Perdió la mano a los seis meses, la operaron 17 veces y sueña con estar en París 24: la historia que conmovió a Alberto Fernández

Alfonsina Maldonado es una deportista uruguaya que lucha por estar presente en los próximos Juegos Paralímpicos. Realiza un trabajo social ayudando en hospitales con familias de bebés que sufrieron quemaduras

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Alfonsina Maldonado, una historia de
Alfonsina Maldonado, una historia de superación

Un viaje en familia cambió su vida para siempre. Un accidente doméstico le provocó la pérdida de su mano izquierda, vivió cinco años en aislamiento por las quemaduras y la operaron 17 veces. Pero la uruguaya Alfonsina Maldonado (38 años) no conoce la palabra rendirse. Hoy se transformó en una referente de la equitación y realiza un gran trabajo social junto a las familias de niños en los hospitales del quemado.

Durante una charla con Infobae, la deportista contó su historia de resiliencia y la lucha para conseguir apoyo económico y así estar presente en los Juegos Paralímpicos de París 24.

- ¿Qué fue lo que sucedió ese 1 de mayo de 1985?

- Fue el día que cambió mi vida, para mejor. Con el correr de los años uno aprende que cambió mi vida para mejor. Mis padres fueron a pasear a lo de unos amigos a Montevideo y hubo un corte de luz. Prendieron una vela, como se suele hacer. Una ventana se abrió y la vela se cayó encima de la cuna. Perdí mi mano, quedó carbonizada totalmente. Me quemé la cara, que hoy en día no tengo nada. Parte de la cabeza también. Estuve 32 días en coma. Viví cinco años en una sala de aislamiento. Hasta los 19 años me hicieron intervenciones quirúrgicas.

Rápidamente, y gracias a que lograron subirse a un taxi que ya estaba ocupado, fueron a la sala de urgencias de un hospital. Luego de cinco horas de operación, el cirujano salió con un plato con unos “palitos negros” y soltó una frase que paralizó los corazones de sus padres. “Intenté pero no pude, no pude”.

Las palabras del doctor se referían a la mano izquierda de Alfonsina. “No había esperanza de vida y mi madrina fue la que le preguntó qué fue lo que no pudo. ‘Salvarle la mano. Pero sí le dejé el brazo’, les explicó. Por eso viví tantos años en el hospital en sala de aislamiento, por eso esta historia tan marcada. Para salvar el brazo hubo que hacer infinidad de tratamientos, de cosas, que me han marcado para bien. Uno lo aprende con los años”, rememoró Maldonado.

Alfonsina Maldonado de niña junto
Alfonsina Maldonado de niña junto a su hermana Mabi

- ¿Por qué estuvo cinco años en una sala de aislamiento?

- Uno está en aislamiento porque cualquier cosa hace que te agarres una infección. Hoy, que voy a los hospitales, y eso que la medicina avanzó muchísimo, igualmente lo ves. Ves pacientes que están en aislamiento y se agarran infecciones de la nada. Ahora hay mas tecnología, pero igualmente se agarran infecciones. Cualquier cosa. Abrís una puerta o la doctora no se lavó bien, te infectaste. Fue para lograr la reconstrucción del abrazo.

Durante ese tratamiento sólo tuvo unos breves periodos en los que le permitieron ir a su casa. En los días de curación le realizaban cuatro raspajes (iba a una bañera de metal y le raspaban la piel y le echaban un líquido), en donde llegó a desmayarse del dolor. En algunas ocasiones debían atarle las manos y los pies para que no pudiera tocar nada para evitar una infección y le colocaban una mordaza.

- ¿Cómo fue vivir tanto tiempo con un contacto restringido con tus seres queridos?

- Fue un largo camino, pero lo más importante a destacar es la transformación, lo positivo, el mensaje que quiere transmitir. Todos tenemos capacidad para salir adelante, con muchísima voluntad, muchísimo esfuerzo. No es tarea fácil encontrarse en una sociedad tan discriminante, tan dura, que te critica por cualquier cosa que hagas. Me enfoco más en ese mensaje, esa transformación, en poder trascender. Por eso mi visita al presidente de Argentina.

Alfonsina Maldonado es una referente
Alfonsina Maldonado es una referente de la equitación en Uruguay

- Recién nombró la discriminación. ¿Cómo fue su etapa de adolescencia?

- El bullying existió toda la vida, hoy se le dice bullying, en ese entonces no existía la palabra. Tremendo, creo que latinoamérica sigue atrasado en esos temas como sociedad. Por eso hay que trascender, cruzar fronteras, golpear puertas y mostrar que una mano puede ser diferente, una pierna puede ser diferente, que todos somos diferentes. Tenemos que tener la capacidad de ver más allá de eso.

- En total le realizaron 17 operaciones:

- No me operaron más porque en las últimas tres invitaciones tuve problemas cardiacos, de tanta operación. Y bueno, en la última operación hice un coma y dije ‘ya no más’. Las intervenciones eran para bajar el dolor crónico en la reconstrucción del brazo, porque tengo los tendones más comprimidos. Lo que hacían era descomprimir eso. Quiero destacar como uno puede transformarse. Cómo muchas veces eso te lleva a lugares muy oscuros, pero la capacidad que tenemos de salir.

- ¿Cómo hizo para sobrellevar esta situación?

- Con mucha voluntad. Voluntad, creo que hay que tener voluntad y capacidad de transformar las lágrimas en algo superior.

- A alguien que atraviesa una situación similar, ¿qué le diría?

- En el momento es duro cuando vivís una experiencia de este tipo. Pero hay que entender que una mano o una pierna no es el fin del mundo. No nos damos cuenta lo importante que es respirar. Cuando te pasan estas cosas aprendés a vivir y a realmente encontrar el propósito de vivir, que es para soñar en grande, sin límites ni fronteras. Esa capacidad la tenemos todos. A veces suceden estas cosas para despertarnos.

- ¿Cómo nació su vínculo con los caballos?

- De toda la vida, vengo de una familia de campo, tradicional, de clase media baja. Los caballos siempre estuvieron en mi vida, me apasionan. Lo llevo en la sangre.

Y mi historia me llevó a competir. En la sala de aislamiento, el silencio me enseñó a que tenía que transformar eso en algo importante para mí, para yo sobrevivir. Lo transforme en soñar en ser una deportista olímpica.

Durante su estadía en el centro médico observó muchas competencias de equitación, era una pasión. Su abuelo, que vivía en el campo de al lado, fue uno de los encargados de trasmitirle este sentimiento.

Alfonsina Maldonado finalizó en la
Alfonsina Maldonado finalizó en la octava posición en adiestramiento en los Juegos Paralímpicos de Río 2016

- Y ese sueño finalmente lo logró

- Lo logré, pero la vida es para reinventarse. Si bien lo logré ahora tengo sueños más grandes. La vida son sueños y encontrar motivos todos los días para motivarse y superarse. Transformarse. Si bien tengo una labor social con chicos quemados, quiero expandir este mensaje. Y en el deporte quiero ganar una medalla. Eso implica un gran reto, gran voluntad. Por eso también estamos acá, en este país hermano que es Argentina.

¿Cómo fue la experiencia de Río 2016?

Fue una experiencia muy dura. Si bien fue mágica porque transcurrieron 32 años para cumplir el sueño de esa niña. Fue muy dura porque los recursos fueron totalmente limitados, escasos. Fue agotador llegar ahí.

Es una disciplina impresionante, de una pasión que te desborda el alma, que tu corazón palpita realmente fuerte cuando cerrás los ojos y te imaginás ahí. Pero no hay que cansarse de golpear puertas, no hay que frustrarse cuando te dicen que no, hay que seguir intentándolo.

¿Su ausencia en Tokio 2020 fue por la falta de apoyo económico?

Sí, fue por la falta de recursos. No tuve los recursos para hacer las clasificaciones. Tenía el caballo esponsorizado por España, todo un staff español. También algunas empresas inglesas y neerlandesas, pero faltaba el dinero para poder llegar.

¿Su objetivo ahora es participar en los Juegos de París 24?

Actualmente tenemos un gran caballo, que es esponsorizado por Dinamarca. En Uruguay estamos formando un gran equipo y nos falta la parte económica. Por eso estamos acá en Argentina golpeando puertas. No tiene que ser algo político. Soñar es no tener límites. Las historias son historias y tienen que trascender, no tiene que identificarse con ningún partido político, sino con quien te abre las puertas, que es una persona, sin importar el cargo que tenga.

Alfonsina Maldonado con Alberto Fernández

- ¿Cómo fue la reunión con el presidente Alberto Fernández?

- Esta reunión la generó Virginia Staricco, alguien muy importante dentro de mi equipo. Él nos recibió en el marco de escuchar mi historia como deportista y mi labor en hospitales con niños quemados, porque en alguna oportunidad estuve en Argentina. La verdad que me sorprendió su generosidad, su amabilidad, su predisposición, su carisma. Una maravillosa persona. No tiene que ser algo político, es una persona como cualquiera de nosotros. Que me reciba un presidente, y de otro país, es un honor.

Durante la entrevista, el mandamás argentino se mostró conmovido por su historia y por el de la fundación Redalco, una organización que se dedica a recaudar todos los desperdicios de frutas y verduras y las distribuye en los hogares más humildes de Uruguay. Esta fundación ayudó a 60 mil familias a que puedan acceder a frutas y verduras.

Alfonsina Maldonado ayuda un importante
Alfonsina Maldonado ayuda un importante trabajo social en hospitales con niños que sufrieron quemaduras

- ¿En qué consiste su trabajo social?

- Es con bebés quemados. Entro en la sala de aislamiento y las mamás a veces tienen miedo de abrazarlos porque están quemados. Y es importante abrazarlos. Yo no tengo miedo y les explico que es el mejor remedio que hay. No existe una morfina más fuerte que el amor y abrazo de mamá.

¿Cuáles son sus metas en el corto plazo?

Llegar a París con este gran equipo que estamos formando, este equipo no tiene límites. Quiero destacar su ayuda, cómo me acompañan para que esto se haga. También a los argentinos que me abrieron las puertas.

Llegar a París es más importante que una medalla. No es llegar a París porque se me antojó, es dar mensaje.

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