Un profundo dolor y el luto invaden por estos días al atletismo por la muerte del estadounidense Dick Fosbury, un deportista que ha dejado una gran huella al revolucionar el salto en alto con una revolucionaria técnica que lo llevó a quedarse con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México 1968 y que es utilizada por todos esos hombres y aquellas mujeres que compiten por estos días en esta prueba.
Fosbury, oriundo de Portland (Oregon), quien empezó a experimentar desde joven con el procedimiento que posteriormente fue llamada ‘Fosbury Flop’, falleció el domingo a los 76 años, según informó este lunes su agente Ray Schulte. De espaldas y arqueando su cuerpo, este atleta entró a la historia del deporte e inspiró a varias generaciones de deportistas.
“Con el corazón encogido debo anunciar que mi viejo amigo y cliente Dick Fosbury falleció pacíficamente mientras dormía la madrugada del domingo tras una breve recurrencia del linfoma. A la leyenda del atletismo le sobreviven su esposa Robin Tomasi, su hijo Erich Fosbury y sus hijastras Stephanie Thomas-Phipps... y Kristin Thompson”, escribió Schulte en Instagram.
Desde adolescente, durante sus entrenamientos en la escuela secundaria North Medford High School, se empeñó en desarrollar este método porque los estilos que hasta ese entonces se utilizaban para ejecutar el salto (tales como el rodillo ventral, el rodillo occidental o el estilo tijera), le parecían demasiado difíciles.
Cuando se introdujo la colchoneta de espuma para amortiguar la caída de los atletas, Dick Fosbury vio la oportunidad perfecta para poner en práctica su nueva técnica en la escena mundial. Y el estadounidense batió el récord olímpico de la época con 2,24 metros, se quedó con la medalla dorada y generó una gran revolución. Cada vez más atletas intentaron el salto de espaldas a medida que la técnica iba ganando aceptación.
“Dick Fosbury siempre fue fiel a los valores olímpicos y sirvió al Movimiento Olímpico en diversas funciones, incluida la de Presidente de los Olímpicos Mundiales. Siempre será recordado como un campeón olímpico excepcional”, declaró Thomas Bach, Presidente del Comité Olímpico Internacional (COI). Por su parte, World Athletics sacó un sentido comunicado: “La innovación de Fosbury llevó el salto de altura a otro nivel y siguió involucrado en el atletismo durante toda su vida, compartiendo sus conocimientos y habilidades con las generaciones futuras.... Deja un legado extraordinario”.
Fosbury se retiró tras no lograr la clasificación para ir a los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 pese a ser muy joven. No obstante, su éxito olímpico y la contribución que hizo al deporte le valieron también el ingreso al Salón Nacional de la Fama del Atletismo en 1981. Su legado será eterno por ser el padre de la técnica más popular en el salto de altura moderno.
(Con información de Reuters)
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