El 4 de marzo la International Football Association Board (IFAB), ente que se encarga de reglamentar el fútbol, celebrará su reunión anual en la que ampliará modificaciones al deporte más popular del mundo luego de los planteos recibidos por parte de algunas federaciones y después de haber realizado pruebas durante 2022. Entre los temas a tratar, uno de los más llamativos está vinculado al tiempo de juego.
En el fútbol, los partidos duran 90 minutos, pero como el reloj nunca se detiene los árbitros tienen la potestad de adicionar el tiempo que consideren una vez cumplido el reglamentario. En los últimos años las compañías de estadísticas develaron datos alarmantes que muestran que el tiempo de juego neto de un encuentro en general ronda los 60 minutos (muchas veces incluso en menor) y por eso durante el Mundial de Qatar FIFA instó a los jueces a agregar más minutos que lo usual, dando como resultado cotejos que superaron los 100 minutos.
En este contexto, la IFAB anunció que en su Asamblea General número 137 que se realizará en Londres el próximo sábado se “incluirán actualizaciones sobre posibles medidas para crear condiciones más justas para ambos equipos en términos de la cantidad de tiempo disponible en un partido, con un enfoque particular en un cálculo más estricto del tiempo adicional”. Esto podría llevar a los partidos a durar más de 100 minutos en todas las competencias, lo que significaría un cambio revolucionario.
Por su parte, el periodista José Félix Díaz del sitio español Marca sostuvo que desde FIFA hay intención de solucionar las pérdidas de tiempo constantes que hay en un partido y que una de las opciones a analizar es la de detener el reloj en algunas ocasiones puntuales, como por ejemplo en la celebración de goles. Sin embargo, la Junta del organismo inglés es claro en sus últimas publicaciones al señalar que los cambios se harán “dentro del marco establecido por las Reglas de Juego vigentes”, por lo que parece complicado que la detención del cronómetro se lleve a cabo.
Desde la IFAB no han revelado qué medidas puntuales tratarán, pero nada puede descartarse. Lo cierto es que usualmente cualquier tipo de modificación primero es probada durante un año en algunos torneos FIFA (usualmente de categorías menores) y luego, de resultar exitosa, se amplía al resto de las federaciones.
En lo que respecta al fuera de juego, nuevamente habrá un minucioso estudio en la regla y en especial a la participación deliberada de cada futbolista que se encuentra en offside. Además, se calificó como “exitosa” la implementación del offside automático utilizado en el Mundial de Qatar, por lo que este podría ampliarse a otras competiciones.
A su vez, el ente informó que otro de los temas a tratar será el de los cambios extras por conmoción cerebral que ya se probó en 2022 y que deberá instaurarse definitivamente, eliminarse o modificarse en base a la experiencia absorbida en este tiempo. También se discutirán “posibles medidas para aumentar el respeto hacia los oficiales, jugadores y entrenadores de fútbol amateur y de inferiores”. Sobre este punto, la propia IFAB ya había anticipado que baraja la posibilidad de incluir “una prueba con grabaciones de partidos que pueden usarse para proporcionar evidencia de cualquier mala conducta durante los juegos”.
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