25 de octubre del 2014: Senzo Meyiwa, arquero titular de la selección de Sudáfrica, acababa de ser protagonista de un partido épico en el Orlando Stadium que finalizó con la victoria de su equipo, el Orlando Pirates, por 4 a 1 frente al Ajax CT en los cuartos de final de la Copa de la Liga de Sudáfrica.
26 de octubre del 2014: Senzo Meyiwa fue declarado muerto tras recibir un disparo en el pecho mientras estaba en la casa de su novia, la famosa cantante Kelly Khumalo, junto a otras seis personas.
Febrero del 2023: el caso continúa abierto. Las sospechas de su hermano Sifiso acerca de la posibilidad de que uno de los que estaba junto a él esa noche haya sido el orquestador del crimen siguen merodeando en la mente de todo un país que implora por justicia.
¿Quién mató a la estrella del fútbol sudafricano? ¿Por qué? ¿Qué hay detrás de su muerte? Las preguntas no dejan de aparecer a casi nueve años del asesinato.
En el primer comunicado oficial de aquella madrugada del 27 de octubre la policía sudafricana informó que se produjo un “altercado” en la vivienda del municipio de Vosloorus (en Gauteng) en la que “había siete personas dentro de la casa”, cuando dos ladrones protagonizaron un robo que salió mal.
“Eran casi las 9 de la noche. Estábamos mirando un partido del Chelsea y el Manchester. La puerta se abrió de un golpe, nos apuntaron con un arma y exigieron dinero y celulares. Estábamos todos en la cocina enfrentándolos. Tras escuchar un disparo corrí y me escondí en la habitación y recién cuando salí vi que le habían disparado”, recordó en el documental de Netflix: Senzo, Tumelo Madlala, uno de los que estaba en la casa al momento del crimen.
“Uno de los sujetos le estaba apuntando con el arma a Kelly. Él intentó protegerla y cuando lo hizo el sujeto le disparó por la espalda”, declaró una de las primeras personas que se aproximó al lugar.
Sin embargo, esa hipótesis se puso rápidamente en duda.
Mientras Kelly y Tumelo llevaban al arquero de urgencia al hospital, uno de los periodistas que continuaba en la zona dialogó con una testigo: “Una vecina (Maggie Phiri) recibió una orden de limpiar la casa en donde mataron a Senzo”.
Eso, sumado a que la policía no encontró balas ni casquillos, y que los ladrones sólo se habían llevado un celular (ni relojes, ni dinero, ni las llaves de un BMW que estaba en la mesa del living), abrieron un gran interrogante.
“Las personas que estaban en la casa, y me refiero a todos, saben quién mató a mi hijo”, afirmó Irene Meyiwa en el documental, mientras que el hermano mayor de Senzo, Sifiso, remarcó: “No entraron ladrones a esa casa. A Senzo le disparó alguien que ya estaba allí”.
Esa noche, además del futbolista, estaban Kelly Khumalo (su pareja), sus dos hijos, Zandie (hermana de Kelly), los mejores amigos del jugador (Mthoko y Tumelo Madlala), la madre de Kelly (Ntombe) y Longwe, novio de Zandie.
Mientras el mar estaba revuelto por las declaraciones de los familiares y el entorno del arquero de 27 años, la policía nacional capturaba al primer sospechoso y aseguraba que él había sido el autor del crimen en lo que pareció ser un intento de cerrar el caso rápidamente. Sin embargo, diez días después, la Fiscalía Nacional terminó dejándolo en libertad por falta de pruebas.
A partir de allí, los focos se direccionaron a las personas que estuvieron con Senzo aquella noche, siendo Kelly la principal apuntada tanto por los medios como por los fanáticos que reclamaban justicia. “Si tienen evidencia de la muerte de Senzo, ¿por qué no van a la estación de policía en vez de atacarme?”, se preguntaba Kelly en una entrevista con SABC News por aquel entonces.
Lo cierto es que, cuando las autoridades recabaron evidencias en el lugar, el único celular que faltaba y que se habían llevado los supuestos ladrones era el de la artista africana. “Creo que la familia de Senzo fue la que más influyó para que los sudafricanos me odiaran tanto. Convencieron a todos para que creyeran que yo tuve algo que ver con la muerte del padre de mi hija”, afirmó en diálogo con un programa radial en mayo del 2021.
Pero ella no iba a ser la única señalada, ya que un nuevo nombre apareció en escena: Mandisa, la mujer con la que Senzo estaba casado desde el 2011. Dos años después (en 2013), ella descubrió que el arquero estaba teniendo una relación paralela y los atrapó a ambos en medio de una autopista para pedirles explicaciones. Hubieron quienes la apuntaron como autora del crimen por despecho, pero rápidamente se descartó esa teoría.
Envueltos en una nebulosa de interrogantes, y al no encontrar un culpable, surgió otra hipótesis que tuvo como sospechoso a otro de los que estaba en la casa esa noche: Longwe Twala, el novio de Zandie e hijo del productor musical más importante de Sudáfrica, Chicco.
De repente los medios y el pueblo sudafricano lo señalaron con el dedo al ser el único de los presentes esa noche que se rehusó a hablar durante un largo tiempo. Los rumores lo situaban en la escena del crimen y la teoría sobre una pelea que tuvo con Zandie tomó mucha fuerza. En esa versión, al ver la discusión, el futbolista se interpuso entre ambos y fue en ese momento cuando Longwe sacó su arma y le disparó.
Luego, afirmaron que Chicco Twala (su padre) le pagó 2 millones de Rands a la policía para que arruinara el caso y no llegara a ninguna parte. “Dijeron que soborné a la policía, ¿cuánto dinero necesitaría para sobornar a tantos oficiales? Olvídense de la policía, los amigos de Senzo estaban allí cuando lo mataron, ¿creen que no dirían ‘Jodgwe lo mató’?”, se preguntó el productor musical en unas declaraciones a una radio en 2020.
¿Robo o asesinato por contrato? La prensa y los fanáticos presionaban al cuerpo policial para que esclareciera la situación en un país en el que las autoridades locales no estuvieron a la altura del caso y en el que pesaban más las investigaciones de los medios privados y los comentarios de la gente.
En medio de esta polémica por supuestos sobornos y ocultamiento de información, en 2018 Sifiso decidió acudir a Afriforum, una organización no gubernamental sudafricana encabezada por el fiscal Gerrie Nel, quien fue el encargado de poner tras las rejas a Oscar Pistorius en 2016, y quien forjó una gran reputación como incorruptible.
“Hay personas que intentan interferir porque están vinculadas con gente poderosa. No les tengo miedo, solo le temo a Dios, a nadie más. Mi padre murió y soy su hijo mayor y no descansaré hasta que arresten a toda la policía”, aseguró Sifiso tras la muerte de Samuel en 2019, quien perdió la vida sin conocer lo que realmente sucedió con su hijo.
Tras tomar el caso, y con un nuevo equipo de investigadores, en octubre del 2020 se produjo el primer hecho concreto: la policía arrestó a cinco sospechosos y el caso pasó de ser un robo fallido a una ejecución por contrato. S’fiso Ntuli, Muzi Sibiya, Bongani Ntanzi, Carlos Mncube y Mthoko Maphisa, fueron acusados con cargos de asesinato premeditado, robo a mano armada y posesión ilegal de armas de fuego y municiones.
“Estos arrestos ayudarán a que la familia de Senzo Meyiwa cierre esta etapa”, afirmó la policía en un comunicado oficial tras la detención. Sin embargo, todavía estaba lejos de finalizar.
En uno de los primeros encuentros con las autoridades Ntanzi confesó que se trató de un asesinato y que, tras ser contratados, los preparativos del operativo fueron llevados a cabo en un hostel de la ciudad. Según su relato, él fue el primero en ingresar a la casa junto con Carlos Mncube pidiendo celulares y dinero antes de dispararle a Senzo y huir nuevamente al hostel con el grupo para dispersarse y esperar el pago.
Al mismo tiempo, también lograron confirmar que Mncube tenía en su poder el arma del delito de aquel 26 de octubre del 2014.
El quinto acusado (S’fiso Ntuli), del que suponen que fue el encargado de la logística y que cuenta con varios asesinatos a sus espaldas, habría sido el que negoció con “la mente maestra” para luego reunir al resto de la banda. Acostumbrados a este tipo de encargos en el que hay mucha plata de por medio para mantener en la anonimato del “jefe”, ninguno se pronunció sobre quién habría sido el que ordenó y pagó por la muerte de Senzo.
Sin embargo, para sorpresa de todo el mundo, en ese momento la prensa informó que uno de los tiradores se había reunido con Kelly Khumalo en un centro comercial dos semanas antes del asesinato, y que fue ella la que que quería que su pareja muriera. Según el artículo del News24 publicado el 30 de agosto del 2020, ambos negociaron el acuerdo, ella se levantó para hacer una llamada, volvió junto a él y le dio el “okey” por 250 mil Rans.
Si bien no fue descartada, la hipótesis sobre Kelly Khumalo como la artífice del crimen no quedó oficialmente comprobada y, a casi 9 años de su muerte, los investigadores continúan indagando sobre quién pudo haber sido el que dio la orden y por qué. ¿Apuestas ilegales en el fútbol sudafricano? ¿Un ataque de ira por celos? ¿Una deuda pendiente?
Por una razón u otra las audiencias con los cinco sospechosos se fueron dilatando. La próxima cita está estipulada para mayo de este año, cuando se pondrán nuevas pruebas sobre la mesa.
“Estos policías están tratando de encubrir a alguien. No les interesa encontrar la verdad. Ellos saben la verdad. Solo quieren cerrar este caso. Están protegiendo a alguien que conocemos, pero no mencionaré el nombre”, advirtió Sifiso Meyiwa recientemente en diálogo con City Press.
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