La bomba estaba plantada, pero lo que no se sabía era si iba a ser detonada. Finalmente Mauricio Macri, que decidió no participar de forma directa en las elecciones nacionales y sólo seguirá como uno de los protagonistas principales de la interna del PRO sin ser candidato, adelantó que sí acompañará a la oposición de cara a los comicios de diciembre en Boca Juniors. “Voy a participar, estoy muy preocupado por lo que pasa en el club”, fue la frase de presentación y declaración de batalla en las urnas al oficialismo liderado por Juan Román Riquelme.
El mandatario que el Xeneize tuvo desde 1995 hasta 2007 (con un período provisional en 2008 por pedido de la Justicia) se ufana de ser el “presidente más ganador de la historia de Boca” y pretende recuperar el poder perdido en los últimos tres años. “Boca es como un hijo para mí”, ha dicho en más de una ocasión. Todavía mastica bronca por los resultados que arrojaron las elecciones de 2019, claramente influenciadas por la presencia de Riquelme a favor de Jorge Amor Ameal (ganó con el 53% de los votos contra el 30% de Christian Gribaudo, lanzado por Daniel Angelici y el macrismo, y contra el 16% de José Beraldi).
Daniel Angelici, retoño político de Macri en el club, fue quien designó en 2019 a Gribaudo como candidato a presidente en la campaña pasada. Es por esto que ahora Macri golpeó la mesa y apuntó al hombre al que apoyará en las elecciones de 2023: Andrés Ibarra. En el último aniversario de Boca Juniors, el pasado 3 de abril, protagonizaron juntos un spot en el que se miran con complicidad frente a una torta con los colores y el escudo de Boca, con una vela de cumpleaños encendida: “Pedí un deseo”.
¿Cuál es el anhelo de Macri? Retomar el poder que sostuvo en la entidad de la Ribera desde el 95, cuando le ganó las elecciones a Antonio Alegre y Carlos Heller, hasta fines de 2019, tutelando los dos mandatos de un Angelici que fue presidente desde 2011. Pero el poder no se ostenta solamente con una candidatura para ser el N° 1 en una boleta, lugar que Mauricio le tiene reservado a Andrés Ibarra. Según pudo averiguar Infobae, Macri apunta a quedarse con la silla que ocupa justamente Juan Román Riquelme, la del vicepresidente segundo.
Andrés Ibarra es un economista que trabajó con diversas empresas del Grupo Macri desde los 90. Ya tuvo un cargo en la institución azul y oro: se desempeñó como Gerente General y de Marketing desde 2004 a 2007, cuando desembarcó junto a Mauricio en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Permaneció como ladero de MM en distintos cargos que desembocaron en su designación como Ministro de Modernización de Argentina tras la elección ganada por Macri en 2015. Es la cara por la que apostará el ex Jefe de Estado para la carrera electoral de 2023. Lo que ahora resta confirmarse es si apostará por alguna vicepresidencia, como se prevé, o simplemente firmará la nómina como vocal para manejar los hilos y empujar desde atrás.
En escena aparece otro candidato que a priori se presumía macrista, pero por el momento se autoproclamó independiente de ese sector. El empresario mendocino Jorge Reale, que presentó el proyecto de Nuevo Bombonera en la Isla Demarchi, sería otro de los actores en la contienda política boquense. Son tiempos de encuestas, mediciones y proyecciones de porcentajes. Por el momento descartan alianzas entre la oposición, pero todo dependerá de la composición de la lista del oficialismo de la que participará Riquelme y posiblemente Jorge Amor Ameal. Los resultados en las encuestas virtuales, ego e intenciones de liderar determinarán si son compatibles Andrés Ibarra y Reale, que en su aparato cuenta con un dirigente angelicista como Diego Lajst, de marcadas diferencias con gente del seno de Macri.
Apellidos para la repartija de cargos entre presidencia, vicepresidencias, secretaría general, tesorería y vocales titulares y suplentes hay de sobra. Uno de los que mayor preponderancia tiene es Horacio Paolini, candidato extraoficial a la vicepresidencia primera de Ibarra. No sería descabellado que así se imprima la boleta de la oposición, con Andrés Ibarra optando a la presidencia, Paolini (ex vice de Angelici) como compañero de fórmula y Mauricio Macri como vice segundo, tal como figuró Riquelme detrás de Jorge Ameal y Mario Pergolini en la lista ganadora de 2019.
Varios nombres como los de Felipe Miguel (Jefe de Gabinete porteño), Francisco Quintana (Vice 1° del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires), Gregorio Zidar (ex vice de Macri en Boca) y Leandro Pompilio (hijo del histórico ex presidente Pedro Pompilio) asoman en el radar. En la nebulosa todavía están dos figuras reconocidas como José Beraldi, que fue opositor al angelicismo en 2019 y no tiene una decisión tomada respecto a su participación en las próximas elecciones según le confió a este medio, y Mario Pergolini, quien renunció a la vicepresidencia primera en marzo de 2021 luego de mantener insalvables diferencias con Riquelme y no descartó volver a meterse en la política de Boca.
Otros personajes ligados al club como el periodista y ex directivo Francisco Franconieri y el dueño del Balneario 12 de Punta Mogotes (Mar del Plata) Augusto Di Giovanni, también aspiran a candidatearse. Y hasta el peluquero Fabio Cuggini, que fantaseó con la idea de ser presidente xeneize en el pasado, anticipó que apoyará al “candidato que designe Macri”, o sea, Ibarra.
“No tiene temor a perder con Riquelme, está convencido de que hará una propuesta superadora que va a terminar convenciendo al socio”, esgrimieron desde el ala macrista. Y aunque todos los directivos que llegan al club buscan despegarse del destino político, en la oposición boquense se mantendrán a la expectativa de los resultados de las elecciones a nivel nacional porque creen que ese resultado influirá en los comicios del club. Es decir que si Juntos por el Cambio toma el poder en octubre, comprenden que la oposición liderada por Macri tendrá más chances de ganar las elecciones en Boca.
Aunque no serán vox pópuli en el corto plazo, Ibarra y Macri tienen apuntados algunos nombres a los que vincularían al día a día de Boca en materia futbolística. El candidato de la oposición ya se mostró en eventos junto a Sebastián Battaglia (que quedó enemistado con la actual dirigencia tras su salida como entrenador), Diego Cagna, Roberto Abbondanzieri, Rolando Schiavi, José Pepe Basualdo y Aníbal Matellán, entre otros. Como en la actualidad están a cargo de un equipo y un seleccionado nacional, no comprometerán públicamente a Martín Palermo (Platense) y Guillermo Barros Schelotto (Paraguay), aunque sus idolatrías pueden llegar a ser utilizadas como caballitos de batalla imaginándolos como potenciales técnicos.
Paradójicamente un entrenador como Jorge Almirón que siempre estuvo en la nómina de candidatos de Angelici durante su última gestión como presidente acordó su arribo con Riquelme y el Consejo de Fútbol. Para pensar en una hipotética continuidad del actual DT en caso de que Ibarra y Macri ganen las elecciones queda mucho agua por correr debajo del puente. ¿Carlos Tevez? Si bien el Apache se centró en su nueva faceta como técnico, se postuló para dirigir al Sub 20 argentino tras su primera experiencia en Rosario Central y sonó en Unión de Santa Fe y Godoy Cruz en los últimos días, desde el macrismo no descartan que pueda “jugar” a su favor. “Siempre está en consideración, es recontra cercano a Mauricio”, mencionaron voces ligadas a Macri.
Infobae pudo saber que Ibarra todavía no tiene una decisión tomada respecto a la remodelación o mudanza de la Bombonera, pero que agotará todo tipo de instancia para evitar moverse. Estudia el proyecto Bombonera 360 y también el Esloveno Plus, además de barajar alternativas propias para aumentar el aforo en Brandsen 805. No obstante, tanto Macri como Daniel Angelici siempre coquetearon con la idea de construir un nuevo estadio en la Ribera con capacidad para 100 mil personas. Inclusive Mauricio en su momento había avanzado charlas con jeques qataríes (con los que llegó a un acuerdo económico por la publicidad en la camiseta en la última gestión de Angelici) para atraer capitales que solventaran la obra.
“Si es el que construimos juntos durante 12 años, una institución sólida, fuerte, respetada en el mundo entero por la cantidad de títulos que ganamos porque además transmitimos profesionalismo, seriedad. Todo esto hoy está en crisis con esta forma personalista que tiene Riquelme para gobernar el club a su antojo”, fue la declaración de intenciones de Mauricio, que va por el cargo de Román. Mientras tanto, en el Predio de Ezeiza mantienen una fe ciega para la reelección y no creen que el ex presidente de la Nación pueda dar la talla en las elecciones de Boca: “Macri no tiene chances”.
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