El clima en torno a la Bombonera estuvo agitado desde que arrancó el año. En el primer compromiso ante Atlético Tucumán, por la primera fecha de la Liga Profesional 2023, se registraron algunos desbordes en los ingresos y se abrió una investigación para determinar si el aforo resultó excedido. La institución buscó por distintos canales comunicar al detalle los requisitos para poder acceder a un lugar en La Bombonera y los protocolos correspondientes para evitar problemas. Pero eso no fue todo, porque la fiscal Celsa Ramírez ordenó clausurar la tercera bandeja popular Sur por “deficiencias edilicias”.
Boca se privó de contar con 5.000 hinchas en el duelo ante Central Córdoba de Santiago del Estero por el campeonato local y la Justicia recién levantó la clausura el mismo día en que el equipo de Hugo Ibarra recibió a Platense por la misma competición. En medio, Juan Román Riquelme se ofuscó con las autoridades de turno y exigió que se revieran los informes elevados por el club para permitirles a los socios concurrir a los siguientes encuentros. Lo concreto es que antes de que estos imprevistos tomaran notoriedad pública, en Boca disponían de un plan de ampliación a corto y mediano plazo. Aunque los dirigentes trabajan en paralelo en el proyecto Bombonera 360, hay objetivos más cercanos con los que el aforo podrá agrandarse de cara al año próximo.
El último retoque visible que la Bombonera había sufrido en el último tiempo fue a principios de 2022, cuando se modificó por completo el sistema de drenaje que tantas complicaciones le había traído en el pasado. La gota que rebalsó el vaso (nunca mejor dicho) fue la suspensión de un partido contra Newell’s por el campeonato local, luego de otro frente a Argentinos Juniors en el que la pelota llegó a rodar lo justo y necesario para completarse. Antes, el estadio Alberto J. Armando había exhibido cambios estructurales con los que aumentó su capacidad. Mientras la directiva avanza en la gestión del Proyecto 360, existe otro plan a mediano plazo con el que el aforo pasará a ser de casi 60 mil personas.
Desde la asunción de las nuevas autoridades de la institución a fines de 2019, la mítica cancha argentina ubicada en el barrio de La Boca tuvo un lavado de cara que la hace lucir. A la pintura interior y exterior que optimizó su estética al golpe de vista, se procedió a una serie de reestructuraciones que le permitieron asistir a más socios. Por ejemplo, en la Platea L se reemplazaron las 5.200 butacas de color celeste y se colocaron nuevas azules con la que además se amplió el cupo de ese sector. Al mismo tiempo, se removió el vidrio templado que dificultaba la visión (ahora hay personal de seguridad privado en un hundimiento de terreno que se realizó en el perímetro lateral).
La Platea corporativa M (contigua a la popular media Sur) también contó con una redistribución de lugares con los que se amplió la capacidad. En tanto, se construyeron 12 palcos nuevos en la Platea Media y se instalaron casi 200 butacas en palcos abiertos, lo que generó unos 300 lugares más.
El sueño de Jorge Amor Ameal es el de ampliar la Bombonera mediante el derribamiento de los viejos palcos que dan a la calle Dr. del Valle Iberlucea para conformar de forma simétrica el resto del anillo del estadio. La capacidad de la cancha de Boca Juniors quedaría entre 78 mil y 80 mil espectadores, a la vez que el presidente remarcó una y otra vez que apunta a contar con un 70% de espacios populares. En esta sintonía, una de las primeras cuestiones a resolver fue la quita de los asientos que se colocaron en gestiones anteriores arriba de la tribuna de La 12: la Platea K.
Más de la mitad de esa tribuna superior Norte ya pasó a ser popular, luego de un trabajo de hormiga con cada abonado que guardaba su lugar en ese sector y la redistribución a otra parte de la cancha. Desde el Departamento de Obras confían en seguir con la remoción de bancos en dos tramos durante este 2023: se ganarán mil lugares para populares para el mes de junio y, aunque voces oficiales evitaron confirmarlo, a Infobae le apuntaron que para fin de año se liquidará el asunto, la llamada Platea K pasará a la historia y volverá a ser una sexta tribuna popular en su totalidad. Para esto, la directiva tiene que retomar el trabajo fino, abonado por abonado, para su reubicación.
Esta es una gran noticia para los miles de socios que componen la nómina de empadronados de Boca, que cuenta con una enorme lista de espera con los llamados Adherentes (abonan la mitad de la cuota social pero no tienen asegurado el acceso a cada partido y figuran en “lista de espera” para pasar a ser Activos). De no mediar imponderables, para principios de 2024 la Bombonera tendría una capacidad de 59 mil espectadores y nuevamente dispondrá de seis populares, como en una gran parte de su historia desde su inauguración en 1940. Será tiempo en el que habrá una idea definida respecto a la remodelación de la Bombonera o construcción de una nueva, puesto que las elecciones serán en diciembre y ese es uno de los temas más relevantes que habrá sobre la mesa.
Ameal adelantó que este mes de marzo se realizará una presentación de zonificación en la Legislatura porteña para aguardar por la aprobación para la reforma de los palcos y construcción de las nuevas tres bandejas que cerrarían el anillo del lado este (las que se ven por las transmisiones de TV). A largo plazo, la idea del presidente xeneize es la de retirarse del club con una Bombonera modernizada, con aforo de 80 mil personas, un techo de cubierta liviana para la segunda y tercera bandeja y ocho tribunas populares. ¿Cómo? El boceto de Bombonera 360 contempla que la actual Platea inferior L y la que se construiría en paralelo, sean espacios populares tal como sucede en la cancha de Racing de Avellaneda.
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