Pasan los años, pero los goles de Diego Armando Maradona continuarán reproduciéndose en cada pantalla y ante los ojos de nuevas generaciones que apreciarán la clase de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Una de las tantas obras de arte que salieron de los pies de Pelusa se llevó a cabo en febrero de 1980 en un amistoso que Argentinos Juniors disputó en Colombia, ante Deportivo Pereira.
Con 19 años, Diego comenzaba a mostrarse como un potencial crack y venía de consagrarse campeón con el seleccionado juvenil de la mano de César Luis Menotti. En una de sus clásicas apiladas, Maradona empezó la jugada pasando la mitad de cancha y se sacó de encima a tres rivales antes de meterse en el área para eludir al arquero y superar a un quinto adversario que se encontraba en la línea de meta para intentar frenar lo inevitable.
La cuenta de @IneditoMaradona recuperó la joya de archivo, pero mejoró su calidad y remasterizó las imágenes, que gracias a la tecnología pueden verse más nítidas y a color. “En 2013 salió a la luz esta maravilla, era un golazo de Diego pero se veia mal, hasta hoy. 3 meses de trabajo con Damián Emilio Carrillo para que sea mejor y a color (se mejorará aún más). Es uno de varios que vendrán”, escribieron en Twitter.
Aquel partido en Colombia terminó 4-4 y en los penales ganó el dueño de casa. Pero la anécdota de la jornada, el hecho por el que se sigue hablando del amistoso, fue la obra de arte de Maradona, que ensayó la perla que luego lo convertiría en leyenda en México 86, desparramando rivales como si fueran conos. La historia la rescató el libro D10s miradas sobre el mito Maradona, de Julio Ferrer, de editorial Octubre.
Allí, dos de los testigos directos relatan aquel relumbrón de Maradona que dejó su huella en los que lo vieron y lo atesoraron como una señal de lo que lograría tiempo después.
El técnico del equipo era Miguel Ángel López, el Zurdo, que ofrece un nivel de detalle sorprendente. “Fui testigo de un gol de leyenda, muy parecido al segundo contra los ingleses en México. En febrero de 1980 se organizó un cuadrangular amistoso en Colombia, en el que jugaban tres equipos de aquel país (Deportivo Pereira, América y Deportivo Cali) y Argentinos Juniors, que dirigía yo”, prologó.
“En ese torneo, Diego demostró toda su guapeza y amor incondicional por la pelota. ¿Por qué sostengo esto? En el partido contra el Pereira, Diego tenía el dedo gordo del pie derecho inflamado, a la miseria, parecía una morcilla, imposible de jugar. Pero esa noche, Maradona marcó tres goles, uno de tiro libre. Pero la obra de arte fue en la mitad del segundo tiempo, con el marcador 3-2 a favor del Pereira. Arrancó en la mitad de cancha, fue eludiendo a los rivales: Farid Perchy y Henry Viáfara se le tiraron encima; luego vino el paraguayo Alcides Sosa y el último que lo cruzó fue el Moño Muñoz. Cuando llegó, amagó a patear, enganchó y quedó frente al arco y, cuando le salió el arquero, que era Roberto Vasco, amagó a tirar al segundo palo y se la tocó cortita al primero. Una obra de arte. Aunque el partido terminó 4-4 y Pereira se impuso por penales, esa noche en Colombia la gente se maravilló con quien sería el crack del fútbol mundial, concluyó su narración.
Adrián Domenech era parte de la plantilla del Bicho. Y también quedó impactado por la conquista de Maradona. Según su testimonio, el arresto de habilidad nació en un ataque de furia. “Me acuerdo de un partido amistoso en Colombia, contra el Pereira, donde los árbitros cobraban todo a favor del local, Diego se enojó terriblemente, y esa bronca la transformó en una tremenda jugada donde eludió a casi todo el equipo contrario, haciendo un golazo muy parecido al que después le haría a los ingleses en el Mundial de México”, afirmó el ex defensor.
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