El Mundial de Qatar será un hecho imborrable en la historia de la selección argentina, y más aún para los portadores de la camiseta que lograron el tercer campeonato mundial del país tras vencer a Francia. Uno de ellos es Cristian Romero, quien comenzó de la peor manera este certamen con un fallo que le costó la titularidad después de la derrota ante Arabia Saudita. A casi dos meses del título, reconoció que no estaba óptimo en la cita mundialista y abordó distintas aristas de la consagración.
“No llegaba en las mejores condiciones, estaba muy preocupado por eso, porque no le quería fallar al grupo y sabía lo que nos jugábamos. Más allá de que no pude responder de la mejor manera en el primer gol de ellos, había hecho un buen partido”, manifestó en una entrevista brindada a TyC Sports. La caída por 2-1 en el Estadio Lusail fue un “baldazo de agua fría” para la delegación: “Fue lo mejor que nos pudo pasar para enfrentar cada partido como una final”.
Luego de mostrar el tatuaje que tiene impresa a la Copa del Mundo como símbolo de recuerdo inmediato, el escudo con las tres estrellas y la bandera del país, Cuti blanqueó cuántas veces observo el partido definitorio ante Les Bleus: “Soy de las personas que más veces vio la final. La tengo en el Ipad y la veo constanteamente en las concentraciones. Los festejos, los penales, el partido entero lo habré visto 20 veces ya”.
“Nos mataban si nos hacían ese gol”, señaló al referirse a la gran intervención de Emiliano Martínez en la última acción del partido ante Randal Kolo Muani: “Cuando veo la jugada, se sufre aún más. En el momento, no me la acordaba así. Fue la parada de la final porque faltaban dos minutos para terminar el partido”. Todo recuerdo puede tener una diferencia con la realidad y este es el caso, ya que faltaban segundos para el pitazo final. Luego de que este miércoles se comunicó la nominación de Dibu en la terna seleccionada para competir por el premio The Best que entrega la FIFA al mejor guardameta de la temporada, su compañero elogió el momento del marplatense: “Se lo ha ganado. Es uno de los mejores arqueros del mundo”.
La Copa del Mundo entregada a Lionel Messi en la tarima colocada en el centro de la cancha obligó a un cambio necesario en el grupo de WhatsApp compartido entre los jugadores y el encargado de esa modificación fue Leandro Paredes: “Creo que Lea le puso el otro día ‘Campeones del mundo‘. Me acuerdo que le había cambiado el nombre”. A continuación, declaró que ya palpita la convocatoria para los dos amistosos de marzo y le lanzó una advertencia a su club: “Extraño mucho el día a día con el grupo de la Selección. Los mates, las risas, el truco... ¿Si Tottenham me dice que me quede? Ya me fui una vez, así que me iría de nuevo. Saben que la Selección es lo primero y así lo siento”.
Por otro lado, centró su mirada en la renovación de Lionel Scaloni al mando del equipo: “No le he mandado mensajes, pero sabe todo lo que siente el grupo por él. Él creó gran parte de esto. Es un cuerpo ténico respetado y querido por los jugadores. Se trabaja muy bien y merece seguir, más allá de la decisión que tome. Me encantaría que siga, pero es una decisión propia. Vamos a estar todos felices con lo que sea mejor para él”.
A poco más de un año y medio de su debut en el equipo, su nombre se hizo una fija en la formación inicial después de su estreno el 4 de junio de 2021 frente a Chile por las Eliminatorias Sudamericanas: “Sabía que la Selección estaba teniendo su recambio y mi convocatoria llegó en el mejor momento de mi carrera porque había hecho un gran año en Atalanta. También agradezco que Scaloni me haya dado la oportunidad y la confianza. Vestir la camiseta de la Selección es importante y tener un grupo que te hace vivir el día a día de una manera increíble me hizo jugar más tranquilo”.
Para llegar a esa actualidad, Romero debió atravesar distintas pruebas en Independiente, River y Racing sumada a una traumática salida de Belgrano de Córdoba con 20 abriles. Más de 4 años después, así lo revivió: “El club peleaba por no descender y no estábamos bien en el campeonato. Los dirigentes y el director deportivo de ese momento no me hacían jugar nunca. Pase más de un año y medio sin jugar. Necesitaba y quería irme a jugar a otro lado. Recuerdo las palabras que me dijeron: ‘Seguramente, en tres meses volvés a buscar trabajo acá’”. Visto en retrospectiva, no se equivocó en su determinación: “Irme fue lo mejor que me pasó en mi carrera. A pesar de que lo sufrí por ser el club en el que quería jugar, la pasé mal y, al final de todas esas cosas, tengo que sacar lo positivo porque me hizo duro de la cabeza”.
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