A principios de 2021 el fútbol europeo recibió la inesperada noticia de la creación de una Superliga que contaría con los equipos más importantes de las principales ligas en busca de un nuevo formato que iba a favorecer al espectador y le otorgaría mayores ingresos a los clubes. Sin embargo, la UEFA se plantó ante esta posibilidad y luego de varios días de conflictos logró desactivar la posibilidad además de sancionar a aquellos que se mantuvieron firmes hasta el último segundo. Lejos de abandonar esta iniciativa, en las recientes horas reflotó el proyecto pero con varios cambios a su alrededor.
La empresa A22 Sports Management, establecida en Madrid ligada al ámbito deportivo y promotora del innovador certamen, desveló estos planteamientos tras las conversaciones que la organización mantiene desde el pasado mes de octubre con más de 50 clubes y actores del fútbol sobre las competiciones europeas. A través de un comunicado, se hicieron públicos los diez principios que tendrá de base la idea que sería abierta, basada únicamente en el mérito deportivo, con varias divisiones y entre 60 y 80 cuadros participantes, junto a un mínimo de 14 partidos europeos garantizados por equipo.
El nuevo proyecto trae grandes diferencias respecto a la primera iniciativa y esta vez se busca un plan mucho más federal donde participe una mayor cantidad de clubes a diferencia de la división de élite que se buscó imponer en su momento. Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, explicó durante la rebelión inicial el porqué de la creación de una Superliga: “Ayudaremos al fútbol en todos los niveles y lo llevaremos al lugar que le corresponde en el mundo. El fútbol es el único deporte global en el mundo con más de cuatro mil millones de fanáticos y nuestra responsabilidad como grandes clubes es responder a sus deseos”.
El siguiente movimiento en la lucha está otra vez en manos de FIFA junto a la UEFA. En 2021, recibió el apoyo de importantes instituciones como el París Saint-Germain e impusieron sanciones para todos aquellos que se plantaron a favor del flamante torneo paralelo. En este caso, el formato es distinto y el respaldo que recibiría la Superliga se supone mayor, por lo que el siguiente movimiento del órgano que regula el fútbol nivel mundial y europeo por ahora es una incógnita.
LOS 10 PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA NUEVA SUPERLIGA EUROPEA DE CLUBES
1. Competiciones abiertas basadas en el mérito deportivo
La liga europea debería ser una competición abierta, con varias divisiones, compuesta por entre 60 y 80 equipos, y que permita una distribución sostenible de ingresos a lo largo de la pirámide del fútbol. La participación cada temporada debería basarse en el mérito deportivo, sin que existan miembros permanentes. El sistema de clasificación debería ser abierto, basado en el desempeño en competiciones nacionales, permitiendo de este modo a todos los clubes su acceso a la competición mientras se mantiene la dinámica competitiva a nivel nacional.
2. Competiciones nacionales: los cimientos del fútbol
Los participantes deberían seguir comprometidos con sus competiciones y torneos nacionales, tal y como hacen en la actualidad. Al mismo tiempo, debe abordarse la necesidad crítica de reforzar y hacer más competitivos los torneos nacionales en todo el continente. Las competiciones europeas deberían desempeñar un papel fundamental en la consecución de este objetivo, generando e inyectando recursos adicionales a todo el sistema.
3. Mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles
Mejorar la competitividad de los clubes europeos requiere un mayor reparto de recursos financieros para toda la pirámide y normas de sostenibilidad financiera que se apliquen de forma rigurosa. Los clubes necesitan mayor estabilidad y visibilidad de sus ingresos anuales para poder asumir compromisos a largo plazo, tanto con sus jugadores como con el desarrollo de infraestructuras.
Un mejor y más atractivo formato de competición europea generaría recursos adicionales, y no cabe duda de que la estabilidad financiera de los clubes se incrementaría notablemente si se les garantiza un mínimo de 14 partidos por temporada.
4. La salud de los jugadores debe estar en el centro de nuestro deporte
El número de jornadas de competición europea no debería aumentar con respecto al planificado en los calendarios actuales. Las asociaciones de jugadores deberían tener mayor protagonismo velando por la salud de los jugadores, y el dialogo social debería ser promovido en la Unión Europea. Es esencial que los clubes europeos y sus jugadores no puedan verse obligados por terceros a participar en nuevas competiciones o en calendarios expandidos de los torneos actuales.
5. Competiciones gobernadas por los clubes con normas de sostenibilidad financiera transparentes y aplicadas de forma rigurosa
Las competiciones europeas de clubes deberían estar gobernadas por los clubes, tal como ocurre en el ámbito nacional, y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo. Su estructura de gobernanza debe cumplir plenamente con la normativa de la Unión Europea.
El fútbol europeo debe ser sostenible y, para ello, el gasto de los clubes debería apoyarse únicamente en los recursos que los clubes son capaces de generar, y no en inyecciones de capital de terceros que distorsionan la competición. Las normas de sostenibilidad financiera deben limitar el gasto de los clubes en salarios y traspasos de jugadores a un porcentaje fijo de sus ingresos anuales, con normativa específica ajustada a los clubes más pequeños y al periodo transitorio.
6. La mejor competición de fútbol del mundo
El objetivo debe ser desarrollar una competición europea de fútbol que se convierta en el acontecimiento deportivo más emocionante del mundo. Los aficionados europeos se merecen los mejores partidos y la mejor experiencia. También es fundamental que las generaciones más jóvenes, que se ven atraídas por deportes estadounidenses en expansión a nivel global y medios de entretenimiento digital, sigan abrazando al fútbol como el deporte más amado del mundo. Y todo ello sólo puede lograrse con competiciones que permitan a los mejores jugadores del mundo competir durante toda la temporada con partidos emocionantes, de principio a fin.
7. Mejorar la experiencia de los aficionados
Deberían tomarse medidas adicionales para facilitar la asistencia de los aficionados a partidos fuera de casa. También deberían establecerse normas con el objetivo de regular la calidad de los estadios y demás infraestructuras del fútbol, mejorando así la experiencia del fútbol en directo.
8. Desarrollar y financiar el fútbol femenino
Es imprescindible promover y desarrollar el fútbol femenino, elevar su perfil y ponerlo bajo el foco junto con las competiciones masculinas. Para lograr este objetivo debería ampliarse significativamente la financiación proveniente de competiciones europeas femeninas de clubes. Las inversiones en el fútbol femenino deberían destinarse tanto al nivel profesional como al desarrollo del fútbol base.
9. Aumentar significativamente la solidaridad
Tal y como se anunció, la contribución de un mínimo de 400 millones de euros anuales destinados a solidaridad, clubes que no participen en la competición y causas sociales -esto es, más del doble de la contribución de las actuales Competiciones Europeas de Clubes- debería ayudar a alcanzar este objetivo. Debería garantizarse igualmente la transparencia en la gestión mediante la supervisión de autoridades independientes que informen de forma pública y periódica sobre el destino de los fondos y su impacto.
10. Respeto de los valores y normativa de la Unión Europea
Ningún club europeo debería verse obligado a someterse a sistemas de resolución de conflictos ajenos a la Unión Europea y su Estado de Derecho. La jurisdicción del arbitraje deportivo debería limitarse estrictamente a cuestiones de naturaleza deportiva, y cualquier cuestión jurídica de otra naturaleza debería dirimirse en el foro adecuado para ello. Y en todos los casos, bajo la supervisión última del sistema judicial de la Unión Europea.
Seguir leyendo: