Diego Godín busca su revancha en el fútbol argentino y quiere dejar atrás el sufrimiento que padeció con su lesión crónica en la rodilla izquierda. El defensor que está próximo a cumplir 37 años ya se entrena con el plantel de Vélez Sarsfield para ponerse bajo las órdenes de Alexander Medina y así poder comenzar la Liga Profesional con el Fortín.
El Faraón, uno de los jugadores que jerarquizan la competencia argentina, comentó con lujo de detalles cómo fue la recuperación de la tendinitis rotuliana que lo tuvo a maltraer en el último semestre y que lo obligó a realizar un tratamiento especial en España para poder jugar el Mundial de Qatar 2022 con la selección de Uruguay.
“Se me cruzó por la cabeza retirarme, decir ¿qué hago?, ¿sigo sufriendo? ¿estaré bien? Lo cierto es que las Eliminatorias y esta lesión me desgastaron y me vaciaron. Remar en las Eliminatorias y más cómo nos clasificamos (al Mundial) es duro, con cambio de entrenador en el medio y la salida del Maestro (Tabárez)... Siempre estuve buscando soluciones para la lesión pensando en la selección y no pensando en mí. Me hizo pensar y replantear si seguir jugando o no. Por eso me tomé un tiempo considerable para descansar, llenarme y volver. Le voy a meter a morir porque quiero disfrutar”, dijo el zaguero uruguayo en una entrevista con el Pollo Vignolo en el programa Equipo F de ESPN.
Godín llegó a Vélez tras el llamado del Cacique Medina, su compatriota, pero apenas pudo disputar 8 partidos. Debutó con la V Azulada el 12 de julio de 2022 en la derrota 2-1 ante Colón de Santa Fe y jugó 45 minutos. Los dolores lo acompañaron, pero pudo convertir su único tanto en el empate 1-1 ante Godoy Cruz, en Mendoza. Por eso quiere revancha para retribuir la confianza depositada en él: “Me ayudaron muchísimo los dirigentes, el cuerpo médico, mis compañeros. Siempre me respetaron cuando veían que no estaba bien, me dieron su aliento. Nunca pude darle en la cancha a los hinchas lo que esperaban de mí. Eso hizo plantearme que no me podía ir así de este equipo e intentar jugar”.
Quizás la parte más dolorosa del ex defensor del Atlético de Madrid e Inter, entre otros, fue sentir que la dolencia le afectaba el día a día y le impedía realizar tareas cotidianas. Tiempo atrás, Gabriel Batistuta contó que a raíz de sus constantes lesiones en sus tobillos le imposibilitaban caminar y hasta pidió que le cortaran las piernas para evitar sufrir tal dolor. El relato de Godín no varía demasiado al calvario que vivió el Batigol.
“No pude disfrutar del fútbol argentino. Llegué el año pasado con una tendinitis rotuliana arrastrándola hace un año y no queriendo parar porque teníamos las Eliminatorias (con Uruguay) que estábamos jodidos. Era ponerle parches a una lesión que es crónica y me hacía sufrir muchísimo. No podía casi entrenar. Es como un cuchillo y cuando no le das un descanso al tendón es un tejido que no se recupera. Entrenaba con dolor y el tendón se seguía degenerando, me seguía lesionando. Y hubo un momento que tenía que parar porque no podía correr ni bajar las escaleras de mi casa. Estaba jodido, era una frustración constante”, describió el defensor uruguayo.
El fútbol le dio una nueva oportunidad al experimentado jugador que terminó disputando su cuarta Copa del Mundo en Qatar como capitán de la Celeste, aunque no con el resultado esperado por la eliminación en Primera Ronda. Ahora, el Faraón buscará demostrar que está vigente en la Liga Profesional del fútbol argentino y cerrar una carrera brillante que lo vio triunfar en el Atlético del Cholo Simeone y levantar la Copa América con Uruguay en 2011.
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