Aún quedaban algunos meses para que River Plate se coronara campeón del Apertura 1993 (finalizado en 1994). El Estadio Monumental dejaba de ser la casa del Millonario por algunos días nada más. La bienvenida de Sir Paul McCartney en su primera visita a la Argentina concluyó en tres recitales celebrados en Núñez entre el 10 y 12 de diciembre. Con menos de una década desde su natalicio, Pablo Busso contempló un recital que le cambiaría de sobremanera su vida. Fue uno de sus primeros contactos con la música, la misma que lo llevó a ser uno de los trompetistas estrella de la selección argentina en Qatar y rendirse ante el talento de Lionel Messi, a punto tal de dedicarle la composición de una canción.
Guiado por el Colegio Alemán de Temperley, asistió a una banda de bronces organizada en el seno de una Iglesia Evangélica, un coro compuesto por instrumentos de viento y percusión. “El concierto me despertó las ganas de aprender a tocar la guitarra. Me fui dando cuenta de que tenía cierta facilidad para tocar los instrumentos”, afirmó sobre un hecho que comenzó a picar su curiosidad desde los 9 años en charla con Infobae.
La llama por el conocimiento lo llevó a inscribirse dentro de American Field Service (AFS) para ingresar en un programa de intercambio. Finalizó su último año del secundario en Viena y le gustó tanto el país que regresó para quedarse a vivir por los siguientes cuatro calendarios. En la tierra de Mozart comenzó un amor que pasó por tonalidades agudas y graves, pero la conclusión de la sinfonía corrió como la velocidad de la luz en su cabeza. En ese tramo, vivió el primer Mundial de su vida y cimentó las condiciones de su fanatismo por Messi.
“Lo que representa en mí nos abarca a todos, y sobre todo en este Mundial de Qatar porque los que todavía eran anti-Messi también se pudieron enamorar de la grandeza que tuvo siempre”, declaró tras verlo en acción en Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y el reciente trofeo de 2022. Sin embargo, la última Copa del Mundo registró un elemento de “decoración”, que tomó un papel preponderante con el correr de los días: “No había llevado la trompeta a los otros Mundiales por una cuestión de pudor. Nunca me gustó sobresalir en un ambiente que no es el mío. Sin embargo, esta vez sentí que la tenía que llevar, como un chiste, ¿no? Y de repente, cuando la saqué y la empecé a tocar camino a los estadios... Era una fiesta”.
Su padre, Freddy, sus hermanos Lucas, Juan, Gabriel y su cuñado Pablo fueron espectadores de lujo de los conciertos que reunía a su alrededor, un accionar repetido en cada previa: “Antes del partido, era una forma de aligerar tensiones”, contó ante la consulta de este medio por la necesidad de descansar el stress de cada encuentro en la utilización de un instrumento que pudo ingresar a todos los partidos, no sin antes mantener acalorados diálogos con el guardia de momento: “Las medidas de mi trompeta entraban justo en los requisitos para entrar. Vivía discutiendo con las personas encargadas del ingreso. Me la dejaron entrar contra Arabia Saudita y, para el segundo partido, mostraba la foto de esa vez. Tras un poco de discusión, siempre la pasábamos”.
A pesar de que no integraba el centro de la hinchada, cada victoria Albiceleste provocaba una reunión inmediata con el sector más ruidoso para continuar en el reducto. Los futbolistas de la selección argentina se acercaban para contemplar a los fanáticos y la trompeta, guardada religiosamente ante cada pitazo inicial, volvía a salir de su escóndite. El sábado 3 de diciembre fue la última vez que esa herramienta se mostró en un estadio: “Nos quedamos hasta Australia”. La imposibilidad financiera y la incertidumbre para conseguir entradas precipitaron su estadia. Nunca utilizó su don en la música para sacar un rédito económico en suelo asiático: “No, no era la idea. Fui con mis hermanos y mi viejo a disfrutar estar ahí y conocer el lugar. Simplemente, llevé la trompeta como una decoración”. Con ocho años de distancia entre 2014 y 2022, se volvía a repetir su ausencia en una final del mundo por las mismas razones.
Su regreso a la Argentina no impidió que sacara a relucirla en los minutos previos de los compromisos ante Países Bajos, Croacia y Francia con distintos videos que fueron parte de una previa casera dentro del calor impuesto por el hogar y eran subidos a sus redes sociales, un ritual que mantenía la costumbre iniciada en Qatar. El compositor de 38 años veía cada duelo en la casa de sus padres. “Sufría los partidos igual o peor que en la cancha porque te sentís más ajeno e impotente”, detalló.
La goleada 3-0 ante Croacia en el Estadio Lusail maduró una semilla sembrada hacía tiempo: “Ya venía pensando componerle un tema a Messi. En cada Mundial, se me venía a la cabeza una idea, pero no la continuaba”. Su posterior coronación le dio un mayor impulso para finalizar un proyecto, que se transformó en el primero de muchos. Tras dibujarse una sonrisa en su rostro cuando recordó la imagen del astro con la Copa, lo señaló como un “referente” y destacó el cambio que generó en su vida personal: “Eso me generó un arrepentimiento porque yo no tuve la resiliencia que él tuvo. Volví a la Argentina en 2009 y, desde ese momento, no tuve la valentía suficiente para mostrar mi música de una manera contundente como yo quería. Cuando me caí, me dejé estar. Buscaba hacer las cosas en mi zona de confort. No seguía fomentando mis canciones porque les buscaba el error”. “Él me da voluntad para enfocarme y no renunciar a las pasiones que imagino y visualizo. Ahora sí me siento con ganas”, expresó.
Pasión, disciplina, orgullo. Son solo algunas palabras volcadas en su oratoria para referirse al futbolista de 35 años. Una estrofa manifiesta que “encara un horizonte de anhelos” y el cantante manifestó cuál es el suyo con este tema: “Mi anhelo es que le llegue a Lionel. ¿Le llegó? No lo sé... Me han dicho que distintas personas que él pudo conocer intentaron hacérselo llegar, pero no me dieron mayor respuesta. Tampoco quiero depender tanto de su respuesta. No digo: ‘Mi sueño es que lo reciba’. Ojalá”.
Mientras tanto, el pianista se desenvuelve en distintos eventos, formatos y estilos para poder vivir de su principal trabajo. Sin embargo, ya tiene una cita arreglada este 27 de febrero. El premio The Best le dará un galardón a la mejor hinchada de 2022 y la Argentina es una de las nominadas. Atento a la elección, confesó entrerisas: “A la gala la voy a ver con la trompeta al lado”.
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