el gol en contra del inicio, e intentó asociarse con Varela, su compañero en la mitad de cancha. Por las características del encuentro, de transiciones rápidas, su juego no pesó en el equipo y se vio superado.
Álan Varela (4): Sufrió los mismos desajustes que Pol y si bien estuvo más abocado a la marca, el primer pase muy característico en él no se notó. Tuvo algunos cierres, pero no pudo cubrir los espacios que aparecieron cuando el equipo se volcó en ataque y sobre todo cuando Figal se fue expulsado.
Luca Langoni (4): El empuje de siempre y la corrida en velocidad no faltaron. Sin embargo, continúa muy bajo en su nivel como en los últimos encuentros. Es cierto que tuvo que estar más abocado al retroceso para proteger el mediocampo derecho, por las subidas Barrios y Braida por ese sector. Sin embargo, el juvenil de 21 años no lastimó y sigue sin mostrar el nivel que tanto sorprendió en sus inicios.
Darío Benedetto (3): Tuvo dos chances muy claras para marcar, pero las despilfarró de una manera increíble. A su favor es que ambas situaciones las generó él, por la categoría y experiencia que lleva. Sin embargo, sus yerros provocaron que el equipo se pinchara. Sobró algunos pases y fue reemplazado a veinte minutos del final.
Sebastián Villa (5): Fue el que más peligro insinuó mediante su gambeta larga y velocidad. Pero como suele ocurrir, sus resoluciones fueron malas. Así y todo, el colombiano sigue siendo el único capaz de cambiar el rumbo del partido en una acción. Al igual que Langoni, tuvo que cubrir la banda izquierda, aunque es cierto que San Lorenzo por su sector prácticamente no atacó.
Facundo Roncaglia (4): Entró en lugar del lesionado Valdéz a los 11 minutos y no desentonó. Se metió rápido en un clásico caliente, llegó a destiempo alguna que otra vez, pero estuvo atento a no cometer errores groseros.
Juan Ramírez: No pudo cambiar la ecuación del partido cuando ingresó por Sández en el entretiempo. El ex San Lorenzo sigue sin poder demostrar el cambio de ritmo que supo tener cuando llegó a Boca Juniors y pese a su ímpetu y empuje, se fue desinflando como el resto del equipo. Es otro de los futbolistas que es muy cuestionado y su futuro es incierto.
Norberto Briasco y Miguel Merentiel: Demostraron poco en los poco más de quince minutos que jugaron. La Bestia pudo haber anotado en una carambola y luego de que la pelota pegara en el palo. Aportó sacrifició y oxigenó al equipo cuando tuvo que correr de más por la baja de Figal por expulsión.
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