El automovilismo es sinónimo de velocidad. Cuántas veces en sus inicios en los simuladores Agustín Canapino vivió la aproximación de ir a fondo. Pero no hay nada como la realidad y más cuando se va arriba de un auto de carrera a más de 350 kilómetros por hora como experimentó este domingo el piloto argentino a bordo del Dallara con motor Chevrolet del equipo Juncos Hollinger Racing. Su buena faena le permitió ser el mejor de los cuatro debutantes de este año en un óvalo en la IndyCar, en el circuito de Texas.
Al igual que en su estreno absoluto el pasado 5 de marzo en Saint Petersburgo, el arrecifeño otra vez supo mantenerse en pista y no entró en ningún roce en una competencia marcada por los accidentes ya que los coches van a fondo en una vuelta de 30 segundos y muy cerca de los muros. Cualquier mal cálculo puede terminar en un fuerte golpe contra el concreto. Además, está la fuerza G que se produce al girar con un vehículo en curvas peraltadas 20 y 24 grados.
Con estos matices los choques estuvieron a la orden del día y hubo siete incidentes: Takuma Sato (Chip Ganassi Racing), Kyle Kirkwood (Andretti Autosport), Felix Rosenqvist (Arrow McLaren), Sting Ray Robb (Dale Coyne Racing), Graham Rahal (Rahal Letterman Lanigan Racing), Devlin DeFrancesco (Andretti Steinbrenner Autosport) y Romain Gosjean (Andretti Autosport), de gran experiencia en la Fórmula 1.
Canapino fue de menor a mayor en el trazado texano: fue 24° en el entrenamiento. Luego clasificó 19° y alcanzó el 15° mejor crono en el ensayo matutino de este domingo. En carrera mantuvo un buen ritmo con un promedio de velocidad de 270 kilómetros por hora, pero cabe aclarar en una referencia general de la carrera en la que el argentino tuvo seis detenciones en los boxes. En ocasiones orilló la velocidad máxima que fue de 350 kilómetros por hora.
Agustín, que nunca en su vida había corrido en un óvalo, volvió a tener un manejo prolijo. No se complicó en los siete relanzamientos por los mencionados accidentes y lo más importante es que siempre supo cuáles fueron sus límites para evitar problemas en un escenario cuya peligrosidad era apto para terminar en un golpe.
Luego de dos horas y siete minutos de gran exigencia, el Titán de Arrecifes completó 249 vueltas de un total de 250. Culminó en el puesto 12° y fue el mejor de los cuatro debutantes. Terminó delante de un experimentado Ed Carpenter, que hace dos décadas que corre en la categoría.
“Terminamos 12° en una carrera espectacular en Texas. Todavía no puedo creer que sea real todo esto. Estoy recuperándome. Terminé muy mareado. Pude terminarla luego de mucho esfuerzo. Gracias a Ricardo Juncos, Brad Hollinger, a todos los sponsors. Todavía no caigo de todo lo que está pasando”, contó Agustín.
Este año Canapino tuvo su bautismo en una temporada regular en el exterior. Ya había corrido en las 24 Horas de Daytona en 2019 con un prototipo Cadillac, también del equipo de otro argentino, Ricardo Juncos, principal artífice de esta gran experiencia que está viviendo el piloto que es múltiple campeón en la Argentina, pero con coches con techo. Por eso vale tanto que esté terminando las carreras en su estreno absoluto en autos de Fórmula.
El triunfo fue para el estadounidense Josef Newgarden (Team Penske). El podio lo completaron el mexicano Pato O’Ward (Arrow McLaren), que lidera el campeonato, y el español Álex Palou (Chip Ganassi Racing). Canapino otra vez cosechó unidades y es 12° en el torneo.
La próxima será la tercera fecha en un trazado que guarda un gran recuerdo para los argentinos como el Circuito Callejero de Long Beach, donde en 1978 venció Carlos Alberto Reutemann con una Ferrari en la Fórmula 1. La cita en el escenario californiano será el 16 de abril.
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