El capo barra que reclutó a otros líderes de las tribunas y prepara el plan “entradas para todos” en Argentina-Curazao

El Pepo, mandamás del paravalanchas de Central Córdoba, está apuntado como el encargado de nuclear a los otros capos barras para el choque ante Curazao que se jugará en Santiago del Estero

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Reunión de Hinchadas Unidas Argentinas
Reunión de Hinchadas Unidas Argentinas

Catorce años atrás en la Argentina se generaba uno de los mayores engendros barrabravas de la historia. Con apoyo oficial, nacía Hinchadas Unidas Argentinas, una presunta ONG que reunía a barras de todo el país para trabajar para el oficialismo en las elecciones legislativas del 2009 y a cambio, tener un viaje all inclusive al Mundial de Sudáfrica, lo que se concretó finalmente para más de 300 violentos en 2010. Ahora, en una versión outlet pero también con el objetivo de hacer negocio con la selección argentina, en Santiago del Estero se organizó una movida de todas las barras de la provincia dirigidas por Miguel Ángel Ovejero, el Pepo, el jefe de la tribuna de Central Córdoba, quién reunió la semana pasada a todos sus pares de la Capital y el interior de la provincia salvo los del club Mitre (en la reunión estuvieron entre otros los jefes de las barras de Güemes y Estudiantes, por ejemplo) para armar la fiesta del partido contra Curazao. Con una condición, claro: la entrega de tickets para todos para ingresar al Estadio Madre de Ciudades y un remanente gigante para revender ahora que la capacidad pasó de 30.000 a 42.000 localidades. De esas 12.000 extras, según algunos medios provinciales los barras pidieron 6.000. Teniendo en cuenta lo que se paga en reventa una popular, cuyo precio oficial se estableció en 12.000 pesos, estamos ante un negocio muy grande.

El Pepo además no es un recién llegado a estas lides. Es más, estuvo en prisión el mes pasado en una causa por ¡reventa de tickets! cuando quedó inmerso en una investigación por ese delito producido en la previa al inicio de la presente Liga, cuando River visitó Santiago y se expendieron localidades para público neutral. Su poder en el barrio Congreso, ubicado muy cerquita de la cancha, quedó ratificado cuando la Policía fue a detenerlo, se corrió la noticia y hubo una revuelta que incluyó destrozos de patrulleros, policías heridos y hasta disparos al aire. Finalmente lograron aprehenderlo y pasó una semana tras las rejas hasta que fue excarcelado con una fianza de 200.000 pesos. También en aquella jornada habían quedado detenidos su hija y su yerno y días más tarde su segundo en la barra, Enzo Vieyra, por otro proceso judicial.

Miguel Ángel Ovejero (en andas), jefe de la barra brava de Central Córdoba
Miguel Ángel Ovejero (en andas), jefe de la barra brava de Central Córdoba

Claro que el poder del Pepo no se asienta sólo en su historial violento sino también en sus relaciones políticas y policiales. Miguel Ovejero, como él mismo lo admitió, es empleado público de la provincia y ha sumado músculo y gente en las campañas políticas del gobernador Gerardo Zamora. Llegó a la jefatura del paravalancha una década atrás, tras desbancar al anterior jefe, Eduardo “Cata” Castillo, quién había caído preso en abril de 2012 involucrado en la desaparición de una persona que después apareció asesinada, aunque finalmente terminó desvinculado. Por entonces la barra se llamaba La Legión y el dominio lo tenía el barrio Aguirre. Aprovechando la situación, Ovejero tejió una alianza con la política y con la comisión directiva del club que comandaba Francisco Pesce y junto a su gente del barrio Congreso desbancaron al otro grupo y para dejar en claro el cambio de mando rebautizaron a la barra como La barra del Oeste. Desde entonces su poder creció a niveles insospechados a punto tal que el año pasado hasta se produjo una reunión donde le entregaron un diploma al actual presidente del club, José Alfano, por su apoyo a la hinchada. Insólito.

Es más, en otra de las reuniones cuando se armó una facción disidente con el ex número dos del Pepo, apodado Rengo, hasta el propio presidente intervino para ver cómo se podía solucionar el conflicto. Que por lo visto no se ha logrado parar porque Ovejero supone que la causa por la reventa que lo llevó a prisión se la armó la facción disidente a punto tal que cuando logró la excarcelación, se viralizó un audio presuntamente suyo en un grupo de Whatsapp con amenazas concretas para quienes conspiraban en su contra que terminaba con un “tengo balas para todos”.

Si esto es así o no está por verse lo que si parece claro es que la operación “entradas para todos” está en marcha y viene sobre ruedas aprovechando el furor de una selección argentina que ha hecho feliz a todo el mundo. Porque si bien el eslogan dice que la felicidad no tiene precio, para algunos está claro que no sólo tiene precio, sino que es un negocio gigantesco.

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