Lionel Scaloni brindó una entrevista a AFA Estudio y dejó varias perlitas sobre el histórico Mundial logrado en Qatar. La unión grupal tanto del cuerpo técnico como de los jugadores de la selección argentina, el apoyo incondicional por Lionel Messi y la intimidad de un plantel que pudo sobreponerse al duro golpe del debut ante Arabia Saudita.
“Fue un partido muy raro. Era romper el carnet de entrenador porque algo habremos hecho mal nosotros. Todo que dijimos se hizo, se pasó y no ganamos, pero es un partido de cada mil. Merecimos ganar el primer tiempo 4-0 y en un minuto y medio nos metieron dos y nos costó recuperarnos. Fue un mazazo importante”, reconoció el oriundo de Pujato.
Sin embargo, el técnico de 44 años confesó que “estaba tranquilo” en el banco y que aunque nunca se imaginó lo que luego vendría, no debía desesperarse. “Había que tomar dos caminos en ese momento: me vuelvo loco y empieza a hacer cambios a gritar y despertarlos, o me calmo y veo si el partido se podía empatar o ganar. Después de eso, hacer borrón y cuenta nueva. La sensación en cancha fue extraña. Corríamos el riesgo de que esa derrota nos haga mucho máss daño de lo que realmente podía pasar. El Mundial seguía, era el primer partido y teníamos que dejarlo así como está. Fue una derrota dura, hacía mucho que no perdíamos y yo sabía que en algún momento podía pasar, y pasó en el mejor momento de todos”.
En otro de los momentos de la entrevista con Morena Beltrán, Lionel Scaloni se refirió a su enojo por la filtración de la lesión de Rodrigo De Paul y contó el destrás de escena. El entrenador contó que no fue con la prensa su malestar, sino con la propia delegación que fue quien “ayudó” al entrenador de Países Bajos, Louis Van Gaal, el próximo rival.
“Para nada era un enojo con la prensa, que está para informar lo que le llega. Rodrigo en el entrenamiento siente algo en el isquio, y terminó el entrenamiento. Era la última jugada y a la hora y media ya estaba circulando la información. Son cosas que a ningún entrenador le gusta y a mí menos. Le estábamos dando una base a Van Gaal, que tenía todo cerrado y no sabíamos cómo iba a jugar, y nosotros sabíamos que De Paul no iba a jugar, que se había lesionado. No me gustó. Por ahí no fue ni con maldad, pero hoy en un día en un segundo está levantado, eso me molestó. Creíamos a pesar que teníamos el reemplazante para Rodrigo, en que no queríamos darle una ventaja al rival, no era necesario”.
Sobre la confianza que le terminó dando a De Paul, agregó: “Lesionado hoy en día no podés jugar. Pero sí es cierto que todos juegan al 80 por ciento, ninguno juega al 100%. Hay unos mínimos y unas maneras. Rodrigo tuvo eso muy cerca del partido y eran muchas sensaciones y ganas que tenía. En la charla le dije que confiaba en lo que iba a decir, que intente que no se nos agote un cambio al empezar, pero que si pasaba, pasaba. Tenía que darle la derecha, porque confió en lo que nos puede dar aún teniendo ese problema”.
Otras frases destacadas de Scaloni:
El cuerpo técnico y plantel: “Nos sentimos uno más. No somos entrenadores y nos apartamos o mandamos. Ellos tienen claro que cuando tomamos decisiones es por el bien del equipo. El rol está muy bien separado. Pero es increíble el afecto que tenemos por todos. Los quiero un montón”.
El grupo de colaboradores que formó: “Hemos pasado muchas cosas juntos, como compañeros en juveniles y ahora en la Selecicón. Siempre estuvimos en contacto cuando nos separamos. Nos queremos mucho. Son gente muy capaz, comprometidos con la causa y sienten a la Selección como si todavía están jugando”.
El ADN de la Selección: “En Argentina no solo está el jugador de buen pie, el defensor fuerte, rústico o defensivo. Tenemos bien marcado el cinco o el enganche, de eso hay un montón en inferiores. En cuanto a juego nuestro ADN es temperamento, no dar nada por perdido, todos los jugadores quieren la pelota”.
La química entre los futbolistas, en especial con Messi: “Cuti (Romero), Molina y Lisandro (Martínez) se cortarían la vena por el otro, se conocen hace un montón y están siempre juntos. Un error de uno hace que a lo mejor sea más chico porque el otro lo banca, lo arregla, no pasa nada o porque son amigos. Parecen tonterían pero yo no las veo así, sino que es importante que a Leo (Messi) lo ven como el mejor jugador de la historia. Van a dejar la vida por él. Eso hace una química diferente y eso en el fútbol cuenta y mucho”.
Cómo vio a Messi en el Mundial: “Si lo tengo que resumir en una palabra es que disfrutó el Mundial y de jugar al fútbol. Es lo que mejor sabe hacer y lo que se va a llevar en el corazón, porque el día que no pueda jugar más va a costar asimilarlo. Tiene que disfrutar. El momento difícil tras la derrota con Arabia fue el primero que se levantó y tiró al grupo. Eso habla mucho que lo disfrutó, más allá que pueda ser su último Mundial o no. Eso le dije que se lo saque de la cabeza, que disfrute cada partido o entrenamiento. Se siente bien y cómodo con el plantel, estaba en todo momento disfrutando, tenía energía siempre. La sacaba del entusiasmo y del disfrute. Eso es lo que más me llena de orgullo”.
Di María y su posición en cancha ante Francia: “Venía tocado y no bien, y eníamos dudas de cuánto podía darnos, si estaba para hacerlo al máximo de sus posibilidades... Pero teníamos claro que iba a jugar por la izquierda. Creíamos que por ahí podíamos hacerle daño, ellos jugaban con línea de 4 y un quinto defensor. Poniendolo a Alexis (Mac Allister) hacíamos dudar a Koundé y dejábamos a Ángel libre porque Dembelé no iba a volver ahí o volvía tarde. Y así fue, se lo dijimos en la charla. No hacía falta probar, sino explicarlo en el pizarrón. Ya había jugado por izquierda varios partidos. Él lo podía hacer, la esencia del equipo al final no cambiaba y nos daba la posibilidad de que Nahuel (Molina) pudiera atacar por derecha. Salió bien y se lo vio con todas las pilas la verdad”.
El llanto de Aimar en el banco: “No me doy cuenta del momento. Hicimos el gol y tenía la intención de meterlo al Cuti. No lo miro a él, le habló y miro como en diagonal, nunca lo veo. Me levanto y cuando vuelvo lo veo. Ahí me doy cuenta de la situación. Es entendible porque no es solo la imagen por el gol, sino porque se te vienen un montón de cosas a la cabeza. El venía de festejar con los jugadores, hizo 30 metros y tiene su edad, va y vuelve picando. Te sentas estás, estás ahogado te emocionas, y yo le hablo. Todo junto. Te vas dando cuenta lo que está pasando”.
El empuje de los que no juegan: “Tras recibir el palo de Arabia para que jueguen todos era más complicado. Ibamos a jugar los partidos del grupo más apretados. Iba a ser difícil, después se nos fue abriendo la semifinal y fue justo que puedan jugar todos, salvo los arqueros. Me parece que fue un buen mensaje, porque lo merecían. En un Mundial los que no vienen jugando son los que llevan el grupo hacia adelante, se entrenan y ponen buena cara. No es fácil. La cabeza te puede jguar una mala pasada y ellos fueron partícipe mucho de esto”.
Cómo preparó la final frente a Francia: “Lo hicimos como cualquier otro partido, estábamos convendidos. Está el eslogan de que las finales se ganan y no se juegan. Estábamos convencidos que había que jugarla y de esa manera y la podíamos ganar. Ellos físicamente quizás estaban un punto arriba y había que preparala. Sin pensar que era la final del mundo y nos podía llevar a una locura o nerviosismo, nos preparamos normal. El jugador ya sabía no había por qué meterle más. Había que incidir en lo deportivo”.
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