Sique Rodríguez, y el programa “Què t’hi jugues” (Qué te juegas) de la Cadena SER de Barcelona, ya generaron un impacto mundial pocos años atrás cuando destaparon lo que se llamó “el Barça-Gate”, el pago a empresas ligadas a redes sociales durante el mandato de Josep María Bartomeu para que éstas atacaran a una serie de personalidades. Ahora, el mismo medio acaba de provocar otra conmoción al dar a conocer que entre 2001 y 2018 el Fútbol Club Barcelona pagó alrededor de 7 millones de dólares al entonces vicepresidente de la entidad que nuclea a los árbitros españoles, el Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, supuestamente (según sostienen ahora algunos ex dirigentes), para informar aspectos relacionados con el juez que le tocaba dirigir al equipo azulgrana y, otros, reglamentarios.
Estos pagos, en principio injustificados, se realizaron a la empresa “Dasnil 95 SL” -creada apenas un año después de ser designado vicepresidente del organismo arbitral español- del ex árbitro, y cuyas facturas existen, son investigados por la Fiscalía de Barcelona, y no hay, por el momento, ningún documento que pruebe la existencia del trabajo a cambio del dinero recibido. Enríquez Negreira explicó sobre esto a la agencia tributaria que sus “asesorías técnicas” eran “verbales”. También su hijo, Javier Enríquez, cobró del Barcelona por supuestas asesorías pero a través de otra empresa, “Soccer Cam”.
El vínculo entre el Barcelona y Enríquez Negreira comenzó en 2001 durante la presidencia de Joan Gaspart y tuvo continuidad con las de Joan Laporta (en su primera etapa), Sandro Rosell y Josep María Bartomeu hasta 2018, cuando durante la gestión de éste se decidió no renovar para recortar gastos ante la crisis económica que vivía el club.
La Fiscalía viene investigando la situación desde mayo de 2022 y hasta el momento no pudo determinarse que estos pagos mensuales desde 2001 hayan servido para comprar la voluntad de los árbitros en los partidos del Barcelona.
Infobae pudo dialogar con Sique Rodríguez sobre el estado de la investigación, que mantiene en vilo a los futboleros de todo el mundo y que también alteró al propio equipo de investigación periodística.
-Después de todo el esfuerzo que hizo tu programa radial con tan fuerte investigación, ¿creés que puede haber algún tipo de castigo al Barcelona, como el descenso de categoría, la quita de puntos, o algo por el estilo?
-No creo que llegue a eso. No creo que pase nada desde allí. La causa administrativa está prescripta, aunque no la causa penal. No creo que pase nada ni creo que haya interés de que pase. Lo que sí puede haber es corrupción entre particulares, que es a lo que van la Federación Española y la Liga. La prescripción es porque no hay informes de Enríquez Negreira entre 2001 y 2010. De todos modos, yo desconozco las consecuencias que esto puede tener, el alcance que esto pueda tener. Esto abarca los períodos presidenciales de Bartomeu, Rosell, Laporta y Gaspart.
-El ex árbitro mediático Rafa Guerrero dijo días pasados en televisión que aunque era vicepresidente de la CTA, Enríquez Negreira “no mandaba” y que casi no tenía incidencia en el organismo. ¿No podría ser que utilizara su cargo de entonces para venderle humo al Barcelona como que él podía hacer más de lo que realmente estaba a su alcance?
-Enríquez vendía, tal vez, un poco de humo. Pero en cuanto a Rafa Guerrero, ¿qué va a decir un ex árbitro sobre sus colegas? Sí que mandaba. Yo creo que el Barcelona creía que de esta manera controlaba que los árbitros no lo perjudicaran.
-También ahora aparecieron los defensores del Barcelona diciendo que justamente en este período en el que el club tuvo contacto con Enríquez Negreira, perdió una liga y tuvo varios fallos en contra que lo perjudicaron mucho.
-Si el Barcelona fue beneficiado o no, perjudicado o no en todo este período puede ser un debate infinito entre los que son hinchas de un equipo o de otro. Yo, que hasta soy socio del club, creo que el Barcelona fue perjudicado en más de una ocasión e incluso pudo haber perdido dos ligas por los árbitros, pero es mi opinión, pero alguien del Real Madrid puede decirte lo contrario y sentir que el Barcelona fue beneficiado. Ya pasa por una cuestión de sentimiento. Pero yo no creo que compraran árbitros para ayudarlos a ganar partidos sino para creer que estaban protegidos ante las posibles ayudas a otros.
-¿Pero eso no lo harán todos los equipos o es exclusivamente algo del Barcelona?
-Lo hacen todos, pero el Barcelona apareció pagándole a alguien de la CTA. y ningún otro club aparece haciendo esto y eso que hemos buscado por todos lados. Incluso del Real Madrid apareció la respuesta de que “no es necesario”.
-Cuando en estas horas fue consultado, Xavi Hernández dijo que siempre analizan a los árbitros y que están pendientes de si son comunicativos o no y que no es novedad, que hace años que lo tratan a nivel interno.
-Yo creo que Xavi no sabía todo esto.
-También se investiga al hijo de Enríquez Negreira...
-Sí, el coach Javier Enríquez, que cobraba facturas a través de otra sociedad, “Soccer Camp”. Por lo menos, él daba, cada tanto, alguna charla a gente del club. El padre, no.
-En Italia, la Juventus tuvo el descuento de puntos, y en el pasado hasta perdió la categoría por hechos de corrupción. Ahora, se dice que habrá una dura pena para el Manchester City por manipulación de cifras en la contratación y pago de los jugadores de su plantel. ¿Con el Barcelona no pasará nada o puede haber alguna influencia de lo que ocurre en otras ligas fuertes europeas?
-Algo tiene que pasar pero no lo sé. En el caso anterior de la Juventus fue distinto porque hubo audios que demostraron que su mánager Luciano Moggi manejaba a los árbitros y acá siguen investigando todavía.
-¿Cómo llevaste una investigación así, siendo lo que es el Barcelona y lo que significa para la sociedad catalana y con la cantidad de hinchas y socios que tiene? ¿Tuviste amenazas?
-Con mucho estrés. Como te decía, soy simpatizante y socio del Barcelona y no sólo tuve amenazas sino que me vinieron por el lado sentimental, diciéndome “¿te das cuenta que eso le hace mal al Barça?”. Llegué a llorar y por dos días, me planteé dejar el periodismo, pero por un lado no podía dejar tirado a mi equipo y por otro, me pregunto qué hicimos mal por investigar. Nosotros hicimos nuestro trabajo. Nada más ni nada menos que eso.
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