El 18 de diciembre de 2022 quedará en la retina de la Argentina. Ese día la selección de Lionel Scaloni venció a Francia en una dramática final resuelta en los penales después de seis goles en los 120 minutos disputados en el Estadio Lusail. Pero el camino mundialista comenzó con una derrota inesperada ante Arabia Saudita que dificultó la clasificación. Roberto Ayala, uno de los colaboradores más cercanos de entrenador, reveló detalles de lo que provocó ese resultado y mostró su emoción a flor de piel al recordar el título conseguido tras 36 años.
“Nosotros hicimos el duelo que debíamos hacer después del primer partido. Fueron días duros”, comenzó el Ratón en charla con el programa La vuelta en Fox Sports. Las charlas se profundizaron en el seno del cuerpo técnico durante los cuatro días previos al decisivo duelo contra México, no había espacio para quedarse atrás: “Nosotros salíamos solamente a comer o a dormir, estábamos todo el día en la oficina”. La caída por 2-1 caló hondo dentro de la delegación. A pesar de la obligación que se impuso al partido siguiente, Ayala reconoció que debían mostrar otro ánimo en las prácticas más allá de cualquier incertidumbre en el futuro inmediato: “Sabíamos que teníamos que tener la cabeza alta en el entrenamiento, demostrar que estábamos enteros. Los jugadores lo entendieron y nos empujaban a más”. “Veía la energía del grupo y me daba tranquilidad”, agregó.
“Nadie esperaba el resultado del primer partido. Hubo una importante autocrítica adentro, pero veíamos que el grupo estaba bien. Estaba sano. Que sabían que, a partir del segundo partido, jugaban encuentros definitorios. Cuando llegaron los octavos de final, estábamos tranquilos porque veníamos de jugar partidos que te podían dejar afuera”, manifestó. Y enalteció la comunión vivida en tierras asiáticas: “Es un grupo que no pasó momentos difíciles. A la mayoría le tocó ganar. La energía de los más chicos contagiaba a los más grandes, no los dejaban caer y ellos estaban a la par de los más chicos. No hubo caras largas, todos querían sumar. Ese fue el mensaje: pertenecer a un grupo privilegiado de jugadores, lo entendieron y se autogestionaron. De parte nuestra, no hubo mucho para hacer”.
La sufrida clasificación a los octavos de final dio paso a sendos cruces de eliminación directa contra Australia, Países Bajos, Croacia y, finalmente, Francia. Pero el quinto máximo jugador con más presencias con esta camiseta aún no puede creer lo logrado. “No caigo. Todas las mañanas me levanto pensando si es verdad, si pasó realmente. Después, te toca salir a algún lugar, cruzarte con la gente y el repetidamente ‘Gracias’ me... Me emociona. Me recuerda todo lo que vivimos, fue una locura”, narró mientras hacía el gesto de que se le erizaba la piel en un relato con profunda emoción.
En estas situaciones, el aliento continuo que cayó desde las tribunas se transformó en un impulso muy importante para el equipo: “Fuimos locales en todos los partidos. Sentíamos que había un apoyo tremendo. Fuimos con una energía espectacular para empezar al Mundial. No nos reprochaban la elección de los jugadores, los resultados se dieron y era la mejor manera de llegar a una competencia”. “La obtención de la Copa América fue tocar el cielo con las manos. Imaginate llegar a ser campeones del mundo. La clave es la forma en la que los jugadores entendieron el mensaje sobre cómo representar a la Selección dentro y fuera de la cancha. Partimos con un sueño, que después se hizo realidad”, sentenció.
“Hoy me reencontré en el predio con los campeones del mundo en la presentación de la candidatura al Mundial 2030 y tenemos un lugarcito ahí con ellos. Pudimos tocar la Copa del Mundo”, contó después de haber asistido al acto de este martes en Ezeiza en lo que fue la presentación de la postulación de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay para organizar la Copa del Mundo dentro de más de siete años, que tuvo la presencia de distintos futbolistas campeones en 1978 y 1986.
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