“Hubiese matado por Maradona”: la confesión del Gallego Méndez por su paso en Gimnasia y el duro relato por la enfermedad de su hijo

El entrenador contó el año difícil que debió atravesar con su familia por la salud de Santiago: “Se curó de algo muy jodido. Es una bendición”

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Sebastián Méndez fue el colaborador más directo de Diego Maradona en su paso como entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata, vivió muy de cerca su fallecimiento e intentó seguir con su carrera de DT en Godoy Cruz y Tijuana, pero en su primera experiencia en el fútbol mexicano la vida volvió a darle un golpe inesperado. Así lo contó en un extenso reportaje brindado a ESPN, en el cual abordó el día que le confesó a Oscar Ruggeri que quería retirarse del fútbol y contó los pormenores de la famosa patada contra Radamel Falcao García por una cuenta pendiente con el delantero.

Ahora estoy bien; antes la pasé mal, pero la pasó peor mi hijo. Ya se terminó, por suerte. Estamos todos bien. Fue un año duro”, narró sobre la enfermedad que sufrió Santiago, de 21 años: “Yo estaba en México cuando se enfermó. Me llamó la madre para decírmelo, me tomé el primer avión y, cuando llegué, ya estaba internado. No daré muchos detalles, pero se curó de algo muy jodido. Es una bendición. Muchas veces pensás por qué le pasa esto a mi hijo y por qué no le pasó algo peor porque él se pudo curar. Tengo que mirarlo así, porque sino te vas a vivir lamentando. Él tampoco quiso lamentarse nunca y tenía que acompañarlo”.

Luego de agradecer la calidad humana de ciertas personas, entre ellas el presidente de Tijuana quien propuso llevarlo a México para continuar su tratamiento, remarcó que esta situación lo hizo replantearse su estilo de vida: “Cambiás, bajás a tierra, empezás a ver cuáles son las cosas más importantes. Para nosotros, ganar un partido va a seguir siendo fundamental, pero hay cosas más valiosas”.

En un emotivo relato, el Gallego rememoró cómo transitó con su hijo el título de Argentina en el Mundial: “Lo viví con él, fue genial. Cuando debutó contra Arabia Saudita estaba internado en la Favaloro, y el Mundial lo terminamos viendo en la casa de la madre, con él. La felicidad... ¿Sabés lo lindo que fue verlo a él gritando ‘dale campeón’? Si te emociona a vos, viendo a los jugadores. Para mí este fue el mejor Mundial, pero por él no por otra cosa. Y si perdíamos la final lo iba a festejar igual, no me importaba nada”. Y agregó: “Era un remedio ver a la Selección”.

La última internación se extendió por más de un mes entremedio de la Copa del Mundo y todo este calvario incluyó un trasplante para que Santiago sobreviviera: “Dentro mío yo pensaba que los jugadores de la Selección le habían dado un regalo a él. Si los jugadores supieran las historias que hay detrás de ellos, las alegrías que le dan a la gente...”.

* El recuerdo del Gallego Méndez a Diego Maradona

En otro orden, fue consultado por su relación con Diego Maradona durante su paso por el Lobo. Destacó que lo extraña y aún atesora cada arenga en la entidad platense: “Como jugador hubiese matado a una persona porque te hablaba Diego. Si no te llega... Era el fútbol, no hace falta que sea tan táctico tampoco. Era pura motivación. Se preocupaba por la vida de los chicos, los utileros y de todas las personas que trabajaban en el club. Estaba atento a todo”. En tono de broma y con tintes de humor, declaró los beneficios de tener una figura omnipresente como la del 10: “Creo que nos subió el contrato a todos. Iba a pelear nuestra plata. Si no llegábamos a cobrar durante la pandemia, nos preguntaba y le decíamos: ‘No, tranquilo Diego’ y él nos respondía: ‘No, qué tranquilo. Yo los prendo fuego’”.

Le encantaba los homenajes, fue feliz. Estoy seguro, y nos lo dijo. Se emocionaba mucho. Fue una de las experiencias más importantes y más locas de mi vida”, aseguró. Y sumó: “No sabés cuanto le dolían las derrotas. Cuando llegaba al vestuario no estaba tranquilo. No le gustaba perder, como a nadie. Se enojaba cuando el equipo no jugaba bien. ‘Dénle la pelota a los de blanco y azul’, les decía a los jugadores”.

El ex entrenador de Godoy Cruz, Banfield y Palestino de Chile, entre otros clubes, recordó el día que estuvo a punto de colgar los botines con solo 29 años. Hay que remontarse a los días posteriores al 27 de agosto de 2006. En esa jornada, el Ciclón cayó 7-1 ante Boca Juniors como local por el Torneo Apertura. “Yo lo tuve en San Lorenzo”, lo pinchó Ruggeri. Y Méndez fue lapidario: “Mi peor semestre, Oscar. Y lo sabés. Jugué muy mal y me sentía mal por él”. “No quería jugar más”, remató sobre aquella goleada.

En ese ida y vuelta, el Cabezón dio mayores detalles de una conversación mantenida entre ambos después de esa dolorosa caída: “Un día me dio la mano y me dijo que no jugaba más al fútbol. Le respondí: ‘¿Qué? Vamos a charlar’. Le dije que tenga tranquilidad porque no podía dejar y debía seguir jugando”. En este sentido, el hombre de 45 años explicó cómo llegó a tener ese pensamiento en la cabeza: “Te da vergüenza deportiva. Te querés enterrar... Estuve un mes sin llevar al colegio a mis hijos. No tenía miedo, tenía vergüenza de que alguien me diga algo. Sentís que te miran todos cuando salís a la calle. No hice nada malo, perdimos y jugamos mal, pero es una catástrofe”.

Por último, se refirió a la cuenta pendiente que había quedado con el Tigre Falcao en los clásicos ante River Plate. Una vieja infracción del colombiano en un partido de Copa Libertadores le causó al defensor una fractura del platillo tibial de la rodilla derecha y, meses más tarde, buscó revancha con una patada con los tapones en la espalda del punta. “Estaba caliente. Falcao me rompió la rodilla. Sabía que me rompió cuando me dio esa patada. En el entretiempo me sacaron sangre de la rodilla y me di cuenta que me había roto todo. Ese día dije que, apenas pueda, lo iba a ir a buscar. Estaba con la sangre en el ojo”, recordó sobre el origen de la pelea. Y concluyó: “¿Si hable con él? Ya está. Me mandó un mensaje y, le mandé uno también cuando falleció su papá. Son cosas del fútbol. Pasaron 15 años, ya está”.

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