Este sábado Racing recibe a Huracán en el Cilindro de Avellaneda. Pero si la Justicia actúa bien habrá cambios en la geografía del estadio. Porque en el lugar donde va la barra brava debería haber un hueco importante: en la ruta provincial 16, a la altura de Monte Grande, cayó toda la primera línea de Los Pibes de Racing, la barra de la Academia, con su jefe Leandro Paredes a la cabeza. En total fueron 20 los detenidos por la Policía Bonaerense tras un breve tiroteo y con el secuestro de los autos y también de una pistola nueve milímetros con la numeración limada para que no se reconozca su origen, el cargador completo y otras nueve balas esperando para ser cargadas en la recámara.
Si bien en la persecución un auto ya identificado, un VW Fox negro, logró darse a la fuga tras disparar sobre los patrulleros, el resto terminó siendo detenido tras la redada que como se ve en los videos contó con un despliegue muy grande de móviles oficiales. La causa quedó radicada en la Unidad Fiscal de Instrucción Número 4 de Esteban Echeverría a cargo del doctor Fernando Semisa y los más complicados son el jefe y su segundo en la barra: Leandro Paredes y Martín Ramírez respectivamente. ¿Por qué? Porque ambos encabezaban la caravana de la barra en un Audi A3 donde tras la requisa se encontró la Browning nueve milímetros y en el caso de Martínez, porque aunque seguía yendo a la cancha y moviéndose con impunidad tenía un pedido de captura activa por coacción agravada en el juzgado de garantías nueve de Avellaneda, en otra causa por violencia en el fútbol. Insólito pero real.
No llama la atención que los barras estuvieran armados y vestidos con la ropa del club, ya que están en plena interna de la tribuna con la facción disidente y desde fines del año pasado encararon un “operativo cacería” para intentar descubrir dónde paran sus rivales e ir por ellos. Lo que sí podría sorprender es que aunque tienen varias causas judiciales entran y salen por las comisarías con la famosa puerta giratoria. Por ejemplo Paredes, el líder, acumuló dos procesos por violencia en el fútbol y en un allanamiento a su casa en noviembre pasado le encontraron un arma 38 milímetros con la numeración limada, proyectiles, nueve celulares, dos millones de pesos en efectivo y siete mil dólares y salió libre al poco tiempo. Veremos si ahora tiene la misma suerte.
Quizá para entender cómo alguien que tiene semejante historial sigue dominando una barra como la de Racing y manejándose como cualquiera por la calle, y armado, haya que empezar a ver las relaciones políticas y sindicales que sostienen a la barra brava del equipo de Avellaneda. Paredes trabaja en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, reportando supuestamente a la Obra Social, pero allí nadie lo ve ingresar a diario. Su misión, dicen, es otra: armar las patotas para romper huelgas o atacar a opositores a la conducción oficialista. Su hermano, también detenido en la redada, es otro de los que tiene conchabo con altos sueldos en el sindicato. Pero además hay vínculos con otros gremios.
Por ejemplo, con el titular de la Federación de Panaderos (Fauppa), Gastón Frutos, con quien tiene varias fotos en reuniones sociales y cuando Racing viajó en enero a Abu Dhabi a jugar con Boca la Supercopa Intercontinental que finalmente ganó, los barras posaron con una bandera del Sindicato en pleno desierto. No es nueva la relación de los Frutos con los barras: en el cumpleaños número 30 de Gastón realizado en el club el Pato de Avellaneda, un grupo de la barra de Independiente entró a los tiros y el Oso Pereyra, por entonces capo de La Doce, la barra de Boca, le salvó la vida a Abel Frutos, el padre, a quién por entonces lo llamaban el amo y señor de la harina.
Pero esto no sería nada si no se sigue buceando en las relaciones de Paredes y Ramírez. Ambos, por ejemplo, tuvieron un lugar destacado en octubre en la Caminata por la Victoria que encabezó en el barrio de Villa Corina el ministro de Desarrollo Territorial de la Nación y actual interventor de Edesur, Jorge Ferraresi, y su mujer Magdalena Sierra, jefa de gabinete del municipio de Avellaneda y fanática de Racing. Las fotos documentan la cercanía de ambos. También tienen contactos policiales. De hecho en medio de la pelea que finalmente los depositó en la cima de la barra, hubo denuncias en el Polo Judicial de connivencia con la comisaría Primera de Avellaneda y con un oficial de la Agencia de Prevención para la Violencia en el Deporte, Walter B., quién hasta viajó con la barra en avión a partidos del interior y habría sido cesanteado por el Aprevide. Como si fuera poco, el cuñado de Paredes es otro barra llamado Pablo Tuponi, con quien fue detenido en enero pasado. Tuponi es hombre de ATE Avellaneda en un cargo importante y responde a la dirigente gremial Susana Ferreyra, quién lo nombró delegado normalizador en Villa Domínico. Todo muy normal.
Obviamente, el círculo de apoyos se cierra en la comisión directiva del club, que le abrió la puerta a esta facción de la barra en septiembre de 2021 para desbancar a la vieja Guardia Imperial y ahora son los amos y señores de todo lo que circunda al Cilindro de Avellaneda a punto tal que en pleno verano hasta generaron dos incidentes donde debió intervenir la policía en la pileta del club, cuando estaba completa de familias enteras con chicos menores. Por algo el club se muestra reticente en poner todos estos nombres en la lista del derecho de admisión. Ahora cayeron los 20 más importantes, veremos qué hacen todos los sectores involucrados para dejarlos presos o como mínimo prohibirles el ingreso al estadio, donde Racing juega mañana con Huracán en medio de un clima tenso, con pronóstico reservado.
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