En los últimos días se reavivó la polémica por definición del título de Fórmula 1 de 1981, que fue muy recordada por los argentinos ya que Carlos Alberto Reutemann no pudo ser campeón con el Williams y perdió la corona a manos de Nelson Piquet con el Brabham, cuyo dueño era Bernie Ecclestone, que hizo una declaración que llamó la atención sobre favorecer al brasileño para ser alcanzar el hito. Aunque el hermano del Lole, Enrique Reutemann, que dialogó con Infobae descartó que el magnate inglés haya querido perjudicar al recordado piloto santafesino.
Esa temporada terminó en una carrera organizada sobre la hora en Las Vegas, en un circuito que se armó en el estacionamiento del hotel Caesar Palace. Con un dibujo tortuoso (casi un callejero), mucho polvo por el desierto, rodeado de muros, no fue un escenario apto para un cierre de un campeonato que se estiró hasta la última fecha entre tres rivales, ya que aparte de los sudamericanos estuvo el francés Jacques Laffite (Ligier). De hecho, ese trazado solo se usó dos veces para F1, ese año y en 1982.
En su serie documental Lucky (Afortunado) que se puede ver por Star +, en el cuarto capítulo Ecclestone recordó: “Hubo mucha fuerza G por la forma en la que unieron las curvas. Después del primer día de prácticas era obvio que los pilotos iban a tener problemas con todo el dolor de cuello. Carlos habló con la masajista que se encontraba en boxes. Yo fui a ver a esta persona y después de una discusión financiera, decidieron favorecer a Nelson. No sé si alguna vez se lo dije a Carlos”.
No hubo repregunta y no quedó claro qué quiso decir Ecclestone, aunque algo cierto fue la suspensión hidroneumática que utilizó su equipo en sus coches, que les permitió bajar su altura en carrera (algo fuera de reglamento) y ganar velocidad, pero cuando los monopostos fueron a las verificaciones técnicas su altura subía y pasaban sin problemas por esa requisitoria. El caso más claro fue el triunfo por “robo” de Piquet en la Argentina y en aquella carrera su entonces compañero de equipo, el mexicano Héctor Rebaque, lo pasó parado a Reutemann en la recta del fondo.
Para saber más de esa historia vale mucho el testimonio de Enrique Reutemann, que acompañó a su hermano en toda su campaña y vivió desde cerca todos los detalles.
-¿Qué piensa de las declaraciones de Ecclestone?
-Las he leído. Él habla que arregló con una masajista. No entiendo bien qué quiso decir Bernie. En Las Vegas cuando se tocó con Piquet antes de la carrera en uno de los ensayos, le cambiaron el chasis y ese auto en la carrera no le anduvo.
-¿Pero supone que Ecclestone hizo algo para perjudicarlo al Lole en esa definición?
-De Bernie no puedo decir nada. Le tengo mucho aprecio y respeto. Siempre mi hermano arregló de palabra con él (N. de la R: Reutemann debutó en F1 con Brabham). Cuando al Lole le hicieron esa operación muy difícil en Nueva York, tres años antes de su muerte, tuvo un costo de 600 mil dólares. Cuando mi hermano fue a pedir la rendición de cuentas le dijeron “la cuenta está saldada”. Todo ese gasto lo había pagado Bernie Ecclestone. Él no perjudicó a Carlos en aquella definición y Bernie es un hombre de palabra.
-¿Entonces, por qué Carlos perdió el campeonato?
-Carlos empieza a perder el campeonato mucho tiempo antes. Cuando cambió las gomas de Michelin a Goodyear ahí lo empezó a perder. No lo perdió en Las Vegas. En Holanda le pegó Jacques Laffite. En Canadá el auto no anduvo bajo la lluvia porque tenía las gomas Goodyear. Hubo cuatro o cinco carreras en las que el equipo la fue errando. Seis carreras antes Lole me dijo “vamos a llegar a Las Vegas justos”. Tuvo toda la razón.
Reutemann lideró el campeonato en soledad desde la tercera fecha corrida en Buenos Aires hasta el final. Llegó a Las Vegas con 49 puntos, uno más que Piquet y seis sobre Laffite. En un ambiente casi surrealista en el que los boxes se armaron en un galpón enorme el contexto no estuvo a la altura para la definición de un campeonato de F1. Pero Reutemann se mostró súper concentrado -como siempre- y arribó varios días antes. Hizo el reconocimiento del circuito en un Datsun 280 y cuando comenzó la actividad de la Máxima consiguió la pole positions.
Su sueño y el de todos los argentinos estuvo más cerca. Pero todo se oscureció en una práctica posterior en la que Piquet no respetó su lugar y lo cerró al Lole, se tocaron y el santafesino se despistó y se dañó la suspensión delantera de su Williams FW07 C. En el equipo decidieron cambiar de coche y cuando salió a pista para largar la carrera, Carlos se dio cuenta de que iba a vivir una pesadilla. Los problemas en la caja de cambios lo perjudicaron desde la partida y sufrió aquella competencia. Tuvo la hidalguía para ser superado por Piquet que terminó quinto y las dos unidades que cosechó le alcanzaron para coronarse. El santafesino culminó octavo y no pudo sumar.
-¿Notó algo raro en la atención del auto al Lole en Las Vegas?
-Él jamás se quejó de Frank Williams ni con sus ingenieros. Sus mecánicos no lo pudieron haber perjudicado. Él les pagaba por su cuenta un sueldo aparte por eso lo querían tanto en todos los equipos. Cuando se fue de Ferrari los mecánicos le pedían llorando que no se fuera. Cuando volvió a Ferrari de visita en 1991 lo recibieron como un campeón.
-¿Cuál fue la primera impresión de Carlos cuando vio el circuito en un estacionamiento?
-Pensaba que era una chanchada. Fue todo improvisado. Lo hicieron de la noche a la mañana. Lole ganó la primera carrera del año en Sudáfrica y con esos puntos era campeón. Como luego decretaron que no era puntuable tuvieron que agregar una carrera y ahí apareció Las Vegas.
-¿Cómo hizo para conseguir la pole positions?
-Porque amaba el auto y desde los diez años le pasaba rozando a los árboles al lado del Río Salado. Cómo no iba a hacer el mejor tiempo en una pista montada en un estacionamiento.
-¿Qué pasó en el toque con Piquet?
-Lo quiso pasar por afuera, Piquet se cerró y se le rompe el auto. Luego le cambiaron el chasis y ese auto nunca anduvo.
-¿Qué le contó de aquella carrera?
-Mi hermano cuando se bajó del auto tuvo ampollas en sus manos porque la caja de cambios no anduvo en la carrera. Pero en ese momento no se lo dijo a la prensa. Un periodista argentino, que no recuerdo el nombre, me dijo “Carlos tendría que haberle dicho al periodismo argentino las condiciones en las que estaba el auto antes de largar y decir qué era lo que estaba pasando”. Lo que pasa es que en la Argentina siempre se habla con el diario del lunes.
Carlos ese año hizo una preparación física como nunca antes en su campaña. Si bien siempre se mostró óptimo en su condición, se lo vio más delgado que nunca. A sus 39 años estuvo decidido a dejar el todo por el todo por su gran sueño. Pero hubo un quiebre con su equipo y fue el 29 de marzo de 1981 cuando desobedeció la orden de dejarlo pasar a su compañero de equipo Alan Jones en el extinto Autódromo de Jacarepaguá, en Río de Janeiro, Brasil.
Había una cláusula en el contrato con Williams que tipificó que, si Jones estaba a menos de siete segundos, debía cederle la posición. Pero ese domingo Lole cumplió una labor magistral bajo la lluvia. La relación con el australiano ya no fue la misma y Enrique revelo cómo fue el clima interno con el equipo inglés.
-¿Piensa que Williams lo perjudicó?
-No creo. Al perder el Campeonato de Pilotos Williams perdió los bonos de Marlboro y de otras empresas. La escudería salió perjudicada. Es como un equipo de fútbol, con el campeón ganan todos.
-¿Cómo era la relación con Jones a esa altura?
-Jones nunca lo ayudó. Era un muchacho muy difícil, muy duro. La relación con Lole se complicó después de Brasil. Pero Carlos me dijo después de esa carrera: “Si obedecía esa orden me bajaba del auto y dejaba de correr. Muchas gracias por todo y me iba. No podía regalar esa carrera. La presión, la lluvia, el ritmo del auto, todo”.
-¿Alguna vez el Lole le pidió explicaciones a Williams sobre lo ocurrido en esa temporada?
-Nunca le pidió explicaciones a nadie ni le recriminó nada a nadie. Jamás habló mal de nadie. Pero hasta el último día de su vida se preguntó por qué no fue campeón mundial. Se lo preguntó mil veces. Fue algo que se le quedó en el alma. Después de esa carrera estuvo destruido moralmente porque se preparó toda su vida. Anímicamente la pasó mal, perder por un punto un Campeonato del Mundo luego de haberte preparado durante 20 años. Desde el día que se subió por primera vez a un auto de carrera en La Cumbre en 1965 soñó con ser campeón del mundo. Luchó siempre para llegar a eso.
-¿Cómo era el vínculo con Frank Williams?
-Frank lo quería mucho y todos los días salían a correr juntos. Lo conocí en la temporada internacional de Fórmula 2 Europea en la Argentina. Lo llevé en mi auto particular hasta el Autódromo Oscar Cabalén de Alta Gracia. Tenía un solo autito de F2 y ya me decía “un día lo voy a tener a Carlos como piloto”. Ese muchacho hizo mucho esfuerzo. Tenía la misma edad que el Lole. Era un hombre muy ordenado, pulcro y se habló toda la vida con mi hermano. Los ingleses son gente muy noble, ordenados y que tienen palabra.
El Lole Reutemann en su campaña en la Máxima obtuvo 12 victorias, seis poles positions y récords de vuelta, y 45 podios sobre 146 carreras (uno cada tres competencias). En diez años acumuló más de 300 puntos, cifra que en un mismo período e igual sistema de puntaje, sólo la superó Jackie Stewart.
-Carlos incluso perdió plata por correr en Williams, ¿cuánto pagó para rescindir el contrato con Lotus?
-En esa época un periodista le preguntó lo mismo y el Lole le dijo “si me ayudás a pagar te digo cuánto puse” (risas). Jamás le pregunté a mi hermano cuánto ganaba porque sabía lo que me iba a responder. Incluso con el valor de un campo que podía comprar.
-¿Qué es lo que más destaca de Carlos como piloto?
-Mi hermano fue un súper tester. Para transformar un auto de carrera tenés que ser como un médico clínico. Estuvo dos años probando las gomas Michelin en Ferrari y hasta les hizo cambiar las ranuras. Ayrton Senna era un monstruo y nunca probaba los coches. Era un superdotado, como Diego Maradona. En diciembre se venía a Brasil y recién se subía al auto cuando arrancaba el otro campeonato y en la segunda vuelta ya hacía el mejor tiempo. A Carlos le gustaba mucho Senna y el día de su muerte, una vuelta antes dijo, “viene muy fuerte, en la próxima vuelta se pega una piña”. Quedó muy sentido por su muerte. Mi hermano todo lo que logró fue con mucho trabajo y sacrificio. Corrió más de 600 carreras desde su primer Fiat 1500 de Turismo Nacional (bicampeón en 1966 y 1967), el TC, Sport Prototipo, la Fórmula 2 Nacional (fue campeón en 1969) y hasta la F1.
-¿Por qué se fue de Ferrari?
-Enzo Ferrari miraba las carreras por televisión y cuando no estaba conforme, Carlos le decía, “¿por qué no se sube uno de sus ingenieros al auto?” Mi hermano se fue en 1979 porque fue detrás del auto ganador que era el Lotus 79, pero luego no rindió. Aparte ese año Colin Chapman (dueño de Lotus) tuvo un problema de salud y no estuvo muy presente. Lole siempre se arrepintió de haberse ido de Ferrari porque iba a compartir la dupla con Jody Scheckter y Gilles Villeneuve se iba a ir a Renault.
-Su retiro fue muy cercano al inicio de la Guerra de Malvinas, ¿él supo algo al respecto y esto incidió en su decisión?
-Carlos nunca supo nada. Sí una vez hablamos con él y con Williams y Frank nos confesó que, si Carlos seguía corriendo en abril, mayo y junio, quizá lo hubiera tenido que bajar en ese período por presiones durante la guerra. Iba a ser un problema para Williams y para Carlos. Tal vez acá lo iban a tildar de antipatria.
-¿Cuál es la mejor reflexión que guarda de su hermano sobre la F1?
-Una vez el Lole me dijo: “La F1 tiene la fama, el glamour, el dinero, pero también tenés la muerte. En mi época se mataron 20 pilotos. Lo tenés todo y no tenés nada”.
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