A la selección argentina sub 17 que compite en el Sudamericano de Ecuador le sobra talento. Las miradas están puestas en el crack de River Plate, Claudio Echeverri, que a muchos les hace acordar a Lionel Messi con sus regates y habilidad. Pero el equipo de Diego Placente dispone de otras figuras que se encolumnan detrás del 10 y son igual de trascendentales. Valentino Andrés Acuña, el autor del 1-0 contra Bolivia en la última presentación, no solo tiene de ídolo y comparte el segundo nombre con el mejor jugador del mundo, sino que se mimetizó tanto con él que hasta fue doble suyo en una película.
El pibe categoría 2006 que juega desde la edad inicial en Newell’s pateó las primeras pelotas en el Club Bancario de Rosario. A pesar de la cercanía que tiene el estadio de Central con la casa en la que vive junto con su familia, Valentino forma parte de un clan infestado de “lepra”. A la par van su amor por la camiseta rojinegra y el fútbol, más allá de que en el documento porta el mismo nombre de pila que el motociclista italiano que con sus carreras en el Moto GP hacía desvelar a su padre cuando volvía de trabajar en el turno nocturno.
Acuña es el menor de cuatro hermanos (otro parecido con la familia Messi, compuesta por tres varones y una mujer), siendo Jeremías su mentor futbolístico. El hoy jugador de Newell’s en futsal le marcó el camino en Bancario, más conocido por lo social que por formar niños para el fútbol. Con apenas dos años y medio, Valentino se prendía a los picados con nenes más grandes y no se achicaba pese a darse algún porrazo. Su hermano, dos años mayor, oficiaba de escudo.
A los 3 años recién cumplidos, Valentino convirtió su primer gol jugando al baby: fue justo contra Rosario Central, todavía jugando para Bancario. Aunque por nivel pudo haber empezado a competir antes, lo hizo recién en 2010 con una categoría superior. En su estreno “oficial”, anotó un triplete y Newell’s se impuso 4-3 ante Botafogo, que contó con un futuro refuerzo rojinegro y compinche suyo, Sebastián Montero, también autor de un hattrick ese día. Ya jugando juntos para la 2006, lideraron la línea A de la Lepra que prácticamente fue imbatible a lo largo de los años.
Al despliegue de la cancha de baby (NdeR: en Rosario así se les llama a los campos de 7 sobre pasto) le sumó dos años de futsal, disciplina con la que adquirió técnica y velocidad. El zurdito número 10 que inflaba redes y ponía su habilidad a disposición de los compañeros que no habían podido hacer un gol con alguna asistencia, cautivaba a propios y extraños. En la era de la tecnología, no hizo falta que fuera probado en un casting para ser seleccionado como doble del mismísimo Lionel Messi.
Desde Newell’s se comunicaron con Gustavo, papá de Valentino, para avisarle que la productora Mediapro estaba buscando jóvenes talentos para grabar un documental sobre la vida del astro que en ese momento brillaba en el Barcelona y la selección argentina. Por edad, perfil y contextura física, él encajaba a la perfección. Los productores, incluido el director Álex de la Iglesia, se convencieron viendo imágenes suyas en YouTube: “Este chico es el doble de juego de Messi que buscamos”.
Cuando le comentaron la posibilidad de actuar, Valentino ni lo dudó. En realidad, lo que más lo tentó fue la idea de jugar un rato a la pelota, su gran pasión. El condimento extra era recrear la vida de quien ya en ese tiempo era su ídolo y referente. Fueron dos jornadas de filmación: la primera en Grandoli, donde Valentino llevó la 10 de color naranja como Messi en el club donde nació, y la segunda en el predio de Malvinas Argentinas, sitio en el que ambos zurdos desplegaron todo su fútbol con casi dos décadas de diferencia. Juan Ignacio Martínez, actor que encarnó al niño Lionel, puso su rostro a cada escena. Pero las imágenes de los jueguitos, gambetas, fintas y goles son de Valentino Acuña.
El culto al bajo perfil es otra de las características de la figura del Sub 17. Al día siguiente de haber protagonizado parte del film, Valentino concurrió a la escuela con su mochila de Messi en Barcelona como si fuera un día más. No le contó a nadie su nueva faceta, que quedó archivada por bastante tiempo hasta que la película se estrenó. “El único ídolo que tiene es Lionel. Mira mucho fútbol, mira la Premier League, pero se identifica con Lionel por ser hincha de Newell’s, haber jugado en las canchitas de Malvinas y porque lo siguió desde chiquito en Barcelona”, le cuenta su papá a Infobae.
Durante el transcurso del 2022, año en que militó en Séptima División de la mano del ex futbolista Diego Pomelo Mateo como DT, se registró su explosión. El exquisito zurdo que fue utilizado como interno aportó una cuota goleadora importante y se destacó entre compañeros de equipo y rivales. Su talento innato, buen pie y versatilidad (ha jugado de doble cinco, por afuera, de enganche y hasta de lateral izquierdo) fueron algunos de los puntos que convencieron a Placente de convocarlo desde fines del año pasado para prepararse de cara al Sudamericano en Ecuador.
“Cuando un nene de 10 años juega bien, ya dicen que es el nuevo Messi, pero la realidad es que no va a haber otro Messi o Maradona. Vamos a encontrar chicos de muy buen pie, pero como Lionel o Diego nace uno cada 20 ó 30 años”, es el discurso de su papá, la voz necesaria para que Valentino mantuviera siempre los pies sobre la tierra y permaneciera sobre el camino del sacrificio y perfeccionamiento. A Gustavo, más allá de la habilidad que su hijo pueda exhibir en una cancha, no hay cosa que lo enorgullezca más que su forma de ser.
Gustavo se pudo dar el gusto de viajar a Ecuador para acompañar de cerca a su retoño más pequeño. En Rosario, mamá Silvina y sus hermanos Luciano, Serena y Jeremías lo extrañan bastante porque desde octubre de 2022 estuvo más tiempo viviendo en el Predio de la Selección en Ezeiza que en su casa. Los minutos que los chicos albicelestes tienen libres para reunirse con sus familiares en Guayaquil son indispensables para sentirse en casa y recargar energía de cara a un trajín intenso. Argentina ganó dos de dos y mañana chocará con Perú, con chances de sellar la clasificación a la siguiente fase del Sudamericano y acercarse al Mundial.
Este clon de Messi tiene muchos sueños por cumplir. El primero será la consagración con la Sub 17 en el Sudamericano de Ecuador para luego apuntar a la Copa del Mundo de la categoría. El segundo anhelo será debutar en Primera con la camiseta de Newell’s. Y quién dice, en un futuro cercano hasta pueda llegar a compartir vestuario en el Coloso Marcelo Bielsa junto al ídolo al que supo imitar.
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