En la segunda bandeja que da a Casa Amarilla ya le pusieron apodo: El Heredero. Apenas tiene un mes de vida, pero como esos bebés que nacen cargando su cruz o su destino, en el paravalancha mayor de la Bombonera ya todos dicen que es el elegido. No es para menos: es la primera persona que lleva en sus venas sangre de las dos familias que gobiernan desde hace 27 años la barra brava de Boca. El nombre en su documento dice todo: Mauro Fernando Di Zeo Martín. Sí, el nombre de uno de los jefes actuales, Mauro Martín, y el de uno de los históricos hombres de La Doce, Fernando Di Zeo, hermano del conocido Rafa y con un “prestigio” en el mundo barrabrava que supera con creces a todos los que habitan el planeta de la popular. Y no se trata de un fanático de los barras que decidió bautizar a su crío de esa forma, sino nada más y nada menos que del nieto de Mauro Martín y del extinto Fernando Di Zeo, fallecido en enero de 2019, y por ende sobrino nieto de Rafael. El hecho contempla además otra cuestión singular: es la primera unión entre familias barras híperpoderosas de la que se tenga registro. Habitualmente se daba en la popular que un hijo podía heredar el trono de su padre, como ocurrió por ejemplo como caso más paradigmático en Deportivo Merlo, pero que dos clanes que además pelearon a muerte por el poder real de la tribuna terminen unidos a través de un bebé, es toda una curiosidad.
Mauro Fernando Di Zeo Martín, que se convirtió en socio de Boca dos días después de su nacimiento y ya tiene flamante carnet, llegó a este planeta el 12 de febrero de este año y es el primogénito de Teresa Di Zeo y Blas Martín. Teresa, apodada Tere, es una de las dos hijas que Fernando Di Zeo tuvo con Marta Tato, es fanática de Boca y habitué en la segunda bandeja del estadio, justo donde va la barra. Blas es el hijo mayor de Mauro Martín, único descendiente del jefe de La Doce con su primera mujer. Después, tuvo dos más con su segunda esposa. Ambos, en sus redes sociales, suelen celebrar los actos de la barra todo el tiempo. Y son pareja desde hace más de dos años cuando la versión criolla de Montescos y Capuletos tuvo un encuentro inesperado. Fue una relación que además trajo una polémica mayúscula en octubre de 2021, cuando concurrieron a una fiesta de Halloween en un boliche de Puerto Madero disfrazados como Adolf Hitler y Eva Braun, lo que generó un escándalo de proporciones, la intervención del Inadi y una visita de la pareja a la DAIA acompañados por los miembros del movimiento Boca Shalom, donde se mostraron arrepentidos. Por entonces, el propio Mauro Martín afirmó: “No son los valores que le inculqué. Lo hablamos, hoy tomó conciencia del error que cometió y mi familia le pide disculpas a toda la comunidad judía por esta falta de respeto”.
Lo cierto es que la relación siguió en pie y terminó por consumarse en febrero de este año. El primogénito además de ser fruto del amor puede hasta ser visto como prenda de paz: Mauro Martín y los hermanos Di Zeo tuvieron una relación tormentosa con episodios violentísimos. Mauro ingresó a la barra porque era el hermano menor de Gabriel Martín, profesor de boxeo de Rafa en el club Leopardi de Villa Luro, institución que regentea la familia Martín. Por entonces Mauro había caído en prisión y Rafa le puso su abogado, José Monteleone, quién logró cambiarle la pena de robo a un supermercado chino por tentativa y lo sacó de la cárcel. Allí ingresó a la barra y cuando los Di Zeo cayeron presos, Martín con su socio por entonces, Maximiliano Mazzaro, coparon la tribuna y desplazaron a los hombres más cercanos a los antiguos jefes. Eso produjo una enemistad manifiesta y cuando los Di Zeo purgaron su pena, salieron dispuestos a recuperar la tribuna y hubo varias batallas que incluyeron grandes balaceras, entre ellas una en la autopista Rosario-Santa Fe que dejó maltrercho a Martín con un balazo que le perforó el intestino grueso. Recién cuando éste cayó preso en 2013 bebió de la propia medicina: Christian De Vaux, su número tres, agarró la conducción y no se la devolvió. Por eso, cuando Martín dejó la cárcel en octubre de 2014, y viendo que no podía desbancar a su ex compañero de tribuna, algo que tampoco podía hacer por sí mismo Rafa, decidieron olvidar las guerras personales y las traiciones mutuas y unirse en pos del objetivo de volver. Lo lograron en 2015 gracias al apoyo de la dirigencia, los organismos de seguridad y la política. Pero igual se seguían recelando a punto tal que cada uno armó un ejército propio, para que quede claro que si había guerra sería total. Así los Di Zeo trajeron a mucha gente de la zona Sur del Conurbano con asiento sobre todo en Lomas de Zamora, mientras que Martín se apoyo en bandas de todo calibre del Oeste bonaerense. Ese delicado equilibrio ya lleva ocho años y ahora hay un bebé que une lo que alguna vez estuvo desunido aún cuando la familia sigue teniendo pujas internas, como la que enfrenta a la mujer de Fernando Di Zeo, también muy respetada en el mundo del tablón, con su cuñado, al que acusa de haberse aprovechado de su hermano y de toda la familia.
Lo cierto es que en la popular ven que la llegada de Mauro Fernando Di Zeo Martín fue una bendición: como si fuera una señal divina, no llegó con el pan bajo el brazo sino con la absolución judicial de los dos líderes de la barra que podrán volver el próximo mes a la Bombonera. Como para reafirmar lo que piensan sobre él: que es el elegido.
Seguir leyendo: