Gracián habló tras su salida de Boca Juniors junto a Ibarra y se refirió al mito de la injerencia de Riquelme: “No éramos una parrilla”

El integrante del cuerpo técnico del Negro contó detalles de los ocho meses que estuvieron al mando del Xeneize

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Boca Juniors atraviesa un momento clave que tendrá influencia directa en el futuro próximo. Con una fecha de la Liga Profesional acercándose y el debut en la Copa Libertadores a una semana de distancia, la búsqueda de un nuevo entrenador se intensifica tras la decisión de terminar el vínculo de Hugo Ibarra con el club. Leandro Gracián, integrante del cuerpo de trabajo del Negro, aprovechó su salida del Xeneize para contarles a los hinchas detalles sobre el trabajo que hicieron puertas adentro.

El principal punto que buscó resaltar el Tano fue la falta de comunicación que hubo durante los ochos meses que le tocó estar en el plantel profesional. “Cada entrenador baja su idea de juego, su metodología de trabajo. Nosotros les dábamos herramientas a los jugadores. Una de las cosas que quiero contar es que la estructura de Boca es inmensa. Atrás del cuerpo técnico hay mucha gente trabajando. Plan de juego, contenido de entrenamientos. Me tocó esta experiencia. Durante el día a día se hablan muchas cosas que no son ciertas. Tendríamos que comunicar mucho más el trabajo que se hace”, arrancó en charla con ESPN.

Gracián defendió la labor realizada en el Xeneize y defendió al cuerpo técnico cuando le consultaron si Riquelme tenía alguna injerencia en los armados de los equipos. “No, es una falta de respeto. Primero a una persona como Román y otra al entrenador Hugo Ibarra, del que hasta dijeron que no estaba preparado. Estuvo mucho tiempo en el club, agarró en un tiempo complicado y consiguió resultados. El proceso ha sido bueno. Después Boca exige ganar”, comentó convencido.

Además, Leandro explicó qué función cumplía cada uno en la intimidad de trabajo: “Nosotros el día que llegamos Román nos reunió a los tres y ahí definimos roles internos. Pero al final todo lo auditaba Ibarra y nos daba a mí y a Pompei la posibilidad de trabajar con los jugadores. En Atlanta hacíamos algo similar; trabajábamos y el entrenador auditaba desde arriba”.

La decisión de Boca pegó de manera inesperada en el ex enlace y contó en primera persona cómo se enteró de la noticia. “El martes lo supimos. Nosotros tenemos una relación con Román de amistad, de confianza, diálogo continuo. Nos juntamos con los del Consejo, fue una reunión que no fue pautada. Había mucha inestabilidad, la genera lo grande que es Boca. Pase lo que pase estoy feliz del trabajo hecho. Yo lo di todo. La despedida es lo que duele, como entrenador dependés de los resultados. Estaba más tiempo en el club que con mi familia. Momento delicado”, detalló al respecto.

OTRAS FRASES DE LEANDRO GRACIÁN

La rutina del Tano: “Literal, me levantaba 5.40 de la mañana y salía a las 6. Volvía a las 18. Llegaba a casa, descansaba un poco y a las 19.30 agarraba la computadora y trabajaba una horita y media más”.

La chance de volver a Reserva: “El club no me lo planteó, es difícil después de dirigir Primera volver a la estructura del club. Uno se expone y se prepara para estar ahí”.

¿Qué falló?: “Es difícil ser un jugador de Boca, es distinto. Vive para su profesión y lo charlo con los futbolistas. Tiene que ver con la función nuestra y a veces el equipo no tenía respuestas. Pero trabajamos de todo. Simplemente no salen las cosas. Porque para el rival que juega con Boca es la vida. El equipo lo que no sostuvo fue una linea de juego constante. Lo hacíamos en etapas del partido, pero sí sabemos que los jugadores pueden solucionar situaciones. Ellos pueden entrar tranquilos y saben que el equipo va a ganar. El club decidió tomar otro rumbo, que era el momento. Querían cambiar. Se veía muchas veces y otras veces no”.

Los enojos de Riquelme si Boca no jugaba bien: “Sí, se enojaba. Porque Román es una persona que vive para el club. Estaba involucrado y quería que el equipo jugara mejor. Él llegaba más tarde al club. No entraba al vestuario, nunca lo hizo. Tuvo un respeto enorme al trabajo que hicimos”.

¿Por qué nunca utilizaron a Barco?: “Es buen futbolista. Langoni apareció, al chico en el día a día lo pedían y hasta los compañeros los pedían. Boca hace un trabajo extraordinario en Inferiores. Viene Morales y ya sabe cómo tiene que jugar. Nosotros tenemos a Fabra y a Sandez. Luca se metió porque por derecha, ahí sólo tenemos a Medina. Tenemos mucho por izquierda”.

Su futuro como técnico: “Yo tengo muchas ganas de iniciar mi camino como entrenador. Tengo mentores, gente que me aconseja. Me gusta más escuchar que hablar y siento una pasión para trabajar en equipo”.

El contacto constante con el CdF: “Nosotros teníamos charlas con el Consejo. En el día a día no, no está con nosotros. Se hace un reporte del día a día y tiene recontra claro lo que pasa. Ellos son un soporte constante porque tenes que tener gente de apoyo. Siempre con una línea clara, ellos Consejo y yo como cuerpo técnico. Ha sido un trabajo bueno”.

La regla dorada de Ibarra: “Hugo tiene el concepto de que el capitán siempre tiene que estar dentro de la cancha”.

La queja por la final que disputaron con Racing en Arabia Saudita: “No puedo entender cómo un equipo que no ganó nada jugó dos finales. Jugamos con Racing y fueron buenísimos los dos partidos. ¿El premio para Boca cuál es? Tenían que venir, darnos la copa y decir que no hay partido. Yo creo que el campeonato nos dio una descarga grande”.

¿Por qué los echaron de Boca?: “No es una decisión mía, hablalo con los responsables de tomar la decisión. Yo vine para que se sepa lo que hicimos y no piensen que éramos una parrilla donde se comía todos los días”.

El próximo técnico: “Eso obviamente lo decidirán Román con todo el Consejo. La intención de buscar a Martino es de un entrenador con experiencia y jerarquía”.

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