La cancelación de Grondona

La historia del fútbol merece ser respetada por cuanto sin aquel pasado no hubiera existido este presente

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Julio Humberto Grondona, fue dirigente del fútbol argentino durante 35 años
Julio Humberto Grondona, fue dirigente del fútbol argentino durante 35 años

Ayer se llevó a cabo un acto en el predio de la AFA a través del cual ese espacio, que se llamaba Julio Humberto Grondona, pasó a llamarse Lionel Andrés Messi.

Dicho de esta manera, pareciera un simple tributo más de los tantos que ha recibido en estos años y especialmente en estos meses quien resulta indiscutiblemente el mejor jugador de fútbol del mundo. No obstante, el caso resulta tan abrumadoramente llamativo que nos impone cuanto menos un par de reflexiones.

La primera de estas reflexiones es que ponerle Messi al predio de la AFA implica cancelar la Historia y pasar al olvido a quienes con razones fundadas lograron las tierras, desarrollaron la edificación y consolidaron la multiplicidad de prestaciones de ese complejo para el fútbol argentino. Éste sería simplemente un hecho formal. El quién lo hizo importa menos que qué cosas hizo, y en este sentido no podemos borrar 35 años del dirigente más importante del fútbol argentino, quien por mérito propio lideró la Conmebol primero y llegó a ser vicepresidente de la FIFA después.

Grondona fue además quien reivindicó el nuevo orden de las selecciones de fútbol argentino de todas las categorías, dándoles prioridad absoluta en el contexto de la organicidad de la AFA.

Tras el descubrimiento de la placa que impone el nuevo nombre, quedaron preguntas no exentas de cierta indignación. Por ejemplo: ¿hubiera habido un Messi en la selección argentina sin la rápida reacción de Grondona, presidente de AFA, quien le organizó en 48 horas el partido que le diera formalidad a su condición de jugador del seleccionado nacional para todos los tiempos? La respuesta es: sin Grondona no hubiéramos tenido Messi. Y sin Maradona tampoco hubiéramos tenido Messi. Y sin un liderazgo firme no hubiéramos tenido seleccionados juveniles y mayores Campeones del Mundo, como los tuvimos bajo la presidencia del mismo dirigente.

Lionel Messi recibe una plaqueta de manos de Julio Grondona (foto de archivo: Mosteirin /DP/NA)
Lionel Messi recibe una plaqueta de manos de Julio Grondona (foto de archivo: Mosteirin /DP/NA)

Queda exento Messi como sujeto de este cuestionamiento. Aunque no habría estado mal que su humildad ampliamente demostrada le hubiese inspirado el desistimiento de tal honor. Antes bien, parecería que él, o alguien cercano a él, hubiese esperado que tan insólita decisión fuese tomada como respaldo a una indubitable opinón: si la AFA le pone el nombre de Messi a su predio, Argentina reconoce a Messi como el mejor de todas las épocas y esto termina para siempre con cualquier debate futbolístico de comparación con Maradona. Al llamarse Messi el predio y facilitar Messi semejante transgresión, es él quien nos está diciendo “lo merezco por encima de todos”. Y una frase suya, dicha al momento de la ceremonia, podría reforzar esta interpretación: “Siempre dije que los homenajes hay que hacerlos en vida” (¿Más homenajes en vida, Lio?).

Lo grave además es que se encontraban presentes dirigentes que aceptaron con satisfacción el cambio de nombre del predio de la AFA en Ezeiza, una idea de Carlos Bilardo y un mérito de Grondona de conseguir el comodato de los terrenos por 99 años. Esos dirigentes se hallaban allí aplaudiendo, como si la Historia fuera un acto de emoción y sin lealtad.

Llama la atención a su vez que Claudio Tapia, el actual presidente de la AFA, haya vuelto a mencionar con énfasis que su misión era refundar el fútbol argentino. Y entonces la pregunta consecuente es: ¿refundarlo de qué, por qué, cómo? Y la respuesta: ganamos un Campeonato Mundial glorioso, legítimo, merecido, indiscutible. Pero el fútbol argentino sigue siendo el mismo en sus estadios que era antes del Mundial de Qatar. Sin entar en pormenorizaciones inoportunas, veamos procedimientos internos de ascensos, calidad del arbitraje, legitimada del VAR y confortabilidad de los estadios y campos de juego.

Es cierto que los Campeones del Mundo merecen todo, y mucho más su Capitán. También es cierto que la Historia merece ser respetada por cuanto sin aquello no hubiera existido esto.

Fue una pena haber ofendido la historia del fútbol y haber irrespetado la memoria de quienes lo hicieron grande. Grondona es también el símbolo de todos los actores heroicos: Bilardo, Maradona y todos sus generacionales.

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