Los guantes que usó Emiliano Dibu Martínez en la tanda de penales contra Francia en la final de la Copa del Mundo de Qatar el año pasado fueron subastados el viernes luego de más de una semana de que se iniciara la puja. “¡45.000 dólares por los guantes Dibu para ayudar a los chicos de Garrahan!” escribió la Fundación Pediátrica Argentina en Instagram, refiriéndose a la sala de oncología del Hospital Garrahan, el principal hospital pediátrico de la Argentina.
La subasta fue realizada en línea y finalizó este el viernes. La misma fue presentada por el arquero a través de un enlace de video desde su casa en Inglaterra, donde juega para el Aston Villa. “Cuando me dieron la opción de donar los guantes del Mundial no lo dudé, es una buena causa para los chicos”, declaró y agregó: “La final del Mundial no se juega todos los días, (los guantes) son especiales. Pero a un niño le ayuda mucho más que a mí tenerlos colgados en un marco en mi casa”.
Los guantes los usó cuando enfrentó la tanda de penales contra Francia en la final de Qatar, con Argentina ganando 4-2 en esa instancia gracias a una atajada suya, otorgando el campeonato al equipo de Lionel Messi luego de empatar el partido 3-3 en la prórroga. Martínez había autografiado el interior de los guantes cuando anunció la donación en febrero.
El portero surgido en Independiente, también campeón de la Copa América y la Finalissima con el buzo de la Albiceleste se ha convertido en uno de los más grandes ídolos de esta generación junto con Lionel Messi. En la actualidad, su camiseta es una de las más solicitadas por los niños, junto a la del astro del PSG y la de Julián Álvarez, uno de los goleadores del equipo.
Es que su performance fue vital en cuartos de final ante Países Bajos, cuando tapó dos disparos (a Virgil van Dijk y Steven Berghuis) en la tanda de penales. “Yo no sentía ni confianza ni presión, yo sentía que era el momento de ayudar a mis compañeros, no era el momento de decir ‘acá me hago grande, soy yo’; no. Yo decía ‘llegó el momento de ayudar a mi país’. No lo tomé como presión, sino como un deber, ‘acá uno o dos tengo que atajar’. Y se me dio”, comentó en diálogo con FIFA+.
Luego, ante Francia repitió la faena, con la atajada frente a Kingsley Coman y el “susto” a Tchouameni, quien terminó desviando su intento. Tamaña influencia culminó en la tercera estrella para Argentina y en el guante de oro al mejor portero del Mundial, que hoy reposa en sus vitrinas. Y también en el premio The Best.
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