Terror en la puerta del colegio: la barra de Los Andes se enfrentó a tiros a la hora de la salida de los alumnos

Chicos refugiados en el patio y padres corriendo entre autos. El detrás de escena de una balacera que por milagro no dejó víctimas

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El 26 de febrero Omar Plaini se convirtió en el nuevo presidente de Los Andes. El dirigente sindical del gremio de Canillitas y senador provincial bonaerense llegó al club con un mandato claro: ordenar la institución que estaba dominada por la barra. Diez días después los violentos le dieron la bienvenida: este mediodía se agarraron a tiros en la puerta del colegio del club donde se escucharon cerca de 15 disparos y no hubo un muerto de casualidad. De hecho la balacera sucedió cuando los padres habían ido a la puerta a buscar a los alumnos del turno mañana para retirarlos y entre los que tuvieron que cubrirse en medio de los autos y los profesores que hicieron reingresar a todos para que se refugiaran en el patio del colegio se evitó una tragedia de dimensiones inimaginables.

Según la información preliminar con la que trabaja la Unidad Fiscal de Investigaciones número 4 de Lomas de Zamora, el ataque provino de la facción oficial de la barra que se referencia en Walter Coronel, quién está en prisión por una causa vinculada a juego clandestino, además tiene una condena a tres años de prisión por violencia en el fútbol y que acaba de ser absuelto junto a Rafael Di Zeo y Cristian Fido De Vaux en el juicio por dos crímenes en la interna de Boca. Coronel era el hombre fuerte del grupo Lomas de Zamora de La Doce.

Él y su hermano Hernán fueron los dueños de la tribuna y muchas cosas más en el club durante la presidencia de Víctor Grosi, titular saliente y también secretario general del gremio Sitraic, de la Construcción, donde hay denuncias constantes de violencia barrabrava. Ante la derrota del oficialismo en el club, las nuevas autoridades empezaron a rever todos los “kioscos” que regenteaba la barra y la respuesta llegó más pronto de lo imaginado. Y no sólo es un mensaje para la flamante Comisión Directiva, sino para la facción disidente de la barra, llamada Chaco Chico, que con el cambio de autoridades tiene la intención de regresar a la popular.

De hecho el incidente empezó cuando tres hombres de la barra oficial, incluido según el parte policial Hernán Coronel, hermano de Walter, divisó en un auto en la esquina del colegio a Diego Fernando Callén, hombre de Chaco Chico. Ahí nomás lo abordaron, le robaron el celular, lo golpearon y cuando éste logró subir al auto para escapar, le tiraron una ráfaga de disparos que por suerte no dio en el blanco.

En ese momento, en la esquina de Portela y Santa Fe, justo estaban saliendo los chicos que concurren a esa escuela, por lo que se vivieron momentos dramáticos parecidos más a una escena de un western que al desenvolvimiento normal de una entidad educativa.

Walter Coronel, jefe de la
Walter Coronel, jefe de la barra, está preso pero su hermano habría participado de los últimos hechos

“Estoy indignado y amargado. Sabían que me iban a boicotear la gestión, pero no tan rápido. Yo llegué al club con el compromiso de ordenarlo y esto te revuelve las tripas. Hicimos 300 socios nuevos, firmamos el contrato con el sponsor de la camiseta, empezamos a sacar los kioscos personales para que nadie lucre con el club y te encontrás con esta locura. Nosotros en el colegio tenemos 1400 matriculados, es el orgullo de la familia Milrayitas y atacan ahí. Ya no respetan nada. Están las cámaras del club, de la institución, todo para que los identifiquen y los pongan presos. Mirá que yo tengo experiencia en el mundo sindical, pero mi familia no quería que me metiera en el club porque saben que la mano viene pesada. Pero no me van a doblar el brazo. Dije que en dos años ordenaba el club y lo voy a hacer. Sólo pido la colaboración de la Policía y la Justicia para meter a estos vándalos presos”, le dijo Omar Plaini a Infobae apenas se enteró del hecho.

La interna viene desde 2013 cuando cayó el histórico líder, José Anacleto Paz, condenado a 14 años de prisión por el crimen de un hincha de Banfield. Paz ya tenía un prontuario frondoso y muchos contactos políticos. De hecho, previo a ese asesinato tuvo tres causas por amenazar con armas a técnicos del club y hasta ponerle una bomba molotov debajo del auto a un ex directivo que no quería ceder a sus presiones. En el ámbito político, había trabajado en el Concejo Deliberante cuando el justicialista Jorge Rossi era intendente y tuvo manejo de planes sociales. Su caída precipitó el ascenso de dos de sus hijos, Elías y Nicolás, que siguieron los pasos de su padre: manejaron la popular a sangre y fuego hasta que asesinaron a metros del estadio en 2017 a un rival en la interna y terminaron condenados a 15 años de prisión. Ese fue el momento en que el grupo de los Coronel, tras varias batallas con los de Chaco Chico, terminó ganando la popular y se hizo dueño de la institución y sobre todo del predio de Villa Albertina, que manejaba a su antojo armando torneos de fútbol y cobrando por ello sin rendirle nada al club. Los hermanos lograron también meterse en La Doce, se hicieron muy fuertes y el dominio parecía total por su alianza también con la Comisión Directiva de Los Andes. De hecho, en las elecciones anteriores fueron los encargados de amedrentar a la lista de Plaini, a la que no dejaron participar.

Pero esta vez fue distinto. El club pasa por una crisis muy grande y los socios empujaron para que el sindicalista volviera a presentarse. Lo hizo y ganó. Y para el primer partido de local, el sábado pasado frente a Cañuelas, la gente de Chaco Chico volvió a la cancha. A otro sector, haciéndose notar poquito, pero empezando a volver. Y eso enfureció al otro bando que este mediodía fue a hacer de las suyas donde más duele: en la puerta del colegio Ejército de Los Andes, perteneciente al club. Un dato que no pasó por alto entre los padres es que hoy no había policía en el ingreso, algo que es habitual. Y que marca que nada, en el mundo de la violencia barrabrava, es casualidad.

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