El estadio José Amalfitani es el histórico hogar de Vélez Sarsfield desde el 11 de abril de 1943. Fue sede del Mundial de 1978 y la Copa del Mundo Sub 20, donde la selección de José Pekerman se consagró campeona en 2001 en la final ante Ghana. También fue escenario de innumerables eventos como recitales, partidos de rugby de Los Pumas y hasta recibió a Maravilla Martínez en su regreso al país para defender un nuevo título en boxeo en 2013. Pero con el paso del tiempo, la mole de cemento ubicada en el barrio de Liniers necesitó de varias remodelaciones para estar a la altura de los grandes acontecimientos y el receso por la Copa del Mundo de Qatar 2022 les cayó como anillo al dedo a los dirigentes para remozar su casa.
La última gran obra con la que se enorgullecen los velezanos tiene que ver más precisamente con el interior del estadio, donde el equipo que dirige Alexander Medina despliega su fútbol cada fin de semana. El lunes 30 de enero de 2023, en el encuentro de la primera fecha de la Liga Profesional ante Gimnasia y Esgrima La Plata, Vélez estrenó su campo de juego con césped híbrido, una tecnología que solamente tienen en la Argentina el estadio Ciudad de La Plata, el Jorge Luis Hirschi de Estudiantes y el Monumental de River Plate.
Este nuevo pasto compuesto en un 95% de hierba natural y un 5% restante de fibra es el que se utilizó en los ocho estadios en los cuales se disputó el Mundial de Qatar y en los terrenos del Real Madrid, Barcelona, PSG, Ajax, Juventus y la mayoría de la Premier League inglesa, entre otros de Europa. Además de la prevención de lesiones y comodidad para futbolistas, el campo tiene otros grandes beneficios como un menor desgaste y un drenaje que permite jugar con normalidad con lluvias. “Este sistema es un refuerzo al césped natural. Te permite tener mayor estabilidad y resistencia en lo que es el uso. En un campo normal, por más que el perfil sea moderno, tenés unas 600 o 700 horas de utilidad y con esto se duplica. El rodamiento del balón es un poquito más ligero que lo normal”, le explica a Infobae Ruben García, consultor agronómico y constructor de campos deportivos.
Hijo de Lelo y nieto de Don Ramón García, históricos utileros y cancheros de Vélez y el fútbol argentino, Ruben sigue con el legado familiar y no puede evitar emocionarse al recordar a quienes le sembraron la pasión por los campos de juego. “Es una mochila grande, pero lo vivo con una emoción inmensa. Es una gran responsabilidad porque me acuerdo mucho de mi abuelo y mi papá. Esta obra también fue llevada por ellos desde arriba”, acota con emoción.
Este tecnológico y sustentable cambio en el Amalfitani consta de dos etapas. La primera, con una duración de 50 días, fue la colocación del césped híbrido y la segunda será la puesta en funcionamiento del sistema de calefacción que ya está instalado y que se alimentará con el agua de la fosa. Por medio de tuberías que se encuentran debajo del terreno e irradian calor, se garantizará el crecimiento del pasto durante toda la temporada, especialmente en invierno.
Los arreglos que se hicieron durante el receso por el Mundial de Qatar continuaron en el sector de vestuarios, donde se renovaron los sectores destinados al equipo local, visitante, árbitros, alcanzapelotas y antidoping. Se destacan los detalles en el diseño, la amplitud en los casi 800 metros cuadrados y confort de cada espacio que cuentan con aire acondicionado, salón para el cuerpo técnico, médico y espacio para recuperación con piletas de contraste.
“Son posiblemente los vestuarios más lindos y más modernos del fútbol argentino. Se le dio el mismo confort a los vestuarios visitantes y eso tiene que ver con lo que es Vélez como institución: siempre dar el ejemplo y recibir a los de afuera de la mejor manera”, le dice a este medio Gastón Chalabe, arquitecto del club y miembro de la Comisión Directiva, desde la flamante sala de prensa contigua al campo de juego, otra de las relucientes instalaciones que posee la institución para el trabajo de los periodistas.
Por otra parte, en las plateas está el cambio que más impactará en los hinchas con la renovación de las butacas en todos las laterales del estadio. Los asientos no se cambiaban desde 1978, por lo que se requieren varias etapas para el reemplazo total de más de 20 mil ubicaciones que tienen un valor agregado, como un modelo personalizado y diseño propio ligado a la estética de Vélez. “Así como la quita del alambrado en la Popular Oeste y posterior incorporación de la baranda de seguridad es un cambio necesario para optimizar la visión, la incorporación de las nuevas butacas resulta un aspecto impostergable que embellecerá aún más nuestra casa y brindará mayor confort al socio”, informaron desde la entidad fortinera.
Como proyectos a futuro, desde la Comisión Directiva del club que lidera Sergio Rapisarda adelantaron que se vienen nuevos palcos VIP en la Platea Sur que da a la autopista 25 de Mayo. “Eso está muy avanzado y es un proyecto muy importante con 16 palcos con área de amenities (comodidades) y ascensor. Además para este semestre tenemos planificado hacer el nuevo sector de atención al socio que es algo muy importante ya que este último año hemos crecido en masa societaria y estamos superando los 50 mil socios que no se daba hace mucho tiempo”, señaló Chalabe.
El costo final de estas obras fue superior a los 4 millones de dólares y en el club que supo ser campeón mundial en 1994 saben que ha sido una inversión destacada. “Más allá de los números, era una deuda pendiente con nuestro estadio, que como dijimos es uno de los más importantes del fútbol argentino y lo merecía”, completó el arquitecto.
LAS NUEVAS OBRAS EN VELEZ SARSFIELD
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