Lleva más de 70 días en silencio. La última vez que habló públicamente fue tras la dolorosa eliminación en el Sudamericano Sub 20. “No creo que siga. Estoy muy agradecido por la oportunidad, porque no es fácil que te la den en la Selección. He fallado”. El silencio comunicó por Javier Mascherano. Y otros protagonistas, hasta el propio Lionel Scaloni, muy cercano desde hace años, reconoció que no había podido convencerlo de seguir al mando del proyecto de la Sub 20.
Es cierto que nunca hubo una publicación anunciando el final de su ciclo, pero quedó en claro que la determinación de abandonar el puesto estaba tomada. Un tecnicismo del tema: no renunció, sino que no renovó el contrato. Algunos buscaron ser concisos para explicar la nueva continuidad con un positivo “nunca se fue”. Pero sí, Javier se había ido. Entendió que no cumplió el objetivo. “Hablé muchas veces. Él siente que lo mejor es no seguir, le dije que estaba equivocado. Para nosotros es una pérdida importante porque lo aprecio un montón y ha hecho un trabajo increíble”, dijo Scaloni en la previa del amistoso de festejo con Panamá. Fue la voz que, sin quererlo, confirmó oficialmente que Mascherano no estaría más en la juvenil.
Pero todo cambió. La sigilosa gestión de Claudio Tapia ante la FIFA para atraer el Mundial Sub 20 al país salió a la luz repentinamente y la propuesta tomó fuerza vertiginosamente cuando Indonesia quedó sin la organización. Mascherano había tomado una decisión que parecía irreversible. Ya lo habían intentado convencer de seguir infructuosamente Chiqui, Scaloni y Bernardo Romeo, coordinador de selecciones juveniles. Hasta que se reiniciaron los llamados.
¿Quién mejor que él para hacerse cargo de la Sub 20? Llevaba un año como cabeza del proyecto y era positivo que continuara para un Mundial que se inicia en cinco semanas. No era momento de parches de emergencia.
En la estructura de la Selección había convencimiento de que él era el indicado, tal vez el que no tenía Mascherano cuando sufrió el cachetazo del Sudamericano. Así fue como dejaron que pasen los días y, estratégicamente, jamás confirmaron su salida más allá de los off the record o las suposiciones en torno al tema ante la falta de una oficialización. Y los días pasaron, los llamados de directivos y ex compañeros se sucedieron, también algunos encuentros personales que fueron cambiando el peso de la balanza. Masche estuvo presente en el homenaje a Lionel Messi en el predio de Ezeiza y allí pudieron charlar cara a cara. El diálogo entre el capitán de la mayor y su amigo de décadas quedó en la intimidad, pero es una obviedad que tocaron el tema.
Nadie pasa por alto el rol de Scaloni en esto. Tiene un vínculo cercano desde hace años, antes que la selección los volviera a encontrar. Incluso el Gringo lo visitó algunas veces en Barcelona mientras se estaba formando como DT para conocer de primera mano cómo era la vida bajo la tutela de Josep Guardiola. El diálogo era y es fluido entre ellos. Lo que el técnico campeón del mundo dice en público, también lo reafirmó en privado. “Tenés que seguir”, lo sedujo cuando pudo.
Mascherano asumió la cruda derrota en el Sudamericano como propia, pero desde la dirigencia le hicieron entender que la responsabilidad era de todos. Ganamos todos y perdemos todos, le subrayaron. Aquel desayuno apenas aterrizó de Colombia con Romeo y Tapia fue el anticipo del pensamiento en las juveniles. Sabían que estaba parado en su negativa, pero la idea fue dejar que pase el tiempo, que asimile el golpe. Independientemente de su asociación directa a la selección argentina por tantos años defendiendo la camiseta como jugador, los que compartieron torneos con el Jefecito remarcan su obsesión por el trabajo. Horas y horas de estudiar al equipo propio y el ajeno, en una búsqueda de perfeccionar su desempeño. Una caída acentuada no puede borrar de un plumazo el proyecto, creyeron. “Trabaja las 24 horas”, insiste alguien que conoció sus métodos.
Nadie sabe a ciencia cierta si habrá oficialización de su continuidad o si reaparecerá trabajando naturalmente. No hay que remarcar ninguna marcha atrás porque a la vista no hubo ninguna decisión tomada. Los días que se avecinan serán ajetreados para el mundo juvenil nacional. Mientras el Sudamericano Sub 17 inicia su fase final para ir al Mundial de fin de año, la misión técnica de la FIFA visita por estas horas los ocho estadios propuestos para albergar al Mundial Sub 20 en el país a partir del 20 de mayo.
En ese contexto, el Jefecito tiene una reunión pendiente con el presidente de la AFA para terminar de trazar su plan. Su cuerpo técnico sufrirá cambios, indudablemente. Sin confirmaciones sobre la mesa, deberán definir quién se suma como nuevo ayudante de campo. El nombre de Leandro Stillitano se adueñó de la escena repentinamente como principal candidato, aunque todavía no hay nada cerrado más allá de ciertos llamados iniciales. El ex DT del Rojo y reputado asesor directo de Ariel Holan y Gustavo Quinteros está apuntado para volver a tener ese rol de asistente en la Sub 20, pero también figura como un rumor el nombre de Fabricio Coloccini (estuvo al mando del Sub 20 de Venezuela y se fue con Pekerman). Además está presente la figura de Lucas Rodríguez Pagano, integrante del CT en el Sudamericano.
Lo certero es que hay tres nombres sobre la mesa apara tomar ese lugar y el cónclave Masche-Chiqui (que podría realizarse el próximo lunes) será definitorio. En los próximos días, además, ya estará de lleno Mascherano en el predio de AFA otra vez al 100%. La pregunta que se instala naturalmente es: ¿Esteban Solari volverá de Johor? ¿Y el catalán Oscar Hernández Romero? El “no” gana por amplio margen en ambos casos.
Otro tema fundamental a dilucidar será quién comandará a la fututa selección Sub 23 que buscará el boleto a los Juegos Olímpicos de París 2024. El preolímpico, que está proyectado que se realice en Venezuela –aún sin fecha– tendrá un límite de edad mayor, pero varios de los futbolistas que están en la Sub 20 actual son candidatos a formar parte al fin y al cabo. Mascherano es uno de los apuntados para liderar ese proceso.
Algunos, los más aventurados, aseguran que el Jefecito será el técnico de la Sub 20 durante los próximos cuatro años. Pero los que entienden el proceso de trabajo del ex Barcelona son más cautos, porque entienden que evaluará primero su rendimiento en el Mundial que se avecina y, además, la adrenalina del día a día lo seguirá llamando y habrá que ver cuándo lo termina de tentar. Sin ir más lejos, Javier desechó llamados para agarrar equipos porque todavía estaba digiriendo lo del Sudamericano. Lo importante es el presente: Mascherano volverá a estar al mando de la selección argentina en el torneo de mayo.
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