La primera entrevista de Lionel Messi luego de ganar la Copa del Mundo en Qatar con la selección argentina dejó decenas de títulos. El delantero, de 35 años, se mostró suelto en el diálogo con Andy Kusnetzoff y reveló varias intimidades del camino en el Mundial y de los festejos posteriores. Por ejemplo, el detrás de escena del gesto de “ya está” que hizo de cara al palco donde se ubicaba su familia en el estadio Lusail una vez consumada la consagración. “Significó que se había terminado después de tanto tiempo, tanto sufrimiento, porque hubo tiempos en lo que sufrí mucho con la Selección. Muchas decepciones, siempre haber estado tan cerquita y que nunca se diera. Recibí durante mucho tiempo críticas de todos los colores y sé que mi familia sufría igual que yo o más. Siempre querían demostrarme que estaban enteros, que estaban fuertes. Pero yo sé que por dentro estaban sufriendo muchísimo no sólo porque no se daba sino por las cosas duras que dijeron hacia mi persona, que sobrepasaban lo futbolístico. Eso era lo que realmente me molestaba y me dolía. Era como cerrar el círculo. Ganamos la Copa América, ganamos el Mundial, ya está. No queda nada, se terminó”, dijo.
Sus hijos también vibraron de manera especial a lo largo de la aventura en Asia, su quinto Mundial. “Ciro es el que menos entiende, pero los otros dos lo vivían como hinchas argentinos. Thiago estaba enloquecido, después del partido de Holanda lloraba. Mateo hacía cuentas después de la derrota con Arabia. Y todos aprendieron a hacer el pasito de Dibu Martínez”, detalló en la nota con Urbana Play. Pero fue con Antonela Roccuzzo, su esposa y respaldo, con la que compuso una especia de cábala que los acompañó hasta la final contra Francia.
“Seguimos un poco más o menos lo que hicimos lo del Mundial. Hablábamos antes de irnos a dormir, sin tocar el partido o nada especial. Hicimos la rutina de siempre, de cada día antes de los partidos o los dos, tres días que repetíamos lo mismo. Estaba muy tranquilo, dormí muy bien, durante todo el Mundial estaba muy relajado, sentía que estábamos bien, que yo estaba bien, que estábamos haciendo todo para que se dé y tenía una tranquilidad muy grande. Pude dormir bien y no tuve la ansiedad esa de querer que llegue el partido. Bah, sí pero lo supe manejar muy bien”.
La verdad sobre la presencia de las Copas “truchas” durante los festejos tras el título, ¿siempre tuvo la original en sus manos?
“No sé porque hubo quilombo con la Copa. Levanté la buena y después en los festejos hubo medio lío. No sabíamos si era la verdadera o no, pero ya había sido el primero junto a mis compañeros en la entrega de premios. Es pesadita”.
El anhelo de compartir el título con Maradona que quedó trunco
“Si hubiese estado me la hubiese entregado él, pero quería que vea a la Selección campeón del mundo con lo que quería. Hubiese sido muy linda la imagen también. Yo creo que desde arriba tanto él como mucha gente que quiere el bien para mí hacía fuerzas, no sólo para esto, sino para todo en general. Sobretodo ellos en este Mundial, con la canción que fue un boom para todo el mundo y desde arriba estaban empujando”.
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