El regreso de la cúpula de La Doce a la Bombonera está cada vez más cerca: este mediodía la Justicia sobreseyó a Rafael Di Zeo, Mauro Martín y otros diez barras de primera línea por la causa judicial que pesaba sobre ellos por encubrimiento agravado, motivo por el cual en 2016 el gobierno les puso el derecho de admisión que vence el próximo 9 de marzo. Y habiendo salido sanos y salvos de este proceso, salvo que el club pida que sigan en ese listado porque no los quieren en la tribuna, algo que parece improbable, deberían poder volver a la popular. Porque más allá de lo que cualquiera pueda pensar sobre ellos, la ley debe ser pareja para todos. Y si Boca no los considera peligrosos…
El caso que tiene una implicancia vital en la vida de la barra comenzó el 19/5/16. Esa noche el Xeneize recibía a Nacional de Uruguay por la primera fase de la Copa Libertadores. Por entonces, Maximiliano Oetinger que era el tres de la barra estaba siendo buscado por un secuestro extorsivo producido en San Martín. Oetinger tenía un prontuario pesado y había sido miembro de la banda La Chocolatada, con asiento en Villa Lugano, un grupo delictivo de jóvenes, de ahí el apodo, que se especializaba en delitos de toda laya. La Justicia tuvo el dato de que iría al estadio y mandó a la Federal a detenerlo. Los policías llegaron durante el transcurso del primer tiempo y las autoridades de Seguridad aconsejaron no ingresar a la tribuna en ese momento, porque temían una batalla tremenda. Entonces dijeron de detenerlo a la salida y armaron un operativo en consecuencia. Insólitamente, uno de los capos de la barra, Guillermo Mou Bunetta, consiguió el dato de lo que estaba sucediendo (y nunca se supo quién filtró esa información, si el club o la propia Policía) y en el entretiempo se acercó a Oetinger y le comentó mientras éste estaba parado en el paravalanchas central lo que iba a ocurrir. El barra entonces se bajó, se fue dónde no lo tomaran las cámaras, se cambió de vestimenta y a la salida hubo una especie de cerco de toda La Doce donde él se metió en el medio para burlar el operativo policial.
Ahí intervino entonces la Justicia e imputó a Di Zeo, Martín y el resto de la cúpula de encubrimiento agravado, delito que tiene hasta tres años de prisión, entendiendo que habían realizado esa maniobra para favorecer el escape de Oetinger. Y siete años después parecía que la causa iba a llegar a juicio oral. De hecho, algunos abogados habían pedido la famosa probation (suspensión del juicio a prueba) para sus defendidos ofreciendo hacer tareas comunitarias a cambio de una posible pena. Pero el abogado Rodrigo González, letrado de Martín, Gustavo Iglesias y el Loco Luis Arrieta se opuso y dijo vamos a juicio. Y entonces se siguió adelante y a fin de 2022 se fijó una audiencia preliminar para arrancar el debate este mismo mes. Pero allí el fiscal del caso, Marcelo Colombo, dijo que no tenía pruebas para adjudicar responsabilidades a ninguno de los barras, salvo a Bunetta, que había fallecido en pandemia por lo que tampoco tenía la chance de que éste contara en el debate oral todo lo ocurrido. Para eso se basó en que ningún testigo dijo haber escuchado que los barras debían hacer un cerco para favorecer el escape, que en los videos no se los ve en una actitud sospechosa y que tampoco saltó nada del análisis de los teléfonos celulares. Y entonces solicitó el sobreseimiento de todos los barras. Ante esta situación, la jueza Sabrina Namer del Tribunal Federal 8 se tomó un mes para analizar todo y este mediodía resolvió sobreseer a Rafael Di Zeo, Mauro Martín, Eduardo Trípodi, Carlos Esqueletor Maciel, Luis el Loco Arrieta, Gustavo Iglesias, Maximiliano Pinazzi, Christian Roblero, Carlos Santa Cruz, Antonio Viñales, Eduardo Hulk Aballay y Miguel Angel De Santi. Sí, justo 12, el número histórico de la barra brava de Boca.
Con esta nueva realidad, los barras intentarán una vez más salir del derecho de admisión. El año pasado habían realizado un intento judicial que prosperó en primera instancia cuando el juez Lara Correa dijo que no podía ser un castigo impuesto a perpetuidad salvo que lo imponga el club, y luego esto fue revertido en Cámara que avaló la posición del Gobierno Nacional que presentó entre otras razones de que habían sido incluidos en aquel listado por la causa judicial de encubrimiento agravado y esta seguía en trámite. Pero esta causa ya no existe, por lo que los barras volverán a la carga y más con el antecedente de dos semanas atrás, cuando un grupo de 50 hinchas de Vélez lograron salir del derecho de admisión tras el archivo de una causa por incidentes en el partido de Copa Libertadores del año pasado frente a Talleres en el Amalfitani. El único que tiene una situación distinta es Rafael Di Zeo, quién aún está en juicio oral por la guerra interna de La Doce del 21 de julio de 2013 que se cobró dos vidas previo a un partido amistoso en el Nuevo Gasómetro.
Claro que hay otro impedimento que pondrá a Boca entre la espada y la pared. Si logran salir del derecho de admisión, podrían regresar a la Bombonera pero al no haber concurrido en los últimos seis años y medio, no pasan el filtro del ranking de tener una determinada cantidad de partidos, que el club comenzó a implementar nuevamente desde el partido con Central Córdoba. Por lo que se vienen días agitados aunque La Doce, como casi siempre, ya puso el champagne en el freezer. Están acostumbrados a ganar siempre. Como lo hicieron este mediodía una vez más.
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