El París Saint-Germain (PSG) atraviesa un presente de pesadilla en la segunda parte de la temporada. La sintonía fina desplegada por Lionel Messi, Kylian Mbappé y Neymar en el primer semestre auguraba la gran posibilidad de alzarse con la UEFA Champions League, pero la caída por 1-0 ante Bayern Múnich finalizó una extensa racha invicta en el Parque de los Príncipes, que profundiza la meseta de rendimiento mostrada por el elenco capitaliano.
La última derrota como local había sido el 28 de abril de 2021 por el primer cruce de la semifinal disputada ante el Manchester City por la Liga de Campeones. Pasaron 657 días y 42 partidos en el tiempo regular desde aquel marcador (en el medio cayó por penales ante Niza por la Copa de Francia) hasta que uno de los favoritos a llevarse el certamen se quedara una victoria preciada de cara a obtener su boleto a los cuartos de final. Sin embargo, esto solo es una continuidad de los malos resultados que persiguen al líder de la Ligue 1.
La llegada de Christophe Galtier en lugar de Mauricio Pochettino había supuesto una bocanada de aire fresco y un cambio de esquema, que explicaría en gran parte el éxito de ese semestre. El 4-3-3 utilizado por Poch saltó a un 3-4-2-1 con una gran responsabilidad en los carrileros Achraf Hakimi y Nuno Mendes. El balance no pudo ser mejor. No perdió en los 22 partidos disputados y registró un total de 18 victorias con más de 60 goles anotados y menos de una veintena de goles recibidos.
Su poder de fuego en la ofensiva se localizaba en el tridente temible compuesto por Neymar, Mbappé y la figura de la última cita mundialista. Su preponderancia es crucial porque han anotado 35 de los 55 goles en el plano doméstico, mientras que los sudamericanos son los líderes en asistencias con 10 cada uno. Recién volvieron a coincidir los tres en una cancha el 29 de enero en la igualdad 1-1 ante Reims. Anteriormente, PSG había registrado las primeras dos derrotas del ciclo ante Lens y Rennes.
Al partido siguiente, Neymar no jugó por una fatiga muscular y Kylian Mbappé se retiró en el primer tiempo de la victoria ante Montpellier -un rival de menor jerarquía que pelea el descenso- por una lesión en el muslo de la pierna izquierda. La obligación recayó en Lionel Messi, que anotó el segundo tanto de ese partido, pero padeció la cantidad de bajas junto a todo el plantel.
Mbappé se sumó a una larga lista de jugadores que se mantuvieron al margen como Presnel Kimpembe, Renato Sanches y Nordi Mukiele por distintas molestias que los aquejaron en lo que va de una temporada en la que marcó un cambio paradigmático. La escasez de variantes en todas las líneas obligó a una modificación posicional, ya que volvió a defender con cuatro defensores en algunos encuentros sucedidos después del Mundial.
Estos cambios obligados se sumaron a la extraña venta de Pablo Sarabia al Wolverhampton, una baja en ofensiva utilizada como refresco junto a Hugo Ekitike para hacer descansar a los tres fantasticos. “Tenemos que reforzarnos. Deberíamos traer a un jugador de ataque diferente de lo que tenemos ahora”, había pedido Galtier en los últimos días del mercado. Atento a esto, la dirigencia, a cargo de Nasser Al-Khelaifi había acordado llegada de Hakim Ziyech desde Chelsea, pero la transferencia se cayó debido a un cruce erróneo de documentación.
Esta situación sobrecargó las responsabilidades en Ekitike y le dio un mayor papel a los jovenes de la cantera. Ilyes Housni debió salir al terreno de juego con 17 años, pero estos ejemplos abundan en todas las líneas. El central El Chadaille Bitshiabu (17) y el mediocampista Ismaël Gharbi (18) tuvieron más minutos, el lateral derecho Timothée Pembélé (20) comenzó a ser tenido en cuenta en las convocatorias y Warren Zaire-Emery (16) le quitó el puesto en la mitad de la cancha a jugadores de la talla de Fabián Ruiz (26) y Vitinha (23). Los bajones futbolísticos de distintos futbolistas y la carencia de la experiencia en momentos clave fue pagada en la vuelta a la competencia con 5 derrotas en los primeros 12 partidos posteriores a la Copa del Mundo.
Sus goleadas ante equipos del ascenso como el Chateauroux y Pays de Cassel por Copa de Francia no alcanzaron a maquillar el 1-3 ante Lens y el 0-1 frente a Rennes. Sin Mbappé y con Messi tocado, el poderoso elenco de la capital cayó eliminado en octavos de final de ese certamen en el clásico disputado con el Olympique de Marsella. Con el duelo contra Bayern Múnich a la vuelta de la esquina, el entrenador de 56 años preservó a Messi para el cruce ante Mónaco. Juveniles como Bitshiabu y Pembélé cometieron pecados de juventud que condicionaron la segunda derrota en fila del equipo. El nivel de los contrincantes no es menor porque los marcadores adversos se han dado ante elencos situados en el Top 6 del torneo local.
Las grietas defensivas marcaron que el PSG recibiera 15 goles en 12 partidos, la misma cantidad de tantos que había recibido durante todo el primer semestre. El regreso de Mbappé en el complemento por los octavos de final de la Champions League no impidió la tercera caída consecutiva, algo que no ocurría en un mismo curso desde 2011. El mal reinicio de temporada dinamitó el buen comienzo de Galtier, que se podría jugar su futuro en el cargo el próximo 8 de marzo en el Allianz Arena, pero antes deberá recuperar la esencia que lo llevó a esta instancia y devolverle al conjunto el poder goleador que ostentaba en su delantera para alimentar el sueño de la primera Orejona.
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